La euforia en la que estaban inmersos los mercados financieros desde comienzos de año, por momentos, se diluyó un poco la semana pasada. Detrás de la repentina corrección vuelven a asomarse los temores de una recesión económica global a medida que los bancos centrales inciden en la idea de seguir subiendo las tasas de interés.
Primero fue la presidenta del BCE, Christine Lagarde, que reiteró que seguirá adelante con la normalización monetaria. A la par, varios miembros de la Reserva Federal señalaron que esperan que las tasas se mantengan altas durante más tiempo para combatir los precios. Esto junto a los elevados niveles de sobrecompra que registran la mayoría de los precios de activos riesgosos contribuyeron a la toma de utilidades.
Las principales autoridades monetarias están intentando evitar por ahora dar señales de que están cerca de terminar con el proceso de alzas de tasas de interés. Se ha repetido de nuevo en el mercado el patrón de los últimos meses: exceso de optimismo por parte de los inversionistas, que quieren que la Fed y el Banco Central Europeo (BCE) frenen ya las subidas de tasas, y declaraciones por parte de los responsables de la política monetaria, que han reiterado que, de momento, siguen con sus planes de endurecimiento para contener la inflación.
Así, una vez más, los banqueros centrales han tenido que salir a templar los ánimos, avisando a los inversionistas y operadores de que el optimismo actual es excesivo. Ni el BCE ni la Fed quieren que el mercado piense que lo peor ha pasado y que ya se puede ir planteando poner freno a las subidas de tasas.
Con ello, se intensifica la idea de que la Fed realmente quiere subir los 75 puntos base en este año que proyectó en diciembre pasado.
A lo anterior se unieron algunos indicadores económicos débiles en EUA, particularmente la disminución en las ventas al menudeo y la producción industria l, que provocaron un aumento en la especulación de que el país norteamericano podría estar dirigiéndose hacia una recesión en este año, en contra de la narrativa que comenzaba a arraigarse de lograr un aterrizaje suave.
Si bien, el panorama económico mundial no es tan malo como se temía meses atrás, pero menos malo todavía no significa bueno. Además, existen aún fuertes elementos de riesgo que podrían complicar el desempeño.
Así, el foco continúa colocándose en la incertidumbre económica, las posibles señales del impacto de la subida de tasas de interés, en un contexto todavía de alta inflación.
La actual divergencia entre lo que el mercado anticipa y lo que los bancos centrales buscan realizar, es la generadora de episodios de volatilidad en los precios de activos financieros.
En ese sentido, es probable que el rally positivo regrese, por lo menos en lo que resta del mes, pero cualquier noticia o dato económico que ponga en duda el escenario de aterrizaje suave o que incremento el riesgo de recesión, sería el pretexto ideal para nuevos episodios de toma de utilidades.