Han transcurrido cuatro años (48 meses) desde que el índice de la Bolsa mexicana de Valores “IPC” registró su nivel más bajo en Octubre de 2008 en 16,480 puntos y desde entonces se ha registrado un movimiento alcista contundente, registrando su máximo avance y máximo histórico el pasado 17 de Octubre en 42,750 puntos (+159% Neto).
Como señalé el mes pasado en el documento sobre el índice S&P500, la mayoría de los indicadores y herramientas de análisis técnico son muy limitados cuando se trata de determinar los niveles en dónde una tendencia se encuentra más expuesta a cambiar de dirección, debido a que están construidos a partir de datos históricos (precios pasados), por lo que las señales que nos proporcionan siempre serán rezagadas, en mayor o menor medida, en función de las fórmulas y el grado de sensibilidad con que cada uno de ellos esté construido.
Es por eso que en caso de que un piso o un techo estuviera a punto de suscitarse, deberemos esperar cierto tiempo para contar con los elementos de análisis que validen el cambio de dirección, lo cual es un inconveniente cuando lo que nos interesa es anticiparnos o prepararnos para el surgimiento potencial de un nuevo movimiento, sin poder determinar si éste se tratará de un ajuste correctivo dentro de la misma tendencia, o bien que se trate de un contundente cambio de dirección.
Si consideramos el comportamiento del IPC de los últimos cuatro años podemos determinar sin lugar a duda que se trata de una TENDENCIA ALCISTA vigente, pero lo que no podemos determinar es el nivel que eventualmente se convertirá en el final de la misma, por lo que resulta necesario establecer algunos criterios que nos ayuden a encontrar niveles de falsación de la tendencia, es decir los niveles de resistencia más significativos para observar que reacción tiene el movimiento del precio una vez que los alcanza.
Si consideramos algunos indicadores técnicos seguidores de tendencia, como son los promedios móviles o el MACD, por el momento no encontraremos señales negativas, lo mismo sucede con algunos osciladores de contra tendencia como son el RSI y el ESTOCÁSTICO, cuyas lecturas actuales revelan que la tendencia alcista está vigente y que las probabilidades son favorables para que ésta continúe, sin poder ofrecer algún elemento que sugiera algún nivel de resistencia específico.
El único elemento que podría revelar alguna información relevante sería que los indicadores RSI y MACD presentan una divergencia potencial en sus gráficas semanales, ya que sus lecturas más altas sucedieron a principios de 2011 y actualmente se ubican por debajo de esos niveles, reflejando un agotamiento en la fuerza de la tendencia, pero sin poder considerarlo todavía como una señal concluyente o confirmada, que pudiera justificar el sesgo bajista que pretendiéramos adoptar.
Cuando se trata de establecer objetivamente los niveles más probables de soporte o resistencia, he descubierto que resulta muy útil considerar los niveles de retracción y proyección de FIBONACCI, reconociendo que es más práctica su implementación cuándo intentamos anticiparnos a la confirmación los indicadores técnicos tradicionales.
Un primer elemento que estoy considerando es una retracción del 161.8% (inversa de 61.8%) del movimiento bajista registrado entre Octubre de 2007 y Octubre de 2008 (-16,370 puntos), cuyo nivel exacto correspondería a los 42,966 puntos (Gráfica 3).
Como podemos observar en dicha gráfica semanal, el índice se encuentra exactamente en el 161.8% respecto del máximo y el mínimo registrados entre Octubre 2007 y Octubre de 2008, por lo que será muy importante atestiguar la reacción que registre y por ende el reconocimiento o penetración de la resistencia propuesta, reconociendo que no podemos saber con anticipación que sucederá, pero sí que podemos utilizar estratégicamente éste conocimiento para actuar en consecuencia, mucho antes de lo que podríamos hacerlo si consideráramos utilizar algún otro indicador técnico.
En este caso particular, considero que una retracción del 161.8% representa una zona potencial de reversión muy importante, sobre todo al tratarse de un nivel en dónde normalmente se registran cambios en la tendencia, reconociendo que no se trata de una adivinanza, sino de una manera objetiva de poder estimar probabilísticamente una resistencia, cuyo fundamento se encuentra en la observación repetitiva y refutable del fenómeno considerado, como sucedería con cualquier otra hipótesis científica.
En la misma gráfica podemos atestiguar la reacción que registró el precio en el Fibonacci 138.2% en Enero de 2011 y posteriormente en el Fibonacci 100% en Agosto del mismo año, dos ejemplos claros de la funcionalidad objetiva para considerar la utilización de éstas proporciones específicas y de sus proporciones derivadas (raíz cuadrada, inversa y exponenciales de las razones primarias).
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