De una guerra de egos a una guerra comercial. Así parece que fue la relación bilateral entre los mandatarios de Estados Unidos y México el día de ayer. Pues tal y como se fue dando la cobertura ayer, después de varios mensajes a través de redes sociales, Trump soltó la estrategia comercial que seguiría luego de la negativa de Peña Nieto para cooperar con la construcción del muro transfronterizo, tal vez lo anterior lo dio a conocer bajo presión o para ganar la batalla mediática de ayer y para no herir su ego.
Sin embargo, como se mencionó, se espera que este arancel genere más de 10 mil millones de dólares al año y que esto ayude a financiar un muro físico (que costaría entre 8 y 12 mil millones de dólares) que divida ambas naciones y no a algún otro tipo de inversión mucho más útil que pueda ser dirigida a otro tipo de infraestructura o de programa sociales.
Luis Videgaray e Ildelfonso Guajardo dieron una conferencia de prensa luego de haber finalizado la reunión que ambos sostuvieron con funcionarios de la Casa Blanca. En ella, el canciller respaldó la negativa del ejecutivo sobre la cooperación en la construcción del muro, diciendo que es cuestión de dignidad y que cada quién puede hacer con sus fronteras lo que quiera pero que “el vecino no construye el muro de tu casa”. Sobre las medidas comerciales que EU tomaría con México, mencionó que es algo aún incierto y que esto afectaría a los consumidores locales de EU ya que el impuesto se vería reflejado en el precio final para el consumidor.
Lo cual tiene sentido, si se considera que las empresas importadoras no podrán deducir el monto de ese impuesto, entonces el costo se incrementaría y el precio final se vería modificado. Sin embargo, habrá que esperar que se dé a conocer toda la reforma fiscal y comercial que se propondría. Ante una posible venidera guerra comercial, la depreciación del peso de casi 19% en lo que va del año es un contrapeso para el encarecimiento de las importaciones que habría de haber un impuesto a ellas. Sin embargo, los funcionarios mexicanos declararon que las relaciones políticas no están para nada fracturadas y que las negociaciones siguen caminando, aunque la salida del TLCAN es posible.
A todo esto, el peso amanece con una apreciación de 0.58%, ubicándose en 21.09 pesos por dólar y el dólar se deprecia 0.19% ante una canasta de 10 divisas. Pareciera que la certidumbre en la apertura de las negociaciones de México, pero con la posición definitivamente negativa sobre la construcción del muro (al menos en la construcción financiada por México), mantiene el peso en niveles “estándares”, y la angustia existe esperando hasta que las tensiones tomen una tendencia más fuerte.
Lo anterior podría motivar a un repunte en el IPC que ayer cerró con una pérdida de 1.38%, sin embargo, habrá que esperar a los seis reportes corporativos, de los están confirmados: Santander (MC:SAN) y Fibra Prologies, pero también podrían reportar Cementos Chihuahua,Inbursa (MX:GFINBURO),Banorte (MX:GFNORTEO) y Quálitas.
En las materias primas, los metales caen abruptamente, el oro cae un 0.65%, la plata hace lo mismo un 0.98% y el cobre sólo un 0.02%. El precio del petróleo también presenta caídas, el WTI lo hace en 0.31% mientras que el Brent en 0.69%, lo anterior todavía en consonancia con la noticia del aumento en reservas de barriles de petróleo en Estados Unidos, las cuales son 1,8 % por encima del mismo periodo del pasado año.
En el mercado de futuros de EU, el Dow Jones amanece con una caída del 0.07%, el S&P 500 se mantiene sin cambios y el Nasdaq 100 repunta un 0.21%.
La información económica en Estados Unidos es nota el día de hoy. Pues se dio a conocer el PIB a tasa anual del cuarto trimestre del 2016, el cuál es de 1.9%, menor al dato anterior (para el tercer trimestre) que fue de 3.5%. Dicho dato es incluso menor al previsto por varios analistas, por lo que parecería que podría ser tomado como buena señal de no haber presiones tan fuertes de sobrecalentamiento de la economía. Aunque en el informe, se especifica que dicha caída del crecimiento se debe a un menor flujo de exportaciones, una aceleración en las importaciones y una caída en el gasto del gobierno pero que también existió un aumento en la inversión. A estos se le añade que las compras privadas crecieron un 2%, cifra mayor al tercer trimestre que fue de 1.5%. Para el 2016, el PIB de Estados Unidos aumento 1.6%, crecimiento menor al del 2015 que fue de 2.6%. En general, esta desaceleración se debe en una baja inversión ´privada y pública y una caída en el consumo privado, contrarrestado por una desaceleración en las importaciones, aumento del gasto público y aumento de las exportaciones.
En este fin de semana, seguramente no faltarán declaraciones en la política y política económica que puedan mover fuertemente a los mercados. Parece que el inicio de la forma de negociar con Estados Unidos está tomando otro cauce y esperemos la postura de nuestros gobernantes tome el mejor cauce.