En este espacio le di a conocer hace unos años –gracias a la Ley de Transparencia– que las 120 toneladas de oro que Banco de México (Banxico) había comprado entre 2011 y 2012 se encontraban bajo resguardo en las bóvedas del Banco de Inglaterra.
También le informé en aquella época que Banxico ni siquiera tenía una cuenta segregada, es decir, con oro asignado, sino sólo una cuenta con “derechos” sobre oro, pero no oro físico contante y sonante. Después de hacer pública nuestra recomendación de que el banco central mexicano pidiera la asignación de ese metal áureo, finalmente lo hizo, y gracias a eso ya cuenta con más de 7,000 lingotes específicos de su propiedad.
Después de todos estos años, sin embargo, Banxico no ha vuelto a comprar ni un gramo de oro, a diferencia de lo que otros bancos centrales en el mundo continúan haciendo por la desconfianza fundada que tienen en el sistema monetario vigente, basado en el dólar estadounidense.
Tal ha sido su apetito por oro que esas autoridades monetarias lo acumularon a un ritmo sin precedentes durante los dos primeros meses de 2023, cuando en total compraron 125 toneladas netas, una cifra que no se veía desde 2010, según da cuenta un reporte del Consejo Mundial del Oro (WGC).
Algunos de los países que lideraron estas adquisiciones fueron Singapur, Turquía, China, Rusia e India.
En este contexto, recientemente pedimos información actualizada, vía la Plataforma Nacional de Transparencia, y resulta que Banxico no sólo no ha comprado oro, sino que presenta una reducción en las de por sí ínfimas tenencias totales de oro físico en territorio nacional.
Las cifras son las siguientes: en octubre de 2016, Banco de México tenía 3,881 millones de onzas troy de oro, de las cuales el 98.95 por ciento se encontraban resguardadas en el Reino Unido, el 0.0004 por ciento en el Banco de la Reserva Federal en Estados Unidos y el remanente del 1.05 por ciento en su bóveda en México.
En ese año, el Banxico tenía en Inglaterra 7,265 lingotes asignados de 400 onzas en promedio cada uno, lo que quiere decir que –repito, en cuentas asignadas– contaba con aproximadamente 2,906 millones de onzas. El resto, más de 934,000 onzas, siguen sin asignar, es decir, no se tiene propiedad sobre lingotes específicos con número de serie, como debería ser. Y se repite la historia en 2023.
Con información a abril de 2023, resulta que las reservas totales de oro propiedad del Banco de México son de 3.86 millones de onzas, o sea que durante este período se han reducido en 21,000 onzas troy. El 99.37 por ciento se encuentra resguardado en el Reino Unido, el 0.63 por ciento en territorio nacional y una mínima fracción de 0.0004 por ciento en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
Esto indica que la participación de oro físico en las reservas que el Instituto Central tiene en México ha disminuido de manera significativa, pasando del 1.05 por ciento (41,000 onzas) en 2017 a sólo el 0.63 por ciento (24,000 onzas) en 2023.
Como recordará, la semana pasada aquí mismo le informé que desde 2016, año en el que Banxico comienza la publicación de sus estadísticas de puesta en circulación de monedas de metales preciosos, hay una tendencia clara a la baja en todas las monedas de oro que emite.
¿Será que nuestro banco central está dejando de poner en circulación dichas monedas de oro –centenarios, principalmente– porque aquí, en territorio nacional, ya se le acabó (o casi) el metal áureo en físico? No es una hipótesis descabellada si consideramos que la emisión de las mismas se ha dado a cuentagotas en los últimos meses, provocando una escasez que eleva sus precios.
Como institución responsable de salvaguardar el poder de compra del peso, es fundamental que nuestra autoridad monetaria brinde transparencia y explicaciones claras sobre la situación actual de sus reservas del metal físico, y las medidas que está tomando para enfrentar esta aparente escasez de oro en sus bóvedas.
No es un tema de escasez real, toda vez que México es uno de los principales productores de oro y plata del mundo, así que bien haría la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja si aprovecha mejor nuestra riqueza del subsuelo poniendo a circular más centenarios y onzas Libertad para el ahorro de los ciudadanos.