El cobre calienta motores en abril, rumbo a lo que podrían ser nuevos máximos de 2021, ayudado por el resurgimiento de la economía estadounidense, el plan de infraestructura de 2 billones de dólares del presidente Joseph Biden y los robustos gráficos técnicos.
Tras la caída de marzo de casi el 3%, los futuros de cobre negociados en Nueva York han vuelto a ponerse en modo repunte, recuperando todo lo que perdieron el mes pasado. Aunque que este mes de abril sólo llevamos cuatro jornadas de negociación, el apoyo subyacente al metal de una serie de datos y eventos ha sido inconfundible.
El último ha sido el índice de gestores de compras del sector no manufacturero de Estados Unidos de marzo, publicado por el Instituto de Gestión de Suministros el lunes.
El índice subió a 63,7, superando el objetivo de los economistas que hablaban de 59 puntos. Ésta ha sido la mejor actuación del sector servicios desde 1997, lo que indica la fortaleza de la recuperación económica de Estados Unidos de la pandemia del coronavirus.
Todo a favor del cobre: economía, empleo, vacunas
Los datos del ISM se conocen tras el estelar informe de empleo de Estados Unidos de marzo publicado el viernes, que ha indicado la creación de 916.000 puestos de trabajo frente a las expectativas de los economistas que apuntaban a sólo 660.000.
Aparte de eso, el presidente Biden espera que su plan de desarrollo de infraestructura sea aprobado antes del verano para sentar las bases de miles de nuevos empleos bajo su "Plan de Empleos Estadounidense", que llega después de otro plan de ayuda contra el COVID-19 de 1.900 millones de dólares aprobado por el Congreso el mes pasado.
Además de todo esto, el programa de vacunación estadounidense contra el COVID-19 está batiendo un récord tras otro, con la administración de 4 millones de vacunas en un solo día el jueves.
El mercado de valores, por su parte, va a un ritmo endiablado, respondiendo a estos acontecimientos, alcanzando el S&P 500 máximos históricos por encima de 4.000 por primera vez en la historia la semana pasada, y registrando el Dow máximos históricos también.
Jeff Halley, codirector de investigación de Asia y el Pacífico de la casa de corretaje online OANDA, señaló que el aluvión de acontecimientos positivos ha hecho que "los mercados estadounidenses vuelvan a estar completamente operativos", lo que ha provocado una situación de "comprar (casi) todo".
Mientras que los precios del petróleo se desploman ante las preocupaciones de un posible exceso de oferta, el cobre, la otra materia prima supersensible para la economía y los mercados bursátiles, no ha perdido ritmo en el proceso.
El cobre del Comex de Nueva York ha alcanzado los 4,16 dólares por libra en abril, lo que lo ha situado unos 25 centavos o un 6% por debajo de los máximos del año registrados en febrero en casi 4,38 dólares.
En lo que va de mes, el cobre del Comex ha subido un 2,6%, recuperando todo lo que perdió en marzo, a pesar de haber operado activamente sólo cuatro días en lo que va de abril.
Los gráficos apoyan el cobre también
Volatilidad aparte, los gráficos indican que el cobre podría cerrar en su cota más alta de febrero si mantiene su impulso al alza sin perder el nivel de apoyo de 4 dólares.
Sunil Kumar Dixit, analista técnico de SK Dixit Charting, en Calcuta, India, afirma: "El último impulso a los precios del cobre debería mantenerse, siempre y cuando la media móvil exponencial de 50 días de 3,98 dólares se mantenga firme”.
"Si se da un soporte adicional con un cierre de jornada por encima de 4,15 dólares, el próximo objetivo inicial será de 4,37 dólares, máximos de febrero”.
Gráfico cortesía de SK Dixit Charting
Los máximos históricos del cobre del Comex de 4,50 dólares se registraron en agosto de 2011. En marzo de 2020, justo antes del estallido del brote de COVID-19, se situaba en 2,26 dólares. Ahora está un 80%p por encima de esos niveles, lo que lo convierte en uno de los pocos ganadores entre las materias primas durante la peor crisis económica de este siglo.
A menudo considerado barómetro de la economía global, los precios del cobre han repuntado casi ininterrumpidamente desde hace un año, comenzando con el apoyo del principal comprador de metales, China, que surgió de la imposición de medidas de confinamiento a causa del COVID-19 mucho antes que en el resto del mundo.
Desde que comenzara este año, sin embargo, los traders han estado apostando firmemente a que las ayudas del plan de estímulo contra el Covid-19 de Estados Unidos desencadenarían un comercio de "reflación" que podría impulsar el cobre a nuevas cotas.
La reflación es una política fiscal o monetaria diseñada para ampliar la producción, estimular el gasto y frenar los efectos de la deflación, que generalmente ocurre después de un período de incertidumbre económica o una recesión.
También se utiliza a veces para describir la primera fase de la recuperación económica tras un período de contracción. El dólar normalmente se debilita en períodos como éste, impulsando los precios de las materias primas en lo que se conoce como "comercio de reflación".
Aparte de las ayudas pandémicas, el plan de infraestructura de la Administración Biden podría proporcionar una demanda fundamental real de cobre. Se espera que los puentes desvencijados y otras estructuras públicas repartidas por todo Estados Unidos se restauren en el marco de este plan, lo que posiblemente resulte en la utilización de cientos de miles de toneladas de metales, incluido el cobre.