¿Por qué suben las tasas reales (crecimiento) y bajan los breakevens (inflación esperada)? El mercado internacional probablemente descuenta que la Fed llegó a tiempo para frenar la inflación lo cual es una noticia aceptable pero que a la vez ocasionó un formidable selloff intersectorial en contra de acciones cíclicas. Pasaron muchas cosas durante la semana con caídas estrepitosas en algunos sectores como bancos por ejemplo.
Sin embargo, la mayor locura la registró una tasa de 30 años que cerró la semana en 2% indicando lo que probablemente sea una sobrerreacción ante los anuncios de la Fed que lejos están de haber sido así de dramáticos para justificar semejante colapso en tasas largas.
Hiperinflación de activos financieros. En este contexto, resulta muy relevante resaltar lo que está ocurriendo en la curva de tasas de Estados Unidos. Las tasas cortas y largas pueden moverse con correlación negativa.
De hecho, lo que viene ocurriendo desde el miércoles pasado es un ejemplo de libros de dicha dinámica: las tasas cortas están volando y las largas vienen colapsando a velocidad y niveles sorprendentes. Es enorme todo el equilibrio general que se está descontando en la curva de tasas norteamericana y todavía no empezó el pricing del “tapering”.
El “tapering” es el evento a partir del cual la Fed dejaría de emitir dólares contra la compra de activos o sea, el fin de QE4. Esto no quiere decir que lo emitido se sacaría del mercado, sólo significa que no habría nuevas emisiones de dólares en este sentido. Por lo tanto, la mega emisión monetaria se quedará en el mercado para mantener el actual proceso de hiperinflación de activos financieros iniciado en marzo 2020.
¿Está esta burbuja global a punto de implosionar?: no lo creo. ¿Está esta burbuja global a punto de corregir?: es posible y de hecho durante la semana anterior mucho sector cíclico bien pudo haber corregido ya. Estos mercado corrigen muy rápido, todo ocurre a velocidad de la luz.
¿Por qué tanta locura? La Fed solamente insinuó una suba en su tasa de referencia aproximadamente a dos años vista, un poco antes de lo que esperaba Wall Street y el mercado de bonos norteamericanos reaccionó favorablemente en el sentido que los breakevens, instrumentos que miden inflación esperada, colapsaron tanto en su parte corta como larga.
Siempre el temor es que un Banco Central quede detrás de la tortuga en materia inflacionaria y si ese es el caso, un Banco Central que llega tarde para frenar la inflación es uno que deberá subir mucho las tasas cortas para contener la estampida de precios dañando significativamente el crecimiento.
Nada de esto se descontó con el anuncio del miércoles de hecho, lo ocurrido describe a un mercado que cree en el compromiso antiinflacionario de la Fed.
Primero, la inflación esperada tanto en la parte corta (5 años) y larga (30 años) bajó aproximadamente 15 basis, lo cual es mucho.
Segundo, las tasas reales las cuales son una proxy de crecimiento esperado, subieron en la parte corta 27 basis y en la larga quedaron neutrales. Por lo tanto, parecería que el mercado a la luz de la reacción en breakevens (inflación para abajo) y tasas reales (crecimiento para arriba) no está descontando a una Fed que llega tarde para contener la inflación. Sin embargo la locura intersectorial en el équity norteamericano ha sido enorme.
Lo más relevante desde el anuncio fue el colapso en la parte larga de la curva de tasas. La tasa de 30 años se fue en tres días de 2.20% a 2% en un movimiento tan impensado como violento.
Las tasas cortas subieron unos 10 basis por lo que la pendiente de la curva de tasas de Estados Unidos sufrió otra baja más y eso lastimó muy fuertemente al sector más sensible al spread de tasas: los bancos, porque se fondean en el corto y prestan en el largo.
En marzo la diferencia entre la tasa de 30 y la de 2 años era de 230 basis, actualmente estamos en 180 basis. El colapso ha sido enorme y sorprendente en especial porque en el marco de una economía norteamericana que viene recuperando muy fuertemente, lo lógico era esperar un empinamiento de curva y no un aplanamiento. Pero estamos en un contexto tan manipulado a nivel monetario que la distorsión siempre le gana al fundamento.
Para muchos sectores, quizá la primer corrección del bull market ocurrió durante la semana pasada, incluida la soja. Los bancos no fueron los únicos en sangrar pero reflejan lo violento y rápido que es este mercado post COVID a la hora de corregir y me pregunto si lo hecho durante la semana anterior por bancos no es un preludio de lo que les ocurrirá a las acciones tecnológicas cuando la amenaza del “tapering” se convierta en realidad.
El XLF (ETF que replica bancos) cerró la semana con un retorno negativo de 6%. El XLE (ETF que replica energía) cerró también en 6% negativo. El QQQ (ETF que replica tecnológicas) de la mano de una tasa de 30 colapsando cerró positivo en 1%. Los commodities tampoco se salvaron ante una coyuntura que marca la fortaleza del dólar y en ese sentido este asset class suele performear negativamente con un retorno semanal de 6% negativo y 15% abajo desde máximos del año.
Esto indica que el sumo dolor fue sectorial con cíclicas perdiendo fuertemente y quizá a esta altura, de manera exagerada y con tecnológicas surfeando bien la locura aun cuando tampoco se las vio demasiado convencidas a la hora de subir, lo cual deja ciertas dudas dado lo sensible que son estas acciones a la baja de tasas largas.
Es decir, con semejante baja de tasas largas, el QQQ tendría que haber tenido un rally frenético y dicho rally no ocurrió. El DIA (MC:DIDA) (cíclicas) cierra la semana con un RSI (índice técnico de sobrecompra o sobreventa) en 29 y el XLF en 28. Recordemos que cuando el RSI toca los “30” se lo considera en zona de “sobreventa” y cuando quiebra los “70” en sobrecompra. ¿Se vendrá un rebote del DIA en esta semana?
Tasa de 30 años en estado de delirio y potencial sobrerreacción. Los últimos días dejan la sensación de que la reacción de todo el mercado al “sorprendente” anuncio de la Fed fue exagerada y que lo lógico sería ver a una tasa de 30 que encuentre un soporte muy firme en el nivel del 2% actual lo cual pondría un freno al rally de tecnológicas contra cíclicas.
Las últimas diez ruedas del Dow han sido negativas y sin respiro, lo cual a esta altura podría significar una sobrerreacción. Es posible entonces imaginar a un mercado que sienta que la rotación en perjuicio de cíclicas ha sido exagerada con una tasa de 30 que podría rebotar desde estos niveles impensados solo 15 días atrás.
Esta semana nos deja con un patrón de comportamiento que se viene observando desde el inicio de este bull market en marzo 2020: el mercado es vertical, heterogéneo, intersectorial y muy violento.
Esta vez la heterogeneidad impactó muy negativamente a las cíclicas en beneficio de las tecnológicas al punto que la performance acumulada del DIA (cíclicas) y QQQ (tecnológicas) quedó en empate técnico al 9.50% al cierre del viernes aun cuando durante todo este año el QQQ la remó de atrás.
Me quedo entonces con la sensación de que los movimientos de esta semana han sido en modo sobrerreacción pero a la vez refleja lo infinitamente sensibles que son los activos financieros a este delirio de paradigma monetario al que nos llevó el COVID. Larga vida a la Fed, a la burbuja y a esta histórica hiperinflación de activos financieros.