Mucho se criticado al presidente de Argentina. Pero poco se remarcan los logros que a pesar de una fulminante y perversa herencia K, ha sido capaz de cosechar en tan sólo tres cortos años.
Este señor presidente, criticado por el periodismo de la TV, ese mismo al que nuestro presidente precisamente le quitó la pauta, consiguió entre otras cosas lo siguiente.
Primero, levantó el asfixiante cepo cambiario K que nos cerraba perversamente al mundo. Segundo, recuperamos el INDEC y con él, neutralizamos la siniestra desinformación K. Tercero, del déficit fiscal K estamos ya en equilibrio primario M. Cuarto, logró el equilibrio fiscal de la mayoría de las provincias del país liberándolas de la sistemática dependencia K en defensa del federalismo. Quinto, nos liberó del default K permitiendo nuevamente el acceso a mercados internacionales de financiamiento. Sexto, logró un desarrollo impensado en Vaca Muerta que nos saca de la dependencia energética K y nos abre una formidable puerta de expansión futura y autoabastecimiento en un insumo estratégico. Séptimo, del abandono K nos viene reconstruyendo a base de una obra pública indispensable y honesta, sin sobreprecios y no vista en décadas por su calidad y magnitud.
Octavo, este señor presidente repudia a la dictadura militar de Maduro en Venezuela, mientras que el club K no hace otra cosa que adularla. Noveno y por sobre todo, el acuerdo Mercosur-Unión Europea anunciado la semana pasada exponencia las capacidades de comercio y crecimiento de nuestro país en dimensiones y magnitudes jamás vistas por nuestra nación. Mientras que el kirchnerismo cerraba tratos con Irán, Angola, Bolivia, Ecuador y Venezuela, este presidente consigue hacerlo con Europa, uno de los bloques económicos más relevantes del planeta, al mismo tiempo que abrió nuevos mercados en China, Estados Unidos, Japón y Asia.
Un “fracaso” en perspectiva. En perspectiva, no conozco a un solo presidente argentino que desde 1983 haya sido capaz de conseguir ni una pequeña porción de todo esto y en condiciones internas muy extremas debido al saqueo que el kirchnerismo le propició a nuestro país. Sin embargo, la mediocridad de Peronia es tan abundante y miserable, que sólo observo a un periodismo crónicamente criticador, tan “obviamente criticador” que hasta tiene un inconfundible y evidente sabor a billetera K. Nunca para el pueblo argentino hubo una elección tan obvia y sencilla: o se elige la dictadura kirchnerista y al comunismo de estado o se sigue apoyando a un señor presidente que en base a la libertad y al respeto intenta reconstruir la dignidad que nos sacó como nación el kirchnerismo.
Imagínense por un segundo si este presidente tuviese los precios de la soja que el kirchnerismo supo dilapidar en base a mentira y populismo y con esta frase soy más que benévolo. A nuestro “fracasado” señor presidente y equipo me permito decirle entonces: sigan por este rumbo, millones bancamos la parada, nadie es libre de cometer errores pero esta es la senda de la decencia, es el camino hacia la recuperación desde la siniestra herencia K.
Bando que pierde, bando que va en cana. En este entorno, hace unas cuantas semanas que vengo anticipando el inicio de una tendencia muy sólida en la recuperación de activos argentinos que di en llamar “deskirchnerizacion”, entendido como el proceso a partir del cual la economía argentina comienza a descontaminarse de un innecesario riesgo K que comenzó a pulular por nuestro sistema en especial desde el día en donde se dio a conocer la “bendita encuesta” que daba por ganador al club K por 9 puntos. Pasaron ya dos largos meses de esa encuesta que más que una encuesta pareció un presagio de Nostradamus en estado de ebriedad y aquí estamos, con la candidata K que “venía ganando por 9 puntos” según me relataban por la TV bajándose de la contienda presidencial y desde entonces varias cosas extremadamente positivas han ocurrido, episodio que no ha pasado desapercibido para activos argentinos.
Los cambios de fórmula en perspectiva. Al cierre del viernes se cumplieron exactamente 30 ruedas desde que el kirchnerismo anunció la “fórmula del siglo”, esa que competiría en originalidad con el mismísimo Maquiavelo. Obviamente que al cambio de fórmula K hay que sumarle el anuncio de fórmula M con el Senador Pichetto dando una señal de gobernabilidad y ejecución que jamás pudo mostrar Cambiemos. Estos dos anuncios de fórmula han sido voluptuosamente celebrados por Wall Street dado que combinan una señal de debilidad K más un signo de notable fortaleza M. El precio de los activos financieros argentinos viene capturando el ritmo de un clima político que sigue favoreciendo al presidente Macri y deteriorando al kirchnerismo para dolor del mundo K y de muchos armagedónicos que sin ser K en lo aparente, han beneficiado ampliamente su postura. En perspectiva, un ADR emblemático como el del Banco Galicia está 40% positivo en sólo estas 30 ruedas, los bonos largos como el Centenario están 10% arriba, los bonos cortos como el Bonar 24 están 5% arriba y el tipo de cambio se apreció 5% generando para posiciones de carry en pesos un retorno del 10% en dólares. El Credit Default Swap de Argentina a 1 año colapsó en este lapso 700 puntos y el de 5 años, 300 puntos. Claramente, la deskirchnerizacion viene tomando velocidad.
¿Cambio de aire? Lo cierto es que el viento le viene cambiando muy favorablemente a nuestro “fracasado” señor presidente en múltiples dimensiones. Primero, la soja pegó la vuelta entrando en terreno positivo, fruto de condiciones climáticas que han afectado muy significativamente al maíz en USA. Segundo, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo han sonado recientemente muy laxos a nivel monetario alentado una sorpresiva y muy significativa baja de tasas internacionales, lo cual alimenta el posicionamiento a nivel global en mercados emergentes. Por ejemplo, la tasa a 2 años en USA bajó 125 puntos básicos y la de 10 años hizo casi lo mismo en sólo un par de meses. Tercero, la baja de tasas internacionales viene debilitando al dólar contra todas las monedas emergentes, dándole más oxígeno a nuestro Banco Central para lograr estabilidad cambiaria y a través de ella colapso de expectativas inflacionarias. Cuarto, parecería ahora que es muy plausible e inminente un acuerdo tarifario entre Estados Unidos y China aspecto que deja de lado al mayor fantasma que venía asediando a los mercados emergentes. Quinto, la tasa de inflación en Argentina se viene desacelerando fuertemente. Sexto, la economía real comienza a repuntar en activad. Séptimo, la imagen del presidente Macri viene recuperando a velocidad al mismo tiempo que se estanca el stock de votantes K. Octavo y muy especialmente, el gobierno del presidente Macri acaba de concretar el acuerdo comercial más importante de toda nuestra historia. La posibilidad de que el Mercosur y Europa extiendan sus lazos comerciales abre una ventana de crecimiento potencial para la Argentina sin límites.
Claramente, estos 8 ítems no han pasado desapercibidos por un mundo que nos mira atentamente, razón por la cual el rally de activos argentinos ha sido espectacular y esto recién empieza. Mi escenario base viene siendo invariable e implica a un presidente Macri ganando las elecciones por lo que el riesgo K remante que todavía contamina a la economía real y financiera de Argentina será pulverizado en los próximos 5 meses. La recuperación de activos argentinos y de nuestra economía en general recién empieza, pierde el bastión K y lo celebro infinitamente como ciudadano de este bendito país al que todavía podemos llamar Argentina.