Los resultados recientes de la Encuesta al Consumidor de la Universidad de Michigan pintan un cuadro preocupante: la confianza del consumidor en la economía está menguando, y hay un aumento perceptible en las preocupaciones sobre la inflación, con expectativas ahora situadas en un 3,5% para 2024. Este cambio, aunque leve, no pasa desapercibido.
Para la Reserva Federal, estos hallazgos seguramente generan incomodidad.
La preocupación del consumidor es un claro indicador del estado de la economía, y varios miembros del banco han expresado sus preocupaciones en línea con estos datos.
Sin embargo, Michelle Bowman ha aportado una perspectiva diferente y algo más optimista al sugerir que, si las condiciones se mantienen estables en los próximos meses, es posible que no se requiera una reducción de tasas este año. Su posición implica que la FED podría esperar más tiempo, a menos que se presenten cambios significativos o sorpresas en la economía.
En general, la mayoría de los miembros aún mantienen la expectativa de una o dos reducciones de tasas en respuesta a una trayectoria descendente de la inflación, aunque esto dependerá de cómo evolucionen los indicadores económicos en los próximos meses. Veremos, pero por ahora, la bolsa celebra.