El desplome en los precios del oro esta semana amenaza con impactar a una serie de fusiones y adquisiciones de la industria minera justo en momentos en que el sector registraba un cierto impulso.
Ejecutivos mineros y gerentes de fondos advierten que las empresas que buscan fusiones o adquisiciones se tornarán más cautelosas antes de desembolsar dinero o aprobar aumentos de capital, al menos hasta que el lingote muestre señales de estabilización.
Esta semana, el oro anotó su mayor caída desde septiembre de 2013, a 1.088 dólares la onza, un mínimo de cinco años.
Mining de Australia, una de las mineras de oro con mayores adquisiciones este año, no descarta más compras mientras puedan agregar valor.
Por lo general, eso apunta a minas y a perspectivas en las economías basadas en materias primas, como Australia, donde el desplome del oro ha sido contrarrestado por la debilidad de la moneda, que ha elevado los retornos para las mineras locales.
El oro ha estado operando bajo una fuerte presión vendedora desde inicios del 2012, arrastrando fuertes pérdidas tras tocar máximos en torno a la zona de los US$1.900/onza.
En estos momentos, el próximo soporte de corto plazo corresponde al nivel psicológico de los US$1.000 la onza, dónde podríamos ver un fuerte rebote técnico por cierre de posiciones cortas y compras de oportunidad.
Gráfico Oro (cierres mensuales)