GameStop (NYSE:GME), el minorista de videojuegos sacado del anonimato (literal y figuradamente) por la gente de Reddit y todavía favorecido por algunos inversores y traders minoristas, ha perdido impulso tras el repunte espectacular de este año.
En las últimas 52 semanas, las acciones han pasado de mínimos de 6,43 dólares a máximos de 483 dólares, una subida demencial de más del 7.400%. En enero de 2021, las acciones se dispararon un 1.600% antes de caer, pero desde entonces, las acciones se han estancado en un estrecho rango, manteniendo los alcistas sus posiciones con la esperanza de un cambio de rumbo.
Aunque las acciones de este vendedor de productos electrónicos han subido aun así más de un 900% en el conjunto del año, parece que no hay otros catalizadores a corto plazo que puedan respaldar más ganancias. Las acciones cerraron el viernes en 190,41 dólares, tras caer un 4%.
La última prueba de por qué la actividad de las acciones es tan tenue se produjo la semana pasada, cuando la empresa con sede en Texas presentó sus resultados del segundo trimestre. El minorista de videojuegos, que atraviesa actualmente grandes dificultades, registró una pérdida mayor de la prevista en el segundo trimestre y no aceptó preguntas durante su teleconferencia con los analistas.
Los resultados trimestrales de GameStop reforzaron aún más el argumento de que el minorista todavía no tiene un plan de restructuración creíble con el que los inversores puedan justificar su fe en las acciones. La empresa ha registrado números rojos en seis de los últimos ocho trimestres, incluida una pérdida de 0,76 dólares por acción en el último periodo, por encima de los 0,67 dólares que estimaban los analistas.
La compañía ha cerrado cientos de tiendas a causa de la caída de las ventas y ahora está tratando de competir aún más directamente con el gigante minorista online Amazon (NASDAQ:AMZN). Ryan Cohen, un inversor activista nombrado presidente de GameStop tras acumular una participación del 13%, dijo a los inversores en junio que no los decepcionaría, pero los mercados siguen esperando.
Ese mismo mes, GameStop nombró al exveterano de Amazon Matt Furlong director ejecutivo. Furlong estuvo al mando de la teleconferencia de presentación de resultados de GameStop el miércoles, siendo ésta la primera vez que hablaba públicamente desde que fuera nombrado director ejecutivo. Sin embargo, como decíamos, no aceptó preguntas y dijo que la compañía no proporcionaría orientación alguna, igual que los últimos trimestres.
No hay fundamentales para justificar
Los analistas de Wall Street han dicho a los inversores que no compren acciones de GME. La razón: su valor actual no se justifica en base a los fundamentales. Cuatro analistas realizan actualmente el seguimiento del minorista de videojuegos, frente a los nueve de principios de año.
Gráfico: Investing.com
A fecha del viernes, se asignaban dos calificaciones de "retención" y dos de "venta" a las acciones de GameStop, según una encuesta de Investing.com, con un riesgo a la baja del 54% y un precio objetivo medio de 88,33 dólares.
Aunque reiteró su propia calificación de retención para GME, Jefferies ha dicho que sigue esperando más información sobre el rumbo estratégico de la empresa. Su nota decía:
"Estamos siguiendo de cerca dos áreas específicas: inversiones en infraestructura y pistas sobre la escala futura de un negocio digital y cambios de personal, como una señal para los cambios en la dirección estratégica guiada por una nueva junta directiva y director ejecutivo".
Los traders minoristas de Reddit llevan respaldando las acciones desde el año pasado, a pesar de que muchos analistas de Wall Street creen que la empresa está muy sobrevalorada.
"Estas acciones son un 90% psicología/impulso y un 10% fundamentales, por lo que en muchos sentidos no importa cuáles sean los resultados trimestrales", dijo Adam Crisafulli de Vital Knowledge en una nota, citada por Bloomberg news.
Conclusión
Las acciones de GameStop siguen siendo unas acciones muy volátiles, y se conocen pocos detalles sobre su plan de restructuración. Aunque su meteórica subida de este año ha mejorado considerablemente su salud financiera, no hay garantía de que su negocio sea capaz de enfrentarse —y mucho menos competir— a los gigantes tecnológicos, incluido Amazon.