Este artículo fue escrito en exclusiva para Investing.com
Tras el desplome de la semana pasada, el oro consiguió finalmente encontrar algo de apoyo tras la subida de tasas de la Reserva Federal el miércoles, convirtiéndose en algo positivo durante la jornada. La subida de 50 dólares del activo en la jornada siguiente puso de manifiesto la importancia de este hecho, ya que el metal amarillo se recuperó hasta alcanzar la resistencia de 1,950 dólares antes de retroceder.
Desde un punto de vista alcista, es decepcionante que el oro no haya podido superar este obstáculo, teniendo en cuenta todo lo que está ocurriendo en el mundo en estos momentos. Sin embargo, no se han perdido todas las esperanzas. El metal podría volver a superar este nivel de resistencia, lo que llevaría a un seguimiento técnico hacia los 2,000 dólares de nuevo y posiblemente a un nuevo máximo histórico en breve.
Sin embargo, para tener alguna posibilidad de hacerlo, primero tendrá que mantenerse por encima de la vela martillo del miércoles y el soporte actual en torno a los 1,929 dólares. Un cierre diario por encima de los 1,950 dólares mejoraría aún más las perspectivas técnicas del oro.
Desde un punto de vista macroeconómico, el repunte del par de divisas USD/JPY y la reciente recuperación de los mercados bursátiles (ambas señales de riesgo) están desalentando a los especuladores a comprar más agresivamente activos de refugio como el oro.
Sin embargo, el principal motor del oro es la creciente inflación, que debería seguir proporcionando un apoyo constante a las caídas del metal. Si el ciclo de subidas de la Fed no lo mata, lo hace más fuerte. Además, el hecho de que el oro haya subido el miércoles frente a una Reserva Federal de corte halagüeño es claramente una buena señal para el oro.
Además, el extremo más largo de la curva de rendimientos se ha aplanado tras la reunión de la Fed. Esto sugiere que el mercado piensa que la Reserva Federal sólo subirá las tasas por adelantado antes de volver a relajar su política en un futuro no muy lejano. Esta opinión tiene cierto sentido.
La inflación está en auge ahora, y podría llegar a ser muy alta en los próximos meses, dado el reciente aumento de los precios de las materias primas. Unos niveles de inflación elevados y sostenidos perjudicarían el gasto de los consumidores, provocando un debilitamiento de la economía. Y si la economía se debilita hasta el punto de requerir de nuevo una política muy blanda, la Fed actuará en consecuencia.
Por lo tanto, los rendimientos nominales a largo plazo podrían permanecer reprimidos si la inflación se acelera más a corto plazo, manteniendo los rendimientos reales a largo plazo en territorio negativo durante un tiempo.
Si este escenario se cumple, los activos de rendimiento cero, como el oro y la plata, deberían prosperar. Se beneficiarán más si los mercados de valores vuelven a bajar, lo que no me sorprendería, dada la incertidumbre sobre la situación de Ucrania, el aumento de las presiones inflacionistas y el endurecimiento monetario de los principales bancos centrales.