Una de las funciones del estatus del dólar estadounidense como moneda de reserva global es que cotizamos el valor de una serie de activos financieros en dólares. Pero al igual que otros activos, el valor del billete verde no es fijo. Más bien, fluctúa en función de una serie de eventos, a favor y en contra.
Y esto nos lleva al oro. Su valor se cotiza generalmente en dólares y, cuando el dólar baja, el precio del oro sube. Esa es la ecuación básica, aunque simplificada.
Así que cuando la Fed, junto con otros bancos centrales, impulsa los activos añadiendo liquidez a los mercados, abaratando sus monedas básicas, hacen que los activos sean más asequibles, atrayendo la demanda.
Pero no hay que olvidar que el metal precioso es también un activo que no conlleva intereses, por lo que en realidad no tiene prácticamente ningún valor intrínseco. Su valor se asigna exclusivamente según las funciones de mercado de la oferta y la demanda.
Además, el único atributo negativo del oro, la falta de rendimiento, se disipa, sin embargo, cuando el dólar se convierte en un activo sin rendimiento, como es el caso ahora mismo debido a la política de tasas de interés de la Fed cercanas a cero por más tiempo. Esto deja el oro con sólo sus atributos positivos: su uso industrial limitado, la fascinación cultural con el metal brillante y su condición de refugio seguro.
Esto último lo convierte en una cobertura ideal contra las acciones en máximos históricos a causa de las incertidumbres geopolíticas sin precedentes en medio de la peor pandemia mundial del último siglo que ha causado la inestabilidad de las economías y la desconfianza en los mercados energético e inmobiliario.
Esto cambia el equilibrio entre la oferta y la demanda del metal precioso.
Tras alcanzar su primer récord desde 2011 en agosto, advertimos de un probable retroceso que fue validado a través de una corrección de dos dígitos en sólo cinco sesiones, desde el 7 de agosto hasta el 12 de agosto.
Luego, el precio repuntó dentro de una congestión ascendente que podría ser probado como una bandera ascendente, potencialmente bajista tras la caída del 10% que la precedió. Sin embargo, por ahora, parece que la demanda dentro del canal ascendente desde que tocara fondo el 12 de marzo está superando la caída desde los máximos del 7 de agosto.
Hasta ahora, no se ha convertido en una tendencia bajista. En cambio, los mínimos del 26 de agosto se registraron por encima de los mínimos del 12 de agosto, nivel que debería haber sido sobrepasado para establecer una tendencia bajista.
Negándose la postura pesimista está la línea inferior redondeada por hora (azul). El repunte de seis días del 12 al 19 de agosto puede parecer favorable, pero formó una bandera bajista con implicaciones relacionadas con la oferta-demanda. Sin embargo, la línea inferior redondeada ayudó al precio diario a completar un banderín que es alcista dentro del canal ascendente.
El banderín se ajusta al canal ascendente como un guante y se ve respaldado por la MMD 50, complementándose todo entre sí, formando una visión alcista coherente en general. Además, el hecho de que la proyección de la demanda del banderín abarca —y es mayor que— la de la bandera ascendente da prioridad a los alcistas, incluso cuando los bajistas restantes esperan en el banquillo.
Dicho todo eso, el precio de hoy parece haber encontrado resistencia cerca de la parte inferior de la bandera, lo que podría revelar que todavía hay reservas de suministro, un remanente de la postura bajista que siguió a la bandera bajista. Sólo con un cierre decisivo por encima de la parte superior de la bandera de 2,027 dólares se anulará el riesgo.
Otra prueba de la tendencia alcista son los fondos tanto del Índice de Fuerza Relativa como de los Estocásticos.
El trading es el arte de sopesar los riesgos y operar en consecuencia. Aunque no podemos saber que la bandera no resultará maligna, estamos confiando en lo que parece ser una probabilidad bastante elevada de la tendencia alcista continuada enmarcada dentro del canal ascendente. Esto volvería a probar los máximos históricos del oro registrados a partir del 7 de agosto en 2,089.20 dólares, y todos los fundamentales ayudar a argumentar esto.
Estrategias de Trading
Los traders conservadores esperarán a que la demanda absorba toda la oferta restante, con el fin de aliviar las preocupaciones en torno a que el canal ascendente llegue a su fin. Una posible entrada en largo sería tras una caída que siga a la penetración de 2,030 dólares.
Los traders moderados podrían arriesgarse a posicionarse el largo tras un retroceso en el fondo del canal, con evidencia de apoyo.
Los traders agresivos podrían posicionarse en largo a voluntad, siempre que cuenten con un plan de trading que haga que valga la pena. A continuación se muestra un ejemplo.
Ejemplo de operación – Posición larga
- Entrada: 1,975 dólares
- Orden de minimización de pérdidas: 1,950 dólares
- Riesgo: 25 dólares
- Objetivo: 2,075 dólares
- Recompensa: 100 dólares
- Relación riesgo-recompensa: 1:4
Nota del autor: Esto es sólo un ejemplo, no el análisis. Eso está en el post. Las operaciones pueden gestionarse de muchas maneras, incluso por el mismo trader. El trader podría esperar a un descenso más pronunciado para reducir la exposición, lo que también incluye la opción de una mayor recompensa. El costo de esa seguridad y/o recompensa adicional es la posibilidad de perder tras la operación.
Cada operación tiene un espectro de posibilidades que los traders deben explorar para encontrar lo que más les convenga. Los traders expertos distribuyen sus fondos para abrir múltiples posiciones de acuerdo con los diferentes niveles de riesgo y recompensa de la misma operación. ¡Buen trading!