El primero es que la gripe porcina africana afectó la cría de cerdos de China desde 2019 y esto provocó que los precios de la carne aumentaran drásticamente en ese país hasta seis veces más que en Estados Unidos.
Los porcicultores suelen fijarse en la relación cerdo/maíz como guía de rentabilidad, pues por lo general se necesitan 4 kg de grano para 1 kg de carne de cerdo. Esta relación de cerdo/maíz se disparó a un máximo histórico en China en 2020.
China se ha convertido en un gran importador de y esto ha sido un gran problema, porque si bien esto es positivo para el grano (como destaca la relación entre el cerdo y el maíz), la cría de cerdos en China es ahora deficitaria.
Por otra parte, la invasión rusa de Ucrania ha creado un shock de oferta. Como punto de comparación, tan solo la demanda china de cereales secundarios (maíz, sorgo y cebada) es superior a las exportaciones combinadas de Rusia y Ucrania.
“Estamos pasando a un nuevo entorno político, que sugiere que la inflación de los alimentos y el aumento de los precios agrícolas están aquí para quedarse”, destacó Russell Clark.
La carne de res estará por los cielos durante 2022
La empresa cárnica brasileña JBS, el mayor productor de carne del mundo, advierte que los precios de la carne de res se mantendrán altos a lo largo de 2022 en Estados Unidos, impulsados por una sólida demanda interna, un elevado número de envíos al extranjero y una menor oferta de ganado (ver gráfico de precios por libra en Estados Unidos).
Incluso señala que debido a que el comportamiento de los consumidores aún no ha cambiado, los precios deben subir aún más para alcanzar un punto en el que comiencen a frenar la demanda. Además, con la guerra en Ucrania se han interrumpido cadenas de suministro que no se han recuperado desde el inicio de la pandemia, lo que ha provocado presiones de costos adicionales –desde el combustible hasta la alimentación animal, pasando por el embalaje, el transporte y la escasez de mano de obra.
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