- El informe del IPC fue una sorpresa positiva, pero la mediana del IPC subió un 6.3%.
- La sorpresa se debe a los grandes movimientos en las partidas pequeñas, más que a una disminución generalizada de las presiones
- Más historias sobre cómo el gran control de los salarios y los precios incrementa preocupaciones
La semana pasada, el mercado de valores celebró la suave impresión del IPC, que sorprendió a los sufridos pronosticadores a la baja, para variar, con una impresión plana mes a mes en la cifra principal y sólo +0.3% en el IPC básico. La nostalgia me obliga a señalar que solíamos considerar que una cifra del 0.3% en el índice principal era un raro valor atípico: desde 2008 hasta 2009, hubo exactamente seis cifras de este tipo y ninguna más alta. Ahora, lo consideramos un gran triunfo y al mercado de valores le encantó.
Hay un pequeño indicio en el hecho de que el mercado de bonos no pareció considerarlo con tanto entusiasmo, y los rendimientos terminaron la semana más o menos como la empezaron. Hay otra pista en el hecho de que el IPC medio subió un 0.525% mensual, lo que sigue siendo una tasa anual del 6.3%.
Hay dos maneras de que una media ponderada pueda bajar. Una forma es que algunas partes pequeñas de la media pueden bajar mucho, dejando el resto de la distribución sin cambios pero bajando la media mecánicamente ya que una categoría pequeña con un gran movimiento es matemáticamente tan importante como una categoría grande que se mueve un poco. La otra forma es que la mayoría de las categorías pueden desplazarse juntas a un nivel inferior.
Una de las formas de diagnosticar tal cosa es mirar la diferencia entre la media (como el IPC básico) y la mediana. En el segundo tipo de movimiento que he mencionado, la media y la mediana se moverían de forma similar. En el primero, la media se movería pero no la mediana. Y eso es justo lo que ocurrió. Así que en tres o cuatro minutos, estábamos bastante seguros de que el fallo del IPC no era el acontecimiento decisivo que esperábamos (estas cosas suelen llevar un poco más de tiempo a los chicos de la renta variable; se darán cuenta para este martes o así).
El gráfico ilustra este punto. Muestra (sólo para las categorías básicas, es decir, sin alimentos ni energía) los pesos de las distintas categorías en el eje X, y la variación porcentual de un mes de julio en el eje Y. Se puede ver que la mayoría de las categorías siguieron subiendo en el mes; de hecho, alrededor del 60% del peso de la cesta del IPC subió más del 0.5%, frente al 70% del mes pasado (pero antes de 2020, esa cifra era de alrededor del 20% la mayoría de los meses). Pero unas pocas categorías pequeñas mostraron cambios negativos muy grandes y eso hizo que la cifra total bajara.
IPC: Peso de los contribuyentes
La buena noticia es que este es el tipo de categorías que se considerarían "transitorias"... y finalmente lo son. La mala noticia es que no son muy emblemáticas de la presión general sobre los precios, que sigue siendo bastante elevada (como ilustra el IPC medio).
Todo esto quiere decir que puedo entender que el Presidente de los Estados Unidos quiera alardear de que los precios no han variado en el mes... pero si yo fuera él no me lanzaría en paracaídas con un gran cartel que dijera "Misión cumplida" todavía.
Dando un paso atrás...
La semana pasada me di cuenta de algo que me puso muy nervioso. Había un artículo en el Washington Post del 9 de agosto titulado "La forma de luchar contra la inflación sin que suban las tasas de interés y haya una recesión" con el útil subtítulo "La historia demuestra que los topes de precios dirigidos funcionan cuando van acompañados de una campaña pública". Trataba de los controles salariales y de precios, y ensalzaba la belleza y el poder de tales políticas.
Normalmente, ignoraría tales escritos histéricamente ignorantes -todos sabemos, a través de las lecciones aprendidas de forma muy dolorosa, que los controles de precios no funcionan ni en la teoría ni en la práctica. Sin embargo...
Esto siguió a un artículo publicado en enero en el New York Times: "Los controles de precios provocan un acalorado debate mientras la historia se revisa". Me acordé de eso porque en su momento me reí de ello. Una vez es sólo un editor ridículo tratando de llenar pulgadas de columna con tonterías provocativas. Dos veces... empieza a parecer que está probando las aguas.
Si haces una búsqueda rápida en Internet, también encontrarás que el representante Jamaal Bowman (demócrata de Nueva York) presentó recientemente un proyecto de ley que crearía un grupo de trabajo del Congreso análogo a las juntas de salarios y precios de antaño. Este grupo de trabajo tendría poder de citación para examinar los beneficios de las empresas en materia de vivienda, sanidad, energía y transporte. El diputado Bowman disipó las dudas sobre este proyecto de ley diciendo
"No se trata de controlar los precios en toda la economía. Se trata de buscar dónde se están produciendo los precios abusivos, dónde hay escasez en la cadena de suministro".
Esto es traído a ustedes por la misma gente que les trajo la Teoría Monetaria Moderna (BMV:MRNA), que fue la filosofía que impulsó el gasto masivo del gobierno que contribuyó poderosamente a la inflación que tenemos ahora, la inflación que los lleva a querer controles de salarios y precios.
Espero que me esté preocupando sin razón alguna. Pero me temo que vamos a ver cómo se intenta algo así, porque cuando la inflación no baje mucho o muy rápido, se percibirá la necesidad de "hacer algo". Y hacer ese algo puede llevar al viejo recurso de la Segunda Guerra Mundial, el racionamiento de bienes.
Fuente: Biblioteca del Congreso vía https://dustyoldthing.com/share-the-meat-ration-recipes/
Divulgación: Mi empresa y/o los fondos y cuentas que gestionamos tienen posiciones en bonos indexados a la inflación y varios productos de futuros financieros y de materias primas y ETFs, que pueden ser mencionados de vez en cuando en esta columna.