Retroceso histórico de la confianza del consumidor en enero. De acuerdo al reporte publicado hoy por Banxico e INEGI, la confianza del consumidor se ubicó en 68.5 puntos, muy por debajo de nuestro pronóstico de 80.6 puntos (consenso: 83.5 puntos). Ello implicó una reducción de 26% anual, y con ello la confianza del consumidor alcanzó su nivel mínimo histórico. Con cifras ajustadas por estacionalidad, la confianza del consumidor registró una reducción de 17.9% m/m.
Al interior, las expectativas de los consumidores en torno al desempeño económico presente y futuro del país presentaron un retroceso de 22.6% y 23.6% m/m, respectivamente. De igual forma, las expectativas respecto a la situación económica presente y futura de los hogares registraron una caída de 9.7% y 15.6% m/m, respectivamente. Finalmente, el componente que hace referencia a la posibilidad de adquirir bienes duraderos se contrajo 23.5% m/m.
Consideramos que el retroceso en la confianza del consumidor durante enero se explicó por los siguientes factores: (1) El incremento en el precio de la gasolina; (2) la incertidumbre respecto al desempeño económico de México generado por las políticas económicas que implementará la administración de Donald Trump en EE.UU.; y (3) la depreciación que ha acumulado el tipo de cambio durante la primera quincena del mes. En el primer caso, cabe destacar que si bien la SHCP dio a conocer el incremento de los precios de la gasolina el 27 de diciembre de 2016, el reporte del último mes del año no incorporó este efecto, ya que la encuesta de confianza se levanta durante las tres primeras semanas de cada mes.
Mayores expectativas inflacionarias hacia delante. INEGI también publicó la serie extendida de los índices complementarios de confianza del consumidor. Si bien éstos no se incluyen en la ponderación final del índice general, si proveen información relevante sobre la perspectiva de los consumidores en torno a otros indicadores económicos.
Dentro de los 10 índices complementarios, destacamos el incremento que han presentado las expectativas inflacionarias de los consumidores en los últimos meses. En este caso, una caída sugiere que los consumidores esperan una mayor inflación durante los próximos 12 meses. Analizando la serie histórica –y adelantando las expectativas inflacionarias 12 meses para que sean coincidentes con la inflación actual–, se puede apreciar claramente que los consumidores esperan una inflación cercana a 6% al cierre del 2017.
La confianza empresarial se sitúa en sus niveles más bajos desde 2009 en el sector manufacturero. El índice de confianza empresarial del sector manufacturero en el mes de enero se ubicó en 41.9 puntos, su nivel más bajo desde agosto de 2009. En la comparación anual se observó un retroceso de 12.8% en el índice. Al interior destacan las caídas en los sub-índices que miden las expectativas respecto a la situación económica presente y futura del país, así como del momento adecuado para invertir.
La confianza se ubicó en niveles mínimos históricos para el comercio y la construcción. En el primer caso, el índice de confianza llegó a 41 puntos, su nivel más bajo en la historia del indicador, el cual se comenzó a recopilar en junio de 2011. Año a año se observó un retroceso de 11.6% en el indicador, principalmente por caídas en los componentes de la situación presente del país y del momento adecuado para invertir.
Respecto al de la construcción, el índice general se ubicó en 40.3 unidades, con lo cual también alcanzó un mínimo histórico en su serie histórica. El retroceso año a año fue de 16.3%, el más alto de los tres sectores. Los componentes que más retrocedieron fueron el momento adecuado para invertir y la situación presente del país.
Esperamos un fuerte retroceso en la confianza del consumidor de enero. Hacia delante estimamos que la confianza del consumidor mantendrá una trayectoria descendente en los siguientes reportes derivado los siguientes factores: (1) La incertidumbre en torno a las políticas económicas que implementará Donald Trump el próximo año y el impacto sobre las decisiones de consumo e inversión de los hogares mexicanos; y (2) mayores niveles de inflación generados por el mayor traspaso de la depreciación del tipo de cambio a precios y por el incremento en el salario mínimo y en los precios de la gasolina.