Wall Street volvió, como el jueves pasado, a cerrar con sus tres índices estrella en récord. El Dow, el Nasdaq y el S&P’s 500 se subieron a cimas nunca antes alcanzadas. Al cierre de la sesión, el Dow Jones ganó un 0.32% a los 18,636.05 pts, el Nasdaq un 0.56% a los 5,262.02 pts y el S&P’s 500 un 0.28% a los 2,190.15 pts.
Y posiblemente esto nos suceda con cierta asiduidad en días venideros. La economía estadounidense crece, las utilidades del S&P’s 500, tras un largo período de caídas derivadas en buena medida por las pérdidas de las petroleras, empiezan a recuperarse, la política monetaria global sigue siendo acomodaticia, y con las tasas de los bonos a nivel global por los suelos, Wall Street sigue luciendo como un buen destino para los capitales. A la tendencia alcista del mercado contribuyeron las ganancias petroleras, la expectativa de que el Banco de Japón tenga que recurrir a políticas de estímulo monetario tras una decepcionante cifra del PIB para el segundo trimestre, y la depreciación del dólar, lo que favorece las exportaciones estadounidenses.
El barril de WTI se disparó hoy más de un 3.0% a los 45.84 dólares, en tanto el Brent subió un 3.2% a los 48.46 dólares. Esto vuelve a dar un poco de aire a las empresas petroleras. A principios de agosto, el WTI tocó los 40.83 dólares, lo que suponía una caída de más del 20% respecto a su máximo del año, los 51.23 dólares del 8 de junio, o la entrada en un mercado “bear o bajista”. Sin embargo, en lo que llevamos de agosto, el barril de WTI se ha disparado más de un 13% y el Brent casi un 16% luego de que las autoridades de Arabia Saudí anunciaran estar en pláticas con otros países, entre ellos Rusia, para tomar medidas sobre la oferta de crudo y estabilizar al mercado. Junto al petróleo, también subieron otras materias primas: la plata se apreció un 0.7%, el cobre un 0.4% y el oro un 0.1%.
Dentro del S&P’s 500, siete sectores cerraron al alza y tres, los más defensivos, a la baja. Subió el de materiales (+1.0%), el industrial (+0.6%), el financiero (+0.6%) y el de energía. Los que cedieron terreno fueron los de servicios públicos (-1.6%), telecomunicaciones (-0.3%) y los productos de primera necesidad (-0.2%).
De aquí en adelante, con una Fed que no moverá tasas hasta después de las elecciones y con Clinton por delante en las encuestas, el panorama parece bastante tranquilo. La aversión al riesgo se ha reducido. Buena muestra de ello es que Europa ha recuperado sus niveles de pre-Brexit, la bolsa de Rusia ha trepado a nuevos máximos históricos (en rublos), y las bolsas emergentes han subido en las últimas ochos jornadas.
El principal dato económico publicado hoy fue el índice de confianza de los constructores de casas, que se situó en 60 en agosto comparado con 58 en el mes previo. Europa hoy cerró con pocos cambios, pero la bolsa rusa, el Micex, se elevó un 0.51% a los 1,977.28 pts. En Asia, el NIkkei de Tokio perdió un 0.3% luego de que el PIB defraudara con un crecimiento de 0.2% frente al 0.7% que esperaba el mercado. Pero el Shangai Composite se disparó un 2.44%.
Mañana, uno de los datos clave será la inflación en el Reino Unido, donde se espera que la depreciación de la libra esterlina se traduzca en presiones inflacionarias, lo que puede limitar el margen del Banco de Inglaterra para aplicar políticas monetarias expansivas. En Estados Unidos, contaremos con los precios al consumidor de julio, así como la producción industrial y los inicios de casas y permisos de construcción. En los reportes corporativos, antes de la apertura sacará sus números Home Depot (NYSE:HD).