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Perspectiva Económica de México - 1T21

Publicado 30.04.2021, 08:01 a.m
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• La economía de México creció 0.44% real en el primer trimestre del año respecto al trimestre anterior.
• El PIB se contrajo 2.93% real a tasa anual, acumulando 6 trimestres consecutivos de contracciones, algo no visto desde 1982-1983.
• Comienza la reactivación del sector terciario con un crecimiento trimestral de 0.72%.
• El crecimiento a mediano y largo plazo se ve limitado por falta de inversión.
• Bajo un escenario neutral, se espera que la economía crezca 4.6% en 2021.

Recuperación estancada

En el primer trimestre del 2021, la economía de México creció 0.44% real respecto del trimestre anterior, siendo la más baja desde el segundo trimestre del 2020 (Fig. 1). Con esta tasa, la economía hila tres trimestres consecutivos de crecimiento después de la fuerte caída en el segundo trimestre del 2020, según cifras ajustadas por estacionalidad. Este crecimiento trimestral equivale a una contracción anual de 2.93%, con lo que se acumulan seis trimestres consecutivos de contracciones anuales, siendo el periodo más largo en registro de caídas junto al periodo del tercer trimestre de 1982 al cuarto trimestre de 1983.

Por grupo de actividad económica, las actividades primarias mostraron una contracción trimestral de 1.27%, siendo la segunda contracción trimestral consecutiva tras caer 2.39% en el cuarto trimestre del 2020 (Fig. 2). Cabe recordar que el sector no se vio afectado de forma severa por la pandemia en 2020, y a tasa anual se observó un crecimiento de 2.80%. Las actividades secundarias (también conocida como actividad industrial) mostraron un
estancamiento, creciendo 0.0% trimestral, siendo la menor tasa de crecimiento desde el segundo trimestre del 2020, cuando el grupo de actividad económica se contrajo 23.13%. Lo anterior es resultado de una contracción de la manufactura y principalmente de la producción del sector automotriz, lo que fue contrarrestado por el crecimiento del sector construcción. El detalle de estos sectores estará disponible hasta el 26 de mayo cuando se publiquen los datos definitivos del PIB. A tasa anual, las actividades secundarias se contrajeron 2.30%, acumulando diez trimestres consecutivos de caídas anuales, siendo el periodo de contracciones más largo en registro. En 2008 y 2009 las contracciones anuales de la actividad industrial tuvieron una extensión de siete trimestres. Debido a un efecto rebote, se espera que en el segundo trimestre la tasa anual muestre un crecimiento significativo de este grupo de actividad económica. Por último, las actividades terciarias, que incluyen el comercio y el resto del sector servicios, mostraron un crecimiento trimestral de 0.72%, el más bajo desde el segundo trimestre, pero el más alto entre los tres grupos de actividad económica. Cabe notar que el sector servicios mostró contracciones mensuales durante enero y febrero,  debido principalmente al impacto de la pandemia al comienzo del año. No obstante, a partir de marzo se  observó una reactivación del sector que también estuvo impulsada por las vacaciones de Semana Santa. En  resumen, se puede decir que el crecimiento trimestral del PIB de 0.44%, se debe en gran medida a la  reactivación del sector servicios a partir de marzo, sobre todo en sectores que se vieron fuertemente  afectados en 2020, como actividades recreativas, hotelería y restaurantes. A tasa anual, las actividades  terciarias se contrajeron 3.56%, acumulando seis trimestres consecutivos de caídas, siendo el periodo más  extenso en registro desde el primer trimestre de 1986 al primer trimestre de 1987, cuando se contrajo a  tasa anual por cinco trimestres consecutivos.

Escenarios de recuperación

Optimista: El PIB crece 5.3% en 2021, tal como se estima en los Pre-Criterios Generales de Política  Económica publicados por la Secretaría de Hacienda, y crece a una tasa de 2.0% en los años posteriores.  Bajo este escenario, la economía estaría recuperando el nivel pre-pandemia en el 2023. En términos per  cápita, asumiendo una tasa de crecimiento poblacional promedio anual de 1%, la recuperación terminaría  en el 2027. 

Neutral: El PIB crece 4.6% en 2021 y 1.5% en los años posteriores. Bajo este escenario, la economía  recupera su nivel pre-pandemia en 2024 y hasta 2034 en términos per cápita. 

Pesimista: El PIB crece 4.0% en 2021 y 1.5% en los años posteriores. En este escenario, la economía  recuperaría el nivel previo a la pandemia hasta el 2025 y hasta el 2035 en términos per cápita.

Desempeño de los componentes de la Demanda Agregada 

Consumo privado. El indicador mensual de consumo privado mostró una desaceleración significativa al  comienzo del año, creciendo a una tasa mensual de 1.02% en enero, luego de crecer a una tasa mensual  promedio de 2.81% entre junio y diciembre del 2020 (Fig. 4). Debido al lento proceso de recuperación, a  tasa anual el indicador de consumo privado mostró una contracción de 5.7% en enero, de acuerdo con cifras  ajustadas por estacionalidad, acumulando 14 meses consecutivos a la baja. Cabe señalar que esto es el  segundo mayor periodo de contracciones en registro, por detrás de la recesión del 2008-2009, cuando el  consumo se contrajo a tasa anual durante 15 meses consecutivos. 

Se proyecta que el indicador acumule 16 meses consecutivos de contracciones anuales hasta marzo, para  después observarse un efecto rebote significativo a partir de abril, debido a un efecto de baja base de  comparación. Es importante recordar que, en abril del 2020, el consumo mostró una contracción significativa  de 22.7%, ante el comienzo de la pandemia por el Covid-19, por lo que en abril de este año se estima que  el indicador muestre un rebote a tasa anual cercano a 22%.

Al comienzo del año, el indicador muestra una divergencia  significativa entre el consumo de bienes y servicios. El  consumo de bienes de origen nacional registró una  contracción anual de 0.15% al mes de enero, mientras que  el consumo de bienes de origen importado mostró un  crecimiento anual de 8.72%, creciendo a tasa anual  positiva durante dos meses consecutivos (diciembre y  enero). En contraste, se observa un rezago significativo del  consumo de servicios, que se contrajo a una tasa anual de  14.12% al comienzo del año. Lo anterior se debe a que el  sector servicios ha sido el de apertura más lenta debido al  riesgo de contagio de Covid-19. También por esto, es  probable que acelere su ritmo de recuperación en los meses siguientes.

La recuperación del consumo dependerá en gran medida de la cautela que muestre la población, lo cual tendrá como determinantes el avance en el proceso de vacunación, el ritmo de recuperación de empleos y la inflación.

Se espera que el indicador con consumo privado muestre un crecimiento anual promedio de 6.8% en 2021,  luego de registrar una caída de 11.1% en 2020. Esto implica una recuperación parcial y se estima que el  consumo regresará a sus niveles pre crisis a mediados del 2023. Políticas económicas que favorezcan la  creación de empleos formales de tiempo completo, generarían un incentivo en el consumo.  

Inversión Fija Bruta. La inversión fija bruta registró una recuperación al comienzo del año, avanzando a  una tasa mensual de 3.35% durante enero, la más elevada desde agosto del 2020. A tasa anual, la inversión  se contrajo 9.63%, acumulando 24 meses a la baja, pues la inversión inició un proceso de contracción a  tasa anual desde febrero del 2019, un año antes de que comenzara la pandemia del Covid-19 (Fig. 5). Si  se ignora el crecimiento anual de 0.76% de enero del 2019, el registro muestra que la contracción inició  desde noviembre del 2018, un mes después de que se llevara a cabo la consulta para la cancelación del  Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. 

Por lo anterior, se puede asegurar que la menor inversión está asociada a la implementación de políticas  económicas no ortodoxas que generan incertidumbre. Durante 2020 la inversión fija bruta se contrajo a una  tasa anual promedio de 18.53%, mostrando una contracción de 19.80% para la inversión en maquinaria y  equipo y 17.64% para la inversión en construcción.

Al interior, el tipo de inversión que ha tenido la recuperación más favorable ha sido la de construcción residencial, queluego de caer 43.80% anual en abril, muestra una contracción anual de sólo 8.82% al mes de enero. Por el contrario, la recuperación ha sido más lenta para la construcción no residencial, que a enero aún muestra una contracción anual de 14.82%. Destaca que, la inversión en naves industriales y la construcción asociada al sector servicios permanece con un amplio rezago. 

Hacia adelante, se espera un panorama complejo para la inversión. Se estima que el ritmo de recuperación de la inversión dependerá de las políticas económicas del gobierno, el ambiente de negocios y de la capacidad de la economía mexicana para recuperarse de la recesión del 2020. Grupo Financiero BASE estima un crecimiento anual promedio de 11.6% de la inversión fija bruta en 2021, que será sólo un efecto rebote tras la caída del 2020. Si el
pronóstico llega a cumplirse, en agosto se alcanzaría el nivel máximo de inversión con niveles similares a los observados en abril del 2011. De continuar la tendencia, la inversión podría terminar de recuperarse en 2024.

Aunque al mes de enero el indicador muestra una recuperación de 39.2% desde su nivel más bajo (mayo  del 2020), sigue estando 20.1% por debajo del máximo histórico en julio del 2018, mes de las últimas  elecciones presidenciales en México. 

Gobierno. En los primeros tres meses del año, los ingresos presupuestarios muestran un crecimiento real  de 2.8%, con los petroleros creciendo 45.6% y los tributarios cayendo 2.0%. Con respecto a lo esperado  por el programa, los ingresos presupuestarios fueron superiores en 82,841.3 mdp (5.6%). Por otro lado, el  Sector Público federal ha gastado 1.662 billones de pesos, lo cual significa un crecimiento real de 7.9% a  pesar de un subejercicio de 5.6 mil millones de pesos (mdp) o 0.3% de lo programado para el periodo  enero-marzo. En el gasto programable, sobre el cual el Gobierno Federal tiene injerencia directa, se obtuvo  un sobre-ejercicio de 31.7 mil millones de pesos (2.5%), con lo que muestra un crecimiento anual de 13.9% en el primer trimestre. 

Resalta que el gasto en inversión física, que podría generar un efecto multiplicador en la economía, mostró  una contracción real de 3.5% respecto a los primeros tres meses del año pasado, mientras que el gasto  corriente (que no tiene efecto multiplicador) creció 9.6% en este mismo periodo. Dado que en los dos años  pasados el gobierno agotó los fideicomisos diseñados para enfrentar situaciones de bajos ingresos, en el  2021 y los años posteriores se espera que enfrente problemas para mantener el nivel de gasto en inversión  productiva sin disminuir los recursos destinados a sus programas sociales o proyectos emblemáticos. Por lo  anterior, es probable que se lleve a cabo una reforma fiscal, al mismo tiempo que se disminuya el gasto en  inversión fija, lo cual frenará el ritmo de recuperación de la economía mexicana. 

A finales de marzo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dio a conocer los Pre-Criterios  Generales de Política Económica 2022, los cuales muestran la valoración del Ejecutivo respecto de la  evolución de la economía global y nacional, así como los supuestos que se emplearán en la formulación del  Paquete Económico 2022. En los Pre-Criterios 2022, la SHCP estima que la economía crezca 5.3% real en  2021 y 3.6% en 2022. De realizarse este escenario, la economía estaría recuperando el nivel de producción  pre-pandemia (2019) a finales del 2022. No obstante, para este escenario la SHCP estima que la inflación  se encuentre en 3.8% al cierre del 2021, que al día de hoy se considera un escenario muy optimista. La  encuesta de expectativas del sector privado que realizó el Banco de México en marzo muestra una  expectativa de inflación de 4.14%, y se espera que sea mucho más alta en la encuesta de abril. Por parte  de Grupo Financiero BASE, estima que la inflación al cierre del año sea de 5.0%. Una inflación más alta  implica una menor tasa de crecimiento real, lo que resultaría en una recuperación más lenta.

Comercio exterior. Durante marzo, la balanza comercial de México mostró un déficit de 3,004 millones de  dólares (mdd), luego del superávit de 2,681 mdd observado en febrero, de acuerdo con cifras originales.  Así, en el primer trimestre del 2021, la balanza comercial registra un déficit de 1,559 mdd, el primero desde  el segundo trimestre del 2020. Al cierre del primer trimestre del año se observó una reactivación importante  en el comercio internacional, luego de que las condiciones climatológicas lo habían limitado en febrero (Fig. 6).

En el primer trimestre del año las importaciones mostraron un fortalecimiento, luego de haber permanecido rezagadas en los meses anteriores. La recuperación fue impulsada por la reactivación en la economía de México, especialmente en marzo, pues ningún estado se ubicó en semáforo rojo epidemiológico. Así las importaciones de México avanzaron a una tasa anual de 8.55% durante el primer trimestre del 2021. Por tipo de bien, la categoría de bienes intermedios es la que muestra un mayor avance, aumentando a una tasa anual de 11.04% con respecto al mismo trimestre del 2020. Lo anterior se debe en parte a que durante el primer trimestre del año pasado China estaba enfrentando la crisis del coronavirus, lo que ocasionó la interrupción en la
cadena de suministro. Asimismo, el aumento en las importaciones de bienes intermedios durante marzo, es señal de la recuperación avanzada en Estados Unidos, recordando que estos bienes son utilizados para producir bienes y poder satisfacer la demanda externa. Por su parte, los bienes de capital mostraron un incremento de 7.19% con respecto al mismo periodo del 2020. Mientras que, la categoría que continúa más rezagada en su recuperación es la de bienes de consumo, mostrando una contracción anual de 5.23% en comparación al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, es importante destacar que las importaciones de bienes de consumo aumentaron a una tasa mensual de 10.58% en marzo, mostrando una mayor fortaleza en la demanda interna conforme los estados salieron de semáforo rojo y ante el avance en la campaña de vacunación.

Por otro lado, las exportaciones muestran un incremento de 4.52% con respecto al mismo trimestre del año  anterior. Cabe recordar que al 2020, el 81.21% de las exportaciones fueron con destino a Estados Unidos,  por lo que la recuperación acelerada de este país ha impulsado la demanda por exportaciones mexicanas.  Desde que inició el periodo de recuperación tras el impacto inicial de la pandemia, el sector manufacturero  ha mostrado un rol fundamental, representando el 88.64% de las exportaciones totales al mes de marzo.  En el primer trimestre del año, esta categoría aumentó ligeramente a una tasa anual de 3.76% limitada por  dos factores principales: 1) las heladas que se observaron en Texas y en el norte del país, lo que ocasionó  el cierre temporal de algunas plantas manufactureras ante la falta de suministro de luz y agua, y 2) la  escasez global de semiconductores que ha frenado la producción de algunos sectores importantes,  incluyendo el automotriz. De hecho, en marzo las exportaciones del sector automotriz mostraron una  contracción mensual de 1.62%, siendo la segunda disminución consecutiva, luego de que en febrero cayeron  a una tasa mensual de 11.57%. Cabe destacar que, los sectores que representan una mayor proporción de  las exportaciones a Estados Unidos son: 1) fabricación de equipo de transporte (32.47% del total), 2)  fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos (17.13%) y 3) fabricación  de accesorios, aparatos eléctricos y equipo de generación de energía eléctrica (8.84%). Sectores que  podrían actuar como motor de recuperación de la economía mexicana conforme se fortalezca la demanda  de Estados Unidos, pero que a su vez enfrentan riesgos a la baja en su producción, debido a la escasez  global de semiconductores.

Al momento México se sitúa como el principal socio comercial de Estados Unidos, representando el 14.9%  de su comercio total, luego de haberse mantenido en segundo lugar detrás de China por 10 meses. Hacia  adelante, se espera que las exportaciones sigan creciendo, en promedio a tasas mensuales moderadas, con lo que se estima que en 2021 las exportaciones totales crezcan entre 14 y 18%, siendo 18% en el escenario  de que se normalice la disponibilidad global de semiconductores, permitiendo la normalización de la  producción del sector automotriz. Lo anterior implica un crecimiento entre 3.3 y 6.9% con respecto a las  exportaciones del 2019. Por su parte, se espera un crecimiento más acelerado de las importaciones,  resultado de una recuperación de las importaciones destinadas al consumo, con lo que se estima que las  importaciones crezcan 26% con respecto al 2020. Con lo anterior, para 2021 se estima una un superávit de  la balanza comercial cercano a 10,000 millones de dólares, por debajo del superávit de 34,476 millones de  dólares en 2020, lo cual se debió a la severa caída de las importaciones y su lenta recuperación en  comparación a las exportaciones.

Inclusión en la lista del Tesoro de EUA de países a vigilar 

El Tesoro de EUA agregó a México en su lista de países a monitorear. En México el régimen cambiario es de  libre flotación, con pequeñas intervenciones hechas por la Comisión de Cambios, con la intención de suavizar  las decisiones del mercado, sin tratar de dirigir al tipo de cambio hacia un nivel determinado.  Esto implica que México no ha manipulado su divisa para ganar comercio.  

De hecho, así lo menciona el reporte del Tesoro, al referirse a las mínimas intervenciones realizadas. Esto  lleva a pensar que México fue incluido en la lista de países a monitorear por cuestiones distintas al tipo de  cambio, es decir debido a: 1) el amplio superávit comercial que México tiene con EUA y 2) las políticas  macroeconómicas, especialmente aquellas que podrían ampliar, de manera artificial, este superávit  comercial con Estados Unidos. 

Cabe señalar que existen tres criterios que son seguidos por el Departamento del Tesoro para la inclusión  en la lista: 1) intervención en el mercado cambiario persistente y en un solo sentido, equivalente al 2% del  PIB en un periodo de 12 meses, 2) superávit de cuenta corriente, equivalente al menos al 2% del PIB (en  un periodo de 12 meses) y 3) superávit comercial con Estados Unidos de al menos 20 mil millones de dólares  (en un periodo de 12 meses). México ha tenido un superávit comercial mayor a 20 mil millones de dólares  con EUA desde 1999 y en el 2020 el superávit en cuenta corriente promedió 2.4%. Esto daría pie a que  México fuera incluido en la lista, pero no por primera vez, porque los criterios comerciales y de cuenta  corriente no es la primera vez que México los alcanza. 

El reporte del Tesoro finaliza la parte de México refiriéndose a las energías renovables y argumentan que,  de acuerdo a las políticas de esta administración, se espera que las exportaciones de energía renovable que  van de EUA a México, bajen. Esto implicaría un mayor superávit comercial bilateral para México, lo que se  traduce en un mayor déficit bilateral para EUA. El mayor déficit comercial de EUA se verá reflejado en su  crecimiento económico y en su creación de empleo, razón por la cual les interesa el tema.  

Con esto queda claro que las políticas económicas de México ponen en peligro la relación comercial con EUA.  No por tratar de generar un mayor crecimiento para México (que sería algo positivo), si no por cambiar las  reglas del juego y afectar los intereses de otros países. Esto es serio, pues al no haber incentivos para la  demanda interna, la recuperación económica de México prácticamente queda colgada del crecimiento de  EUA. 

El presidente Biden tiene un estilo diferente al del presidente Trump. Biden no tuitea cada idea que le viene  a la cabeza, pero esto no implica que se cruzarán de brazos ante lo que les pueda parecer injusto. La  inclusión de México en la lista parecer ser la primera advertencia. 

Mercado laboral 

Según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en marzo la población ocupada alcanzó  53.80 millones. Con esto, el número de personas con empleo se encuentra solamente a 1.96 millones de  alcanzar el nivel de marzo 2020. Sin embargo, aun alcanzando este nivel, en términos relativos seguiría  existiendo un deterioro, pues en el mismo periodo la población mayor a 15 años de edad ha crecido en 1.79  millones. En términos relativos, la Población Económicamente Activa (PEA) ahora representa un menor  porcentaje de la población total del que representaba previo a la pandemia, pasando de 59.8% a 57.2%.  Este cambio se debe a que una gran cantidad de personas salió de la PEA para entrar a la población disponible dentro de la Población No Económicamente Activa (PNEA), que se conforma por aquellas personas  que no tienen ni buscan trabajo, pero aceptarían uno. Aunque la tasa de desocupación en marzo de este  año se ubicó en 3.89%, al incorporar la población disponible de la PNEA para calcular lo que se conoce como  la tasa de desempleo extendido, en marzo se obtuvo una tasa de 16.75%, significativamente mayor a la  tasa de 11.98% que se tenía en marzo del año pasado. 

Con respecto al empleo formal, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta que durante el primer  trimestre del año se crearon 251 mil 977 puestos de trabajo formales. Si se excluye el 2020, esta cifra es  la menor para un primer trimestre desde el 2013. Al cierre de marzo se tiene un registro de 20 millones 25  mil 709 puestos de trabajo afiliados al IMSS, lo cual significa que aún faltan por recuperarse 587 mil 827  para lograr el nivel observado previo a la pandemia. Las mismas cifras del IMSS muestran un aumento de  2.3% en el salario base de cotización real entre marzo 2020 y marzo 2021, pero con la pérdida de empleos  y un aumento en la inflación, la masa salarial real se ha mantenido sin cambio en ese mismo periodo.

El ritmo de recuperación del mercado laboral dependerá en mayor parte del avance en la campaña de  vacunación y con ello el control de los casos de Covid-19, especialmente por el deterioro observado en el  sector terciario, el cual según cifras de la ENOE concentra la mayoría de las pérdidas de empleo. En el  mediano y largo plazo se identifican algunos riesgos para la creación de empleo formal y los salarios. Por  un lado, la reforma laboral que prohíbe la subcontratación o “outsourcing” genera mayores costos para los  empleadores, incentivando la informalidad laboral y menores salarios base. Del mismo modo, la reforma al  sistema de ahorro para el retiro que aumenta las aportaciones patronales a las AFORES presenta un  incentivo a la informalidad dado que incrementa el costo de tener trabajadores afiliados al IMSS. 

Inflación y política monetaria 

Durante las primeras siete quincenas del 2021 se han observado presiones inflacionarias significativas, lo  que ha llevado a la inflación general a ubicarse en una tasa anual de 6.05% durante la primera quincena de  abril, su mayor nivel desde la segunda quincena de diciembre de 2017. Las presiones inflacionarias se deben  principalmente a dos factores: 

1. Presiones inflacionarias. Un año después de que iniciara la pandemia del Covid-19, la mayoría de  los países ya habían iniciado un proceso de vacunación y reapertura económica. Por la ley de la oferta  y la demanda, el incremento acelerado de la demanda por bienes y servicios ocasionó incrementos  en precios, tanto en el componente subyacente en mercancías y servicios como en el componente no subyacente, principalmente sobre los precios de los energéticos. En la primera quincena de abril,  la inflación subyacente se ubicó en una tasa anual de 4.13%, mientras que la inflación no subyacente  se ubicó en 12.21% (Fig. 7).

Al interior del componente subyacente, la inflación anual de mercancías se ubicó en 5.66%, luego de que los precios al productor se ubicaron por arriba
de 6% anual en febrero y marzo, niveles no vistos desde noviembre del 2018. Por su parte, la inflación anual de servicios se ubicó en 2.47%, evidencia de
que, aunque se han observado presiones por la reactivación económica, estas todavía son moderadas.

El componente no subyacente captura la mayor parte del incremento de precios en el año, con el subcomponente de agropecuarios ubicándose en
una tasa anual de 3.63% y el de energéticos en 28.22%, su mayor nivel desde la segunda quincena de marzo de 1997. Detrás de estas presiones inflacionarias estuvieron los incrementos internacionales en los precios de los energéticos, pues en el año el WTI acumula un incremento de 27.56%, mientras que el gas propano, a mediados de febrero acumuló un incremento de 30.80%, movimiento que se corrigió durante marzo y abril, pero que se vio reflejado en los precios del gas LP. En las primeras siete quincenas del 2021, el precio del Gas LP al interior del INPC acumula un incremento de 18.34%, la gasolina de alto octanaje de 18.10% y de bajo octanaje de 12.71%.

Es importante agregar que, todas las quincenas del 2021, a excepción de la segunda quincena de febrero, han mostrado la mayor inflación para una quincena igual en al menos 4 años, evidencia de las presiones inflacionarias que se enfrentan antes de considerar un efecto matemático por la baja base de comparación.

2. Efecto de baja base de comparación. En 2020, particularmente a partir de la segunda quincena  de marzo, se comenzaron a observar disminuciones significativas en precios a raíz de la pandemia  del Covid-19. El cese de operaciones de varios sectores de actividad económica y el efecto negativo  que esto tuvo sobre los ingresos de las familias, ocasionaron una caída importante en la demanda  de algunos bienes y servicios. Tomando en cuenta datos quincenales, el componente no subyacente  tuvo una caída en precios de 1.85% en el primer trimestre del 2020, al caer la demanda por combustibles y los precios de la energía a nivel global. Con lo anterior, la inflación general se ubicó  en 2.15% en abril del 2020, su menor nivel desde diciembre del 2015. 

Es importante mencionar que la importancia del efecto de base de comparación no debe ser  magnificada. Si se realiza un ejercicio para borrar el efecto deflacionario en precios durante las  primeras quincenas del 2020, sustituyendo las variaciones quincenales reales por el promedio de  variaciones entre 2015 y 2019, se obtiene que en 2021 la inflación anual de la primera quincena de  abril se ubicaría cerca de 5.57%, es decir, apenas 0.48 puntos porcentuales por debajo de la  observación real de la primera quincena de abril. En otras palabras, el salto de 3.08% en la inflación  de la segunda quincena de diciembre del 2020 a 5.57% está explicado por presiones inflacionarias  de corto plazo, mientras que el salto (mucho menor) de 5.57% a 6.05%, se debe a al efecto de base  de comparación.

Es importante también considerar que se han observado presiones inflacionarias en el componente de  productos agropecuarios y mercancías como consecuencia de mayores costos de producción asociados a 1)  la sequía que afecta más del 80% del territorio nacional y 2) incrementos significativos en los precios de las  materias primas agrícolas a nivel internacional. En el mercado de materias primas, el precio del maíz ha  subido 32% en el año hasta finales de abril, mientras que el trigo ha subido 12% y la soya 14.6%. Productos  pecuarios como el cerdo han subido 52.7%. Al interior del INPC, estos incrementos se han visto reflejados  en incrementos de algunos precios, aunque todavía moderados, como el maíz que acumula un incremento  de 1.95% en las primeras siete quincenas del año, mientras que la masa y harinas de maíz han subido  4.59% y la tortilla de maíz ha subido 5.69%. Por otro lado, la sequía implica un riesgo de incrementos  adicionales en precios de frutas y verduras y productos pecuarios. Algunos productos muestran incrementos  significativos en las primeras siete quincenas del año, como el limón (+89.04%), aguacate (+36.78%),  tomate verde (+34.18%) y chile serrano (+25.92%). En los pecuarios, el precio del huevo ha subido  (+8.70%), pollo (+6.03%) y carne de res (+2.48%).  

Normalmente estos incrementos en precios, al ser su mayoría del componente no subyacente, son  considerados como transitorios, es decir, en periodos posteriores se pueden observar disminuciones en  precios. Sin embargo, a pesar de ser transitorios tienen la capacidad de distorsionar las expectativas de  inflación a largo plazo. Asimismo, no hay garantía de que las presiones sean transitorias, considerando que  la sequía podría extenderse varios meses, complicando la producción de algunos cultivos y productos  pecuarios, generando presiones adicionales en precios hacia mediados del año. Considerando los riesgos más recientes de inflación, Grupo Financiero BASE estima que inflación disminuya de un 6.0% en abril para  cerrar el año en una tasa interanual de 5.0% (Fig. 8).

Expectativa para 2021

Hacia adelante, el crecimiento económico de México dependerá principalmente del sector externo, pues la  demanda interna está mostrando una lenta recuperación y tiene muchos riesgos.  

Los datos de crecimiento de México y Estados Unidos para el periodo de 2005 a 2019, muestran una  correlación alta entre ambos países, señalando que la economía mexicana se mueve en el mismo sentido y  en magnitud similar a la estadounidense. En base a una estimación realizada, se concluye que un incremento  de 1% en la economía de Estados Unidos se refleja en un aumento 0.68% en la economía mexicana, ceteris  paribus.  

Actualmente, Grupo Financiero Base estima que el PIB de Estados Unidos crecerá 6.2% durante el 2021,  con lo que México podría crecer 4.9% en el año. Este crecimiento es consistente con el escenario optimista,  con el cual se prevé que se logre una recuperación completa en el año 2024. 

Riesgos internos para la economía mexicana 

Una de las causas principales del mal desempeño económico de México, fuera de la crisis ocasionada por la  pandemia, es el deterioro institucional del país y la falta de una política fiscal contracíclica. Las políticas  públicas impulsadas por la administración en turno han generado pérdida de confianza en las instituciones  y un entorno de los negocios muy desfavorable para los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.  En el primer trimestre del año han destacado las siguientes acciones del gobierno: 

• En materia energética, el Presidente dio los primeros pasos formales para revertir la Reforma  Energética del 2013, proponiendo dos reformas legales. (1) La ya aprobada reforma a la Ley de  la Industria Eléctrica, que da un trato preferencial a la CFE en el mercado eléctrico, elimina la  obligatoriedad de la CFE a comprar energía por medio de subastas, y altera el régimen de  permisos en materia de autoabastecimiento eléctrico y de certificados de energía limpia. (2) La  reforma aprobada a la Ley de Hidrocarburos, que otorga al gobierno la facultad de suspender  permisos en materia de importación, distribución, almacenamiento y comercialización de  hidrocarburos, con la posibilidad de que PEMEX opere las instalaciones con permisos suspendidos. 

• El discurso por parte del Presidente y otras figuras públicas pertenecientes al partido MORENA en  contra del Instituto Nacional Electoral (INE) después de que este le negara el registro de  candidatura a dos personas del partido, una de ellas cercana al Presidente. La reacción del  Presidente, que denunciado públicamente al INE de estar en contra de su partido y de favorecer  a la oposición, ha llegado a interpretarse como un ataque a la autoridad electoral, con la que ya  ha tenido una serie de disputas durante su administración y antes de comenzarla. 

• La propuesta de reforma al funcionamiento del Poder Judicial que, entre varias cosas, extiende  el periodo del actual Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y del Consejo  Federal de la Judicatura por dos años más, violando el artículo 97 de la Constitución que establece  que el Presidente debe ser electo cada 4 años sin poder ser reelecto para el periodo inmediato  posterior. Además, esto atenta contra la autonomía del Poder Judicial, dado que no permitiría a  los miembros de la SCJN elegir a la persona que presida al tribunal supremo. 

• La reforma en materia de telecomunicaciones, ya aprobada, que exige de todos los usuarios de  teléfonos móviles entregar a las compañías de telefonía sus datos biométricos como huella  dactilar, facciones del rostro o iris de los ojos para la creación de un Padrón Nacional de Usuarios  de Telefonía Móvil por parte del Gobierno. Esta reforma ha sido señalada como una posible  violación de derechos humanos a la privacidad de su información y datos personales, y en el  mundo existen solamente 17 países que exigen esto de sus ciudadanos, entre los cuales se  encuentran Venezuela, Afganistán, China, Uganda y Pakistán. 

Esto desincentiva la inversión privada y limita el crecimiento económico del país, al igual que su potencial.  Algunas de las reformas planteadas o ya aprobadas incluso podrían provocar disputas con otros países en materia comercial u otros asuntos involucrados en tratados internacionales de los cuales México forma parte,  especialmente con Estados Unidos.

A pesar de que algunas de las reformas mencionadas van enfocadas a mejorar la posición de las Empresas  Productivas del Estado, PEMEX y CFE, en sus respectivos mercados, en lo general presentan un deterioro  en la confianza institucional de la economía mexicana, y con ello en la percepción de riesgo sobre el país.  Esto podría tener repercusiones negativas en la calificación crediticia del país, que ya se encuentra en el  último nivel dentro del grado de inversión bajo el criterio de Fitch Ratings. Por lo anterior, no se descartan  recortes en la calificación crediticia de la deuda soberana de México en este año, pero se considera muy  poco probable perder el grado de inversión por parte de dos o más agencias calificadoras. 

Tenencia de valores gubernamentales 

Durante el primer trimestre del año se registró una salida de capitales de 106,550.36 millones de pesos  (valores gubernamentales), siendo la segunda mayor salida de capitales en registro para un primer  trimestre, únicamente después de la salida de 129,742 mdp que se registró en el primer trimestre del 2020 (Fig. 9). Por su parte, la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros se ubicó en 20.45%  del total, disminuyendo desde 26.15% en el mismo periodo del año anterior y siendo la más baja proporción para un trimestre igual desde 2010.

La salida de capitales en el país se ha dado como consecuencia a tres factores principales:

1. Mayor riesgo sobre México, sobre todo ante la discusión y aprobación de políticas económicas no ortodoxas que inhiben la inversión privada.

2. Incertidumbre global por el coronavirus, durante los primeros meses del año se observó un aumento importante luego de los festejos navideños y de fin de año.

3. Mayores tasas de interés de Estados Unidos y el reacomodo global de portafolios de inversión, debido a la especulación sobre un cambio de postura de la Reserva Federal ante las posibles presiones financieras.

A pesar de la continua salida de capitales, el peso no ha mostrado una depreciación, ya que la mayor entrada de divisas al país se da por las exportaciones y no por la inversión de cartera.

En el 2013 el Taper Tantrum (episodio de volatilidad que se desató cuando un integrante de la Reserva Federal anunció que empezarían a reducir su programa de compra de bonos) ocasionó que algunas economías emergentes  observaran una salida de capitales significativa. En ese período, los países que observaron las mayores  salidas de capitales fueron los que tenían un mayor riesgo, medido a través del nivel de endeudamiento y  déficit público. Ahora, no es el nivel de endeudamiento el mayor interés del mercado, sino el avance en el  proceso de vacunación contra el Covid-19 y la capacidad de recuperación económica, tras la crisis del 2020. 

De acuerdo con datos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), de las economías emergentes México  fue el segundo país con mayores salidas de capitales del mercado de deuda en 2020, únicamente detrás de  la India (Fig. 10). Esto es evidencia de la aversión al riesgo de sobre México. 

En el 2021, entre las 10 economías emergentes que tienen información sobre los flujos de capitales a marzo,  México es el país que muestra la mayor salida de instrumentos de deuda, seguido de Sudáfrica, India e  Indonesia (Fig. 11).

Hasta el 20 de abril, la tenencia de valores gubernamentales por residentes del extranjero muestra una  disminución de 111,250 millones de pesos, equivalente al 43.2% de la salida de capitales en 2020. En lo  que va del 2021, la tenencia de valores gubernamentales muestra una contracción de 5.9%, ubicándose en  1,779,057 millones de pesos. De mantenerse la tendencia de los primeros cuatro meses del año, saldrían  en 2021 un total de 312 mil millones de pesos, 21.3% más que en 2020 e hilando un segundo año con  salida de capitales máxima en registro.

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