Perspectiva para el gas natural 2025

En 2025, el mercado del gas natural se encontrará en un momento decisivo, influenciado por una serie de factores económicos, tecnológicos y geopolíticos. 

En Europa, los precios del gas han disminuido debido a una perspectiva de suministro constante, lo que sugiere una mayor estabilidad en el mercado. Mientras tanto, en Estados Unidos, se espera que el consumo de energía alcance niveles récord en 2024 y 2025, impulsado por el crecimiento económico y la demanda industrial


Políticas climáticas globales
En 2025, las metas climáticas de acuerdos como el Acuerdo de París y las regulaciones locales serán determinantes. Muchas naciones podrían aumentar la presión para reducir el uso de combustibles fósiles, pero el gas natural podría beneficiarse como opción de transición.
 
Por ejemplo, en Europa, la descarbonización acelerada podría aumentar la demanda de gas natural licuado (GNL) mientras se reducen las importaciones de gas por gasoductos desde Rusia.
 
Este movimiento refleja un esfuerzo por mantener la seguridad energética, como lo destaca UBS (SIX:UBSG), que considera que los riesgos en el suministro europeo podrían disminuir gracias a inventarios robustos y fuentes diversificadas.
 
Geopolítica y cadenas de suministro:
Las tensiones geopolíticas continuarán impactando el mercado del gas. La diversificación del suministro en Europa podría consolidarse con acuerdos de largo plazo con Estados Unidos, Catar y otros productores.
 
En Asia, China e India seguirán ampliando su infraestructura de importación de GNL para respaldar sus crecientes necesidades energéticas.
 
El panorama podría cambiar si nuevas inversiones en infraestructura en África y América Latina logran desbloquear fuentes significativas de gas natural.
 
Mientras que, en EE.UU., la producción continua de gas seco podría ser clave para satisfacer tanto la demanda interna como las exportaciones de GNL, respaldando un mercado global más estable.
 
Pronósticos de demanda:
En Estados Unidos, se espera que el consumo de electricidad alcance niveles récord en 2025, según un informe reciente de la Administración de Información Energética (EIA), lo que podría impulsar la demanda de gas natural para generación eléctrica, especialmente durante períodos de temperaturas extremas.
 
A nivel mundial, el consumo industrial podría incrementarse debido al uso de gas natural en procesos como la fabricación de fertilizantes y productos químicos.
 
La demanda también podría verse limitada por la creciente penetración de las energías renovables en la generación eléctrica.
 
Adicionalmente, el transporte marítimo y terrestre también podría desempeñar un papel importante. Por ejemplo, el GNL está ganando terreno como combustible alternativo en flotas comerciales y embarcaciones. Esto no solo reduce las emisiones en comparación con el diésel y el fuelóleo, sino que también representa una solución económica en mercados emergentes donde la electrificación total del transporte aún es inviable.
 
Tecnologías emergentes
Innovaciones como la captura y almacenamiento de carbono (CCUS) podrían fortalecer el papel del gas natural en la transición energética. Esta tecnología permite capturar el dióxido de carbono (CO₂) emitido durante la combustión de gas natural o en procesos industriales y almacenarlo de forma segura en formaciones geológicas subterráneas.
 
Con esto, las empresas pueden reducir significativamente sus emisiones, cumpliendo con regulaciones climáticas más estrictas y posicionándose como actores responsables en la transición hacia un futuro bajo en carbono.
 
Además, el CCUS facilita la producción de hidrógeno azul, un vector energético clave para sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte marítimo.
 
Al mismo tiempo, el desarrollo de tecnologías de licuefacción más eficientes podría abaratar los costos del GNL, haciéndolo más competitivo frente a otras fuentes de energía.
 
En 2025, el despliegue de estas tecnologías podría ser clave para que las empresas de gas mantengan su relevancia en un mundo con restricciones climáticas más estrictas. Además, el desarrollo de tecnologías de licuefacción más eficientes podría abaratar los costos del GNL, haciéndolo más competitivo frente a otras fuentes de energía.
 
Clima y eventos extremos:
El comportamiento del clima seguirá siendo un factor impredecible pero crucial. Los eventos climáticos extremos, como olas de frío o calor, podrían causar fluctuaciones importantes en la demanda de gas natural, particularmente en los mercados residenciales y de generación eléctrica.
 
La variabilidad climática también podría influir en la producción y transporte, afectando la estabilidad del suministro. En Europa, por ejemplo, los precios recientes han mostrado cierta estabilidad gracias a una perspectiva de suministro favorable, como lo destacan los informes de Investing.com.
 
Expectativas para los precios:
Según proyecciones recientes, los precios del gas natural podrían mantenerse volátiles debido a la combinación de factores que ya mencionamos como el clima, la oferta global y las tensiones geopolíticas.
 
Los inventarios altos en algunas regiones podrían evitar aumentos significativos, mientras que eventos climáticos extremos podrían generar incrementos temporales.
 
La competencia internacional por el GNL seguirá siendo un factor clave en la determinación de los precios, especialmente en mercados emergentes con creciente demanda.
 
En Estados Unidos, el reporte reciente de la EIA sugiere una demanda sostenida que podría influir en la trayectoria de los precios durante el próximo año.
 
El 2025 promete ser un año crucial para el gas natural, con fuerzas contrapuestas moldeando su futuro. Desde las políticas climáticas hasta las innovaciones tecnológicas, este combustible seguirá jugando un papel clave en la transición energética global.
 
Sin embargo, los inversores y analistas deberán estar atentos a los factores cambiantes que podrían alterar las perspectivas del mercado. 



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