El oro cayó un 4% esta semana y las alarmas se encendieron. ¿Qué sucedió para semejante caída? ¿Es una buena idea comprar ahora? Acá te cuento todo.
El oro arrancó el año a toda orquesta, motivado por el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania. En pleno auge, llegó a estar +12% en el año. Desde ese máximo, cayó un 16%, con una aceleración particular durante las últimas semanas.
¿Qué sucedió estos últimos días para ver una caída del 4%? En medio de temores por recesión y con la tasa de interés nominal a 10 años rondando el 3%, el oro perdió mucho atractivo. Se explica por el aumento en la tasa de interés real. Ahora te explico el razonamiento.
El oro es un activo que no genera intereses, por ende tiende a prosperar cuando no hay otras inversiones tradicionales que ofrezcan ciertos retornos. Y la situación macroeconómica actual es distinta a la de años anteriores: la tasa de interés nominal está subiendo luego de décadas y las expectativas de inflación se están calmando.
¿Qué efectos produce que la tasa de interés nominal suba y las expectativas inflacionarias bajen? Estos dos factores producen que suba la “tasa de interés real”, que es simplemente la diferencia entre la tasa nominal y la inflación esperada.
Veamos la evolución del oro (eje izquierdo) y la tasa de interés real (eje derecho):
Cuando las tasas reales bajan, el oro suele subir. De manera contraria, cuando suben, el oro, en general, baja. Y eso es lo que se ve: la tasa de interés real (línea negra) comenzó a subir, por lo que perjudicó el rendimiento del oro.
Entonces, los inversores tienen mayores incentivos para volcarse a los bonos del tesoro, ya que el rendimiento es mayor, lo que eleva el costo de oportunidad de tener oro.
La inflación que espera el mercado a 10 años marcó un nuevo mínimo en los últimos meses, mientras aumentan los temores de recesión:
Sin duda, el mercado estará muy pendiente del dato de inflación de junio, que saldrá el 13 de julio. Si a futuro la inflación resulta más alta de lo que los mercados descuentan actualmente, las caídas en acciones y bonos que hemos visto pueden ser tan solo un adelanto. Por eso, a tener precaución.
Lógicamente, este posible escenario de inflación al alza provocaría presiones bajistas en la tasa de interés real, lo que sería un buen escenario para el oro. Pero aún no estamos ahí.
Sin embargo, este metal no nos da sólo noticias negativas. Hay un aspecto destacable. A pesar de sus vaivenes y de la desconfianza en cuanto a su capacidad de resguardo de valor, el oro se ha comportado bien este año, en comparación con el resto de los activos.
Veamos los rendimientos durante 2022: S&P (-18%), Nasdaq (-26%), Dow Jones (-14%). Los bonos de EE.UU, medidos por el ETF AGG, acumulan una caída superior al 10%. ¿Y las famosas criptomonedas? Bitcoin -53% y Ether -66%. Por eso, puede decirse que el oro se defendió relativamente bien, con una caída de tan solo un 5%.
El oro ha tenido varios amagues en los últimos meses y se encuentra en una gran zona de lateralización desde 2020. Cuando su tendencia cambie y la tasa de interés real comience a caer, habrá que pensar en comprar. Por ahora, no hay ningún motivo que lo justifique.