Preludio de Wall Street: Trump reactiva el rally, y la Fed se prepara para subir en marzo.
El rally de Trump retomó impulso tras su comparecencia en el Congreso. No es que dijera nada: los detalles siguen ausentes. Pero mudó la retórica apocalíptica por un discurso más constructivo, aunque sin nada nuevo sobre el horizonte. Repitió que revocará el “Obamacare”, un plan de inversión en infraestructura para los próximos diez años de 1 billón de dólares, mano dura con la inmigración y levantará un “gran gran muro”, fortalecer la política de seguridad, crear empleos en Estados Unidos. Vaya, sus promesas de siempre: otro mensaje mitinero, cargado de patriotismo y optimismo, de cómo va a regresar el espíritu original del estadounidense. Pero nada de detalles. Para ver más del discurso.
Aun así, a sus electores les encantó su discurso. Y el hecho de que fuera menos beligerante en sus líneas, que fuera un poco más inclusivo, inspiró un poco de calma. El caso es que no hay nada nuevo que celebrar, pero Wall Street parece festejar cada una de sus palabras, y tras el descanso de ayer, hoy vuelven a la carga.
Los futuros de Wall Street sugieren una apertura alcista. Y con fuerza. Pese a que la incertidumbre prevalece, siguen comprando el discurso de Trump de que va a cambiar el país. Por cuánto tiempo aguantarán esta incertidumbre, por cuánto tiempo seguirán comprando rumores, no se sabe. Pero ahí están.
En el momento de escribir esta nota, los futuros del S&P’s 500 ganan 16.8 pts y ajustados por “fair value” se elevan 16.7 pts, en tanto los futuros del Nasdaq 100 se incrementan 33.8 pts y ajustados por “fair value” ascienden 33.9 pts. Los futuros del Dow Jones se diparan 150 pts. Por tanto, y tras los moderados retrocesos de ayer, Wall Street inicia marzo con poderosas alzas que llevará a Nueva York a nuevos récords históricos.
Y eso que febrero no fue nada malo. Durante el mes el Dow Jones trepó un 4.6%, el S&P’s 500 un 3.7% y el Nasdaq un 3.2.%. Así, el S&P’s 500 ha encadenado cuatro meses consecutivos de subidas.
Además del discurso de Trump, esta mañana hubo indicadores fundamentales para la economía estadounidense. Se trata del gasto de consumo e ingreso personal para el mes de enero, junto con los deflactores del gasto de consumo.
En los datos de inflación, vinieron un poco mejor de lo esperado. El deflactor de gasto de consumo general en enero aumentó un 0.4%, por debajo de lo esperado por el consenso (+0.5%) pero el doble de lo observado en diciembre. Con esa tasa mensual, la tasa anual se aceleró de 1.6% en diciembre a 1.9% en enero, por debajo del 2.0% que estimaba el consenso. Con ese número, la inflación general se sitúa prácticamente en los niveles compatibles con la definición de estabilidad de precios que maneja la Fed. La tasa anual de 1.9% es la más alta desde el año 2012.
Más contenido se mostró el índice subyacente, que vino en línea con los pronósticos: se incrementó un 0.3%, en línea con lo esperado y por encima de la tasa de 0.1% de diciembre. Con eso la tasa anual se mantuvo sin cambios en 1.7%, nivel en el que se ha mantenido en los últimos cinco meses.
Ahora bien, aunque el optimismo del consumidor haya mejorado, la realidad es que la aceleración de la inflación se está comiendo la capacidad de compra de los estadounidenses. Así, el gasto de consumo personal, el pilar del crecimiento estadounidense, aumentó un 0.2% nominal en enero. El dato vino peor de lo esperado (+0.3%). Lo malo es que el aumento de la inflación durante el mes hizo que el gasto de consumo real, ése que se computa en el PIB, se contrajera un 0.3%. Por tanto, mal empezó, en términos reales, el consumo durante el primer mes del año. Esa cuestión es clave para la Fed dado que el crecimiento de la inflación puede minar el aumento real del consumo y, por tanto, entorpecer la recuperación de la economía. En cuanto a los ingresos personales, estos se incrementaron un 0.4% en enero, por encima del 0.3% previsto por el mercado.
El dato, por tanto, no es bueno: indica que la inflación está repuntando y se ubica ya muy cerca de los niveles que la Fed entiende como estabilidad de precios, y que ese aumento de los precios está mellando el consumo. Las expectativas de una subida de tasas a mediados de mes cada vez son más potentes: los futuros de los fondos federales lo descuentan con una probabilidad de 82%, lo que se compara con una probabilidad de 52% ayer.
Después de la apertura habrá más indicadores de interés: a las 9:00 hora de México se publica el ISM manufacturero, un indicador relevante sobre la actividad real. El consenso prevé una lectura para febrero de 56.2 comparado con 56.0 en enero Pero el riesgo es que sorprenda con un número mayo: así sucedió ayer con el PMI de Chicago, que trajo una lectura de 57.4 cuando el consenso esperaba 53.5. Además del ISM en sí, el mercado mirará los componentes de empleo y precios pagados, sobre todo de cara al dato de empleo que se publicará el viernes 10 de marzo.
La expectativa de alza de tasas también se refleja en el bono de 10 años: la tasa se incrementa a 2.46% comparado con 2.39% al cierre de ayer un aumento de 7 pbs. Asimismo, el dólar se fortalece contra el resto de monedas del mundo (salvo el peso mexicano): gana un 1.0% contra el yen japonés, un 0.7% frente a la lira turca y un 0.5% respecto al euro.
En Europa, por otro lado, hay un fabuloso rally en las bolsas. El Cac-40 de París se eleva un 1.9%, el Ibex-35 de Madrid un 1.9% y el Dax de Fráncfort un 1.6%. El Ftrse-100, por su lado, trepa un 1.3%. En Asia, el Nikkei ganó un 1.44% y el Hang Seng de Hong Kon un 0.15%. El Shangai Composite se elevó un 0.16%.
Con los inversionistas apostando por las bolsaas, el oro se hunde un 1.3% a 1,238 dólares la oinza y la plata pierde un 0.8% a 18.32 dólares. Sin embargo, las materias primas relacionadas con la actividad económica mejoran: sube el petróleo (+0.5%) así como los metales industriales como el cobre (+1.2%) y el aluminio (+1.3%).Por tanto, Trump ha reactivado hoy el rally bursátil. Pero al mismo tiempo la Fed se prepara para subir las tasas en marzo. Así las cosas.