Publica sus resultados del 3T de 2020 el jueves, 22 de octubre, tras el cierre del mercado.
Expectativa de ingresos: 18.220 millones de dólares.
Expectativa de BPA: 1,1 dólares.
Intel (NASDAQ:INTC), el mayor fabricante de chips del mundo, está perdiendo terreno frente a otros actores del sector más pequeños. A pesar de su fortaleza financiera a corto plazo, a los inversores les preocupa su ventaja en la industria, que está amenazada tras no poder superar a sus rivales en el ámbito de los chips de última generación más rápidos.
Las acciones de Intel reflejan claramente estas preocupaciones. Mientras que otros fabricantes de chips están disfrutando de fuertes ganancias este año, las acciones de Intel han caído alrededor de un 12%. Ayer cerraron en 53,50 dólares.
Ahora es quizás uno de los momentos más decepcionantes para los inversores de Intel. El mayor fabricante de chips de Estados Unidos está luchando para ponerse al día con las nuevas tecnologías, debido al retraso de su producción de chips más avanzados.
Este verano, Intel anunció que estaba considerando externalizar su fabricación de chips tras años de retrasos para llevar los últimos productos al mercado. Estos retrasos han ayudado a sus rivales, incluido Advanced Micro Devices (NASDAQ:AMD), a alcanzar su rendimiento y capturar una mayor cuota de mercado.
La mejor tecnología actual de Intel, conocida en la industria como 10 nanómetros, iba a lanzarse en 2017. Sólo ahora lo está convirtiendo en una producción de gran volumen. Y cuando la compañía publicó sus últimos resultados en julio, dijo que la siguiente iteración —7 nanómetros— se retrasaría un año.
La apelación a largo plazo de Intel está intacta
Para hacer frente a estos desafíos, Intel está reequilibrando rápidamente su cartera y saliendo de los mercados donde no puede vencer a la competencia. Intel anunció la semana pasada que había acordado vender su filial de chips de memoria Nand a la surcoreana SK Hynix (KS:000660) por unos 9.000 millones de dólares.
A pesar de algunos reveses este año, creemos que el valor a largo plazo de las acciones de Intel sigue intacto. La compañía está arraigada en la psique del mundo tecnológico y tiene lo que hace falta para recuperarse de esta mala racha.
El director ejecutivo de Intel, Bob Swan, dijo ayer a los inversores que va a vender su negocio de memoria flash para desbloquear capital y aprovechar las mejores oportunidades en áreas de rápido crecimiento, como el 5G y la inteligencia artificial.
Por otro lado, la pandemia ha impulsado la demanda de sus productos de alto margen, incluidos sus procesadores más avanzados para centros de datos. Ese aumento de la demanda ha impulsado considerablemente las ganancias en los últimos dos trimestres, respaldados por los continuos envíos a centros de datos dirigidos por las mayores empresas de computación en la nube más del mundo, como Amazon (NASDAQ:AMZN) y Microsoft (NASDAQ:MSFT). Su beneficio en el período abril-junio ha aumentado un 22% con respecto a hace un año, mientras que sus ingresos aumentaron más de un 19% con respecto a un año antes, superando las expectativas de los analistas.
En conclusión
Intel sigue mostrando un fuerte crecimiento tanto en sus ventas como en su rentabilidad. En el momento de redactar estas líneas, Intel operaba a sólo 9,8 veces su múltiplo precio-beneficios a 12 meses.
No creemos que estas acciones sigan así de baratas mucho tiempo, por lo que es una buena opción de compra para los inversores a largo plazo. Con este potencial al alza, los inversores también obtendrán dividendos cada vez mayores, con un rendimiento actual de 2,65 dólares por acción. Cualquier debilitamiento tras la publicación de resultados debería interpretarse como una oportunidad de compra.