Después de una semana positiva para la mayoría de los mercados financieros globales, en particular para el peso mexicano, la gran pregunta es si este apetito por activos de mayor riesgo se mantendrá en el corto plazo.
En este sentido, será una semana muy relevante en términos de información económica global y dependiendo de la evolución, desempeño de los datos y la interpretación de los datos definirá si se mantiene el rally.
Con un inicio relativamente tranquilo por el feriado en EUA del Memorial Day que redujo los volúmenes de operación, las primeras referencias provendrán de China.
Ante la noticia de que algunas ciudades como Shanghái y Pekín empezarán a reducir las restricciones a la movilidad implementadas para hacer frente al rebrote de Covid-19, se dará a conocer los PMIs manufactureros y servicios de mayo. Es probable que todavía resientan el impacto del confinamiento y que reflejen debilidad, incluso se mantengan en terreno de contracción.
La relajación de las restricciones se produce unos dos meses después de que Shanghái, la mayor ciudad de China, ordenara a la población permanecer en sus apartamentos para realizar pruebas masivas del virus.
En EUA, el mercado laboral y los ISM del sector servicios y manufacturero serán las principales referencias, con lecturas también de mayo. Se espera que estos indicadores muestren una ligera moderación respecto a meses previos, aunque todavía sin ofrecer señales claras de debilidad.
En cualquier caso, las cifras seguirán apoyado los planes de la Fed para un endurecimiento de la política monetaria y le permitirán seguir concentrada en controlar la inflación.
En este sentido, este próximo 1 de junio, la autoridad monetaria también comienza el ajuste cuantitativo. El banco central empezará a vender 47,500 millones de dólares de bonos y activos respaldados por hipotecas (MBS) al mes, que aumentará hasta 95,000 millones de dólares en septiembre. Para fines prácticos, el mercado ya descontó este inicio de reducción del balance de activos.
En la Eurozona, el dato más relevante será la estimación de la inflación al consumidor de mayo. La expectativa es que suba a 7.8% en términos anuales, desde el 7.5% de abril. Si la cifra supera las expectativas, aumentarán las apuestas de alzas en las tasas de referencia por parte del Banco Central Europeo, sobre todo después de que su presidenta dejó abierta la puerta a subirlas en julio próximo.
Con relación al tema de las implicaciones del conflicto bélico en Ucrania, la mayor incidencia sería a través del precio de las materias primas, en particular de los energéticos. Los ministros de energía de la Eurozona siguen sin lograr un acuerdo sobre el veto al crudo proveniente de Rusia, pero esperan alcanzarlo en estos días cuando los líderes de la UE celebren su cumbre, pero van a tener dificultades para lidiar con las objeciones húngaras.
Con esta serie de importantes indicadores económicos externos que se darán a conocer esta semana se pondrá a prueba el rally en los mercados financieros, sobre todo en los activos con mayor riesgo, incluido el comportamiento del peso mexicano. Cualquier reporte que se quede muy corto de las expectativas actuales podría provocar correcciones en los precios de los activos.
Sin embargo lo más probable es que los reportes salgan cerca de lo esperado, lo que seguiría impulsando las compras de activos denominados en monedas de economías emergentes, así como las principales bolsas de valores.
En el caso específico del peso mexicano, hay margen para que pueda apreciarse un poco más, a niveles cercanos a los que se observaban previo a la pandemia de Covid-19, alrededor de $19.30 spot (escenarios negativos podrían mover al peso hacia el $19.90 spot).
Esto no significa que la volatilidad haya desaparecido y que se presenten sesiones continuas de apreciación. Seguiremos observando vaivenes en su cotización, con altibajos, dado que el escenario se mantiene con alta incertidumbre y sigue existiendo cierto grado de escepticismo.