Ayer me preocupó mucho el mensaje de un lector, que aquí sintetizo: “Desde hace dos años que te empecé a leer has hablado de que se espera una gran catástrofe financiera mundial. Ya vino el COVID 19 y no afectó gran cosa. ¿Qué esperas que suceda?”
La segunda parte de esa gentil nota va más allá: “Veo los rendimientos del S&P500, Nasdaq100 y Dow Jones y salvo correcciones de hasta 10% que se recuperan en dos, tres meses o menos, SIEMPRE VAN PARA ARRIBA. ¿Qué opinas de dejarlos ahí mismo a muy largo plazo? Ya soy maduro y no me gustan los sustos del Bitcoin. Sólo me espanta esa gran caída pronosticada. Saludos.”
En primer lugar debemos dejar claro, sin lugar a dudas, que la “gran caída” YA está pasando justo delante de nosotros, para quien la quiera ver: esa caída es la del valor del dinero a causa de la corrupción del sistema monetario global (que incluye al dólar como “capital” del sistema y de ahí a todas las demás monedas “de papel” del planeta).
Este “castillo de dinero de papel” necesita una exponencial expansión continua de crédito y liquidez para sobrevivir. ¡Y eso están haciendo gobiernos y bancos centrales de manera aún más acelerada tras la pandemia de COVID-19!
No es que vaya a suceder un gran colapso, ya está ahí para quien lo quiera ver y es recurrente.
Se repite una y otra vez con una crisis cada vez más grave, como la que acaba de pasar so pretexto de la COVID-19. Por eso, la inflación en próximos meses y años se mantendrá al alza. No es que los precios suban. La manera de verlo es que nuestros ahorros e ingresos valen menos cada día, cada hora, cada minuto.
El problema más grave es que esa expansión monetaria aludida es injusta, discriminatoria y cruel, porque corrompe el valor del dinero de la gente, en perjuicio antes que nada de los menos favorecidos, porque los más ricos son quienes están obteniendo – y gastando- primero ese capital en activos valiosos antes de que el valor de su capital se erosione a través de la inflación.
Los más pobres no tienen esa opción.
Peor aún: la política monetaria y crediticia de expansión continua genera una espiral permanente de auge-crisis-auge-crisis cada vez más grandes, cuando las burbujas infladas por el crédito inyectado durante la recesión previa comienzan a reventar y el ciclo vuelve a empezar otra vez.
Es por esa expansión infinita de crédito y liquidez que en mi boletín financiero Top Money Report recomendamos a nuestros clientes una “estrategia en valor”, lo que significa comprar activos que por la corrupción monetaria de crear dinero sin fin, van a seguir subiendo de precio (tienen su propia “inflación”) justo porque los ricos, los bien informados, y los inversores más avezados, se mantendrán adquiriéndolos como “antídoto” contra la inflación crediticia y monetaria. Eso explica por qué como dice Luis “siempre van para arriba”.
Entre esos activos “en valor” están los índices bursátiles, los metales preciosos monetarios (oro y plata), las materias primas (sobre todo agrícolas y energéticas), las acciones de mineras de metales preciosos y un par de criptomonedas: bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH).
Eso sí, hay que saber cómo, cuándo y dónde comprar o venderlos, y para eso, les recomiendo que sigan mi boletín Top Money Report además de esta columna.
Advertencia: Todos los activos en valor aquí señalados, todos, tendrán caídas temporales que llamamos “correcciones” por tratarse “descansos” normales antes de continuar su tendencia alcista. No debemos asustarnos por esas bajas sino apegarnos a la estrategia de mantener nuestras compras recurrentes de esos instrumentos, que sí o sí, mantendrán su apreciación después por las razones explicadas.
La crisis COVID ya iniciado su “recuperación” pero una vez más, la vieja receta de siempre de expandir crédito y gasto para inflar la burbuja, volverá más adelante a reventarla. Posicionarnos a tiempo con método y estrategia de inversión es lo sensato. Dejarse llevar por las “calenturas” y volatilidad del momento en los mercados jamás ha dado resultados positivos, por lo que debemos evitarlo.