BUENOS AIRES, 21 ene (Reuters) - Argentina permitirá la importación de carne bovina si la reducción de la oferta local lo amerita, dijo el jueves el ministro de Agroindustria a una radio, luego de que el Gobierno tomó medidas para alentar la producción y los embarques del importante proveedor mundial del alimento.
En las últimas semanas el Gobierno del presidente Mauricio Macri eliminó impuestos y restricciones que regían sobre las exportaciones de carne bovina, dos medidas muy reclamadas desde hace años por el sector que impulsarán las ventas al exterior pero recortarán la oferta doméstica.
"Lo que no vamos a permitir es que haya escasez y si es necesario (...) y alguien pide autorización para importar, lo vamos a hacer", dijo el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, a la emisora local Radio 10, en relación a un producto que forma parte de la dieta básica de los argentinos.
En la primera quincena de enero, ingresaron 59.924 vacunos al principal mercado ganadero del país austral, por debajo de los 72.546 animales que se negociaron en ese período del 2015.
En el sector argumentan que la caída de la oferta local se debe a que los productores ganaderos están reteniendo bovinos para engordarlos e incrementar en los próximos meses su rodeo ante el cambio hacia políticas oficiales más favorables.
La Federación Agraria Argentina (FAA), una de las mayores entidades rurales del país, dijo en un comunicado que importar carne no es una solución a una reducción en la oferta ni a las fuertes alzas que registró sus precios el mes pasado, cuando el Gobierno permitió una fuerte devaluación de la moneda doméstica.
"Sería un disparate", dijo sobre la posibilidad de importar carne Ariel Toselli, vicepresidente de FAA, en el comunicado.
"Hablan de traer carne desde el exterior, sin pensar tampoco en los costos operativos de importar la mercadería, que encarecerían aún más el producto", agregó.
Diez días atrás, un funcionario dijo a Reuters que el Gobierno eliminó los límites a la exportación de carne bovina que regían desde hace años, con el fin de mantener los precios locales del alimento por debajo de los valores internacionales. (Reporte de Maximilian Heath y Maximiliano Rizzi, editado por Manuel Farías)