Por Paulo Prada
RÍO DE JANEIRO, 2 ago (Reuters) - ¿Quieres una patente de automóvil olímpica o un pañuelo olímpico bordado a mano?
¿Qué tal cocaína olímpica?
Estos y otros productos están siendo decomisados por la policía brasileña en una ofensiva por el correcto uso de los cinco anillos, mascotas y otros símbolos olímpicos antes de los Juegos, que comenzarán en Río de Janeiro el viernes.
En un país donde las versiones piratas de casi todos los productos son tan comunes como la fruta tropical, los organizadores de los Juegos están luchando contra la marea de mercancías de contrabando vendidas y producidas por quienes buscan sacar provecho de la expectativa generada por los primeros Juegos celebrados en Sudamérica.
"Hay oportunistas", dice Valeria Aragão, una inspectora de policía a cargo de un escuadrón de 20 miembros que combate la falsificación y que en las últimas semanas ha llevado a cabo redadas en toda la ciudad, confiscando todo tipo de productos ligados a los Juegos Olímpicos.
Durante una redada reciente, Aragão detuvo a una comerciante de avanzada edad que acababa de bordar la frase "Juegos Olímpicos 2016" en una serie de pañuelos que lucían en su escaparate.
La policía antinarcóticos, por su parte, ha incluso confiscado en redadas recientes paquetes de marihuana prensada y cocaína adornados con los anillos olímpicos.
"Hay todo tipo de personas ahí fuera operando en algo que tiene poco que ver con el espíritu de los valores olímpicos o del deporte", dijo Sylmara Multini, directora de licencias y firmas minoristas para Río 2016, como se conoce al comité organizador.
DINERO Y DEPORTES
Por supuesto, los Juegos Olímpicos son un evento en el que el dinero es tan importante como los deportes.
Oficialmente, los que se supone que disfrutan de las ganancias son los patrocinadores y socios locales, entre los que actualmente están grandes multinacionales como Coca-Cola (NYSE:KO) Co KO.N , McDonalds Corp MCD.N y el prestamista brasileño Banco Bradesco (SA:BBDC3) SA BBDC4.SA .
Luego están los concesionarios, que fabrican y venden las aproximadamente 5.000 baratijas, prendas de vestir y recuerdos oficiales del evento.
Se espera que combinados, los ingresos procedentes de estas fuentes totalicen casi 1.000 millones de dólares.
Pero en Brasil, el mercado negro es un gran negocio. Las ventas de productos piratas y falsificados cada año superan los 30.000 millones de dólares, según estimaciones de diversas industrias.
No es la primera vez que las autoridades olímpicas luchan con el problema. En China, hogar de muchos fabricantes en el mercado negro, también combatieron a los falsificadores antes de los Juegos de Pekín 2008.
Durante la semana pasada, el escuadrón liderado por Aragão allanó locales de recuerdos turísticos ubicados en populares mercados frente a las playas de Copacabana e Ipanema. En la ocasión, incautaron más de 2.300 artículos, que van desde bolígrafos y llaveros hasta camisetas y toallas de playa.
"La gente quiere sacar ventaja de un evento como este, sin importar si esto es ilegal o no", dijo Aragão. (Reporte de Paulo Prada. Editado en español por Rodrigo Charme)