México, 18 ago (EFE).- Las estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pueden perder "el tren de la reforma energética" si no saben adaptarse a los nuevos tiempos, destacaron hoy varios especialistas del sector.
"El mayor peligro es que se rezaguen y no aprovechen la apertura y pierdan espacios del mercado. Esto tiene un tema político detrás, porque no queremos que las empresas del Estado queden rezagadas", dijo a Efe el abogado especializado Rogelio López-Velarde.
Tras su participación en el III Foro de Estrategias Energéticas "¿Cómo va la reforma?", el letrado de la firma López-Velarde Heftye y Soria recalcó la importancia de las estatales como "instrumento importantísimo de política y presupuesto del Estado".
Esta opinión fue secundada durante el panel por el exdirectivo de la CFE y de Pemex Rogelio Gasca, quien aseveró que "el éxito de la reforma energética pasa por el éxito de un Pemex y una CFE fortalecidos" ante una reforma energética que no podrá "aterrizar" ni ser "exitosa" si estas dos compañías dan signos de debilidad.
Impulsada por el actual presidente, Enrique Peña Nieto, en el marco del Pacto por México de 2012, este cambio estructural llevó la iniciativa privada al sector petrolero tras casi ocho décadas de monopolio estatal y fomentó también la competencia y apertura del mercado eléctrico en el país.
"Si Pemex y CFE no quieren quedarse atrás, tienen que acelerar sus procesos, fortalecer sus competencias y asociarse con empresas privadas", consideró el director general de Fomento a la Energía e Infraestructura de México (EXI), Mario Gabriel Budebo.
Ambas compañías viven horas bajas por el descalabro de sus finanzas, empujado por el desplome de los precios del crudo y la depreciación del peso mexicano frente al dólar.
Sin embargo, los especialistas centraron sus críticas en Pemex, responsable hasta la fecha de la extracción de hidrocarburos en el país, uno de sus principales fuentes de ingreso.
"Pemex no creyó en la reforma y no se preparó para este férreo cambio", apuntó Budebo, quien instó a la estatal, que duplicó sus pérdidas netas en el primer semestre de 2015, a readaptarse para subsistir.
A su vez, Gasca afirmó que la petrolera debe trabajar en la parte industrial, mejorar los costos e ineficiencias y negociar los tipos de contratos, sin llegar a descartar una reducción de personal.
Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) revisan en estos días el contrato que regirá las relaciones laborales durante el bienio 2015-2017.
Una negociación clave en aras de reducir el abultado pasivo laboral de la petrolera, que asciende a 1,5 billones de pesos mexicanos (unos 90.221 millones de dólares), equivalente al 8 % del producto interno bruto nacional.
Por otro lado, y a pesar de las deficiencias de las compañías estatales, los especialistas valoraron positivamente la reforma energética, si bien con ciertos matices inexistentes en el discurso del ministro de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, en la inauguración del foro.
Budebo destacó la correcta velocidad en la instrumentación de la reforma, evitando que se paralizara a pesar del contexto internacional, aunque consideró una limitación la capacidad de conseguir capital en mercados financieros, sobre todo para Pemex y CFE.
López Velarde señaló la "agilidad y transparencia" de la misma, si bien resaltó la falta de lineamientos en varias materias.
"La reforma va bien, pero falta aterrizarla", explicó Gasca, quien destacó que el débil entorno económico global no ayudará en este cometido.
Para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Luis Farias, si bien la Secretaría de Energía ha sido "abierta" a usuarios y empresarios, otro problema es la falta de una regulación clara, sobre todo en electricidad.
Coldwell anunció hoy la primera subasta de energía eléctrica en el país para octubre de este año, que será previsiblemente adjudicada en marzo de 2016.
Además, y sin apenas hablar de la coyuntura económica internacional y los bajos precios del petróleo, aseguró también que el Gobierno dejará "una estructura energética para México totalmente, modernizada" para el final de su mandato en 2018.