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Por Mitra Taj
MADRE DE DIOS, Perú, 15 jul (Reuters) - La policía peruana arrasó esta semana decenas de campamentos mineros que extraían oro de forma ilegal al borde de una reserva natural amazónica, en una renovada ofensiva para frenar esta actividad que se había expandido en los últimos meses.
Las intervenciones cerca a la Reserva Nacional Tambopata fueron las primeras desde diciembre en la región Madre de Dios, al sur este del país, y podrían golpear el repunte incipiente de la producción de oro de Perú, el quinto mayor exportador mundial del metal dorado.
La producción ilegal de oro en Madre de Dios representaba el 10 por ciento del suministro nacional del metal precioso antes que el presidente peruano, Ollanta Humala, iniciara el año pasado la represión más dura contra esta actividad.
El alto comisionado de la minería ilegal Antonio Fernández dijo que la policía realizará media docena de mega operativos en lo que resta del 2015, al mismo ritmo del 2014, cuando la ofensiva afectó las exportaciones de oro de Perú.
La ofensiva se había detenido porque se requerían miles de policías para frenar las protestas contra un proyecto de cobre en otra zona del país, dijo Fernández.
En una operación de dos días que culminó la noche del martes, la policía incendio más de 50 campamentos mineros, detuvo a seis individuos sospechosos de trata de personas, y volaron con explosivos docenas de motores empleados en dragas de pozos mineros aluviales.
Pero la mayoría de los mineros habían huido antes de que llegaran las autoridades.
La policía también incursionó en busca de maquinarias valiosas que los mineros habían enterrado o sumergido en charcos de agua turbia que bordean sus campamentos.
Los críticos afirman que las intervenciones policiales son medidas paliativas que hacen poco para frenar la fiebre del oro desde hace una década en Madre de Dios, impulsada por los altos precios del lingote.
Las autoridades dicen que la minería ilegal, que utiliza químicos que destruyen la vegetación, ha arrasado más de 50.000 hectáreas en Madre de Dios y podrían destruirse aún más si no se detiene esta actividad.
"Tenemos que venir constantemente hasta hacer entender a los agentes delictivos que esto es un delito", dijo Fernández.
La policía también destruyó locales que operaban como discotecas para los mineros que trabajaban en la selva.
Algunas personas desalojadas de los campamentos ilegales se quedaron viendo las acciones de la policía desde el borde del bosque.
"Somos seres humanos, no somos animales (...) y ahora, ¿qué vamos a hacer?", afirmó Carmen mientras llevaba a su niño y sus pertenencias. Ella se negó a dar su apellido y dijo que trabajaba como cocinera en el campamento.
La represión del año pasado redujo a la mitad la producción de las minas no reguladas en Madre de Dios, a 8 toneladas. En los primeros cinco meses de este año esa producción creció un 28 por ciento frente al mismo periodo del 2014, según datos oficiales. (Escrito por Marco Aquino)