por Mercedes del Signo del Rio
Infosel, diciembre. 9.- La creciente debilidad de la economía mexicana, que continuará con presiones a la baja hacia el principio del próximo año, debería invitar a Banco de México a adoptar una postura monetaria menos restrictiva, que apoye a la economía, dijo Carlos Serrano Herrera, economista en jefe de BBVA (MC:BBVA) México, en conferencia.
Los más recientes indicadores económicos del país han confirmado los temores de muchos de que México podría terminar el año con un crecimiento del producto interno bruto nulo e incluso negativo.
"La economía del país no está creciendo, el crecimiento en los primeros nueve meses del año fue nulo, sobre todo marcado por la desaceleración del sector industrial y el menor dinamismo de los servicios, los riesgos para el crecimiento en el largo plazo permanecen", dijo Serrano, quien dirige el área de análisis económico en el mayor banco del sistema mexicano, durante la presentación del informe Situación México del Banco BBVA.
Además, la brecha del producto, es decir la diferencia entre el potencial de crecimiento de la economía y lo que crece realmente, se mantiene negativa e incluso profundizando esa tendencia, lo que augura que la actividad va a seguir presionada a la baja.
Adicionalmente, el último dato de inflación publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía apunta a una desaceleración más pronunciada en el incremento de los precios al consumidor del país, ya que registró una variación mensual de 0.81% en noviembre y de 2.97% a tasa anual.
De ahí que los economistas del banco de origen español consideren que las decisiones de política monetaria que el Instituto Central ha anunciado en los últimos meses han sido insuficientes para estimular la economía mexicana.
"Pensamos que el Banco de México está manteniendo una política más restrictiva de lo que se debería de tener, de acuerdo con lo que se observa con la dinámica de la inflación que ha venido cayendo de manera consistente", agregó Serrano. "Banxico no había mantenido una tasa de política monetaria tan alta con una inflación general tan baja y con una desaceleración de la inflación subyacente en periodos previos".
Claro que, para muchos, existen variables y riesgos que evitan que el Instituto Central tome la decisión de relajar su política monetaria, de tal manera que sea una herramienta efectiva para brindar un empujón adicional a la economía de México.
Una de ellas es el atractivo que representa para el país que se mantenga la diferencia entre la tasa que dicta el Banco Central aquí y los tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
Un diferencial de tasas positivo para México hace que el país desaliente la salida de capitales foráneos hacia otros destinos, como Estados Unidos, que paga menos interés, pero también es menos riesgoso.
Además, existe el riesgo de que reducir esta diferencia --que Banxico ha intentado mantener en 5.75 puntos porcentuales-- podría desencadenar una depreciación del peso frente al dólar estadounidense.
Para los economistas de BBVA, sin embargo, el diferencial tan alto de México explica parcialmente la fortaleza del peso, pero no es el único factor por considerar.
"El diferencial de tasas en México es de los más altos en el mundo emergente y que por lo tanto hay espacio para bajar la tasa e igual México sigue siendo atractivo", dijo Serrano, en la conferencia de prensa. "Los recortes en la política monetaria no han tenido efecto en el tipo de cambio y hay espacio para seguirla recortando sin que se afecte la posición relativa del peso".
Por otra parte, la entrada en vigor del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, también conocido como T-MEC, podría impulsar un recorte más acelerado de la tasa de interés del Banco Central, ya que, en todos los escenarios, el peso se vería beneficiado.
"Nosotros creemos que si se aprobara el tratado de libre comercio, y esto trajera una apreciación muy significativa del tipo de cambio, eso justificaría que la bajada fuera más fuerte", hasta de 50 puntos base, dijo el economista en jefe de BBVA.
Algunos argumentarían que el Banco de México, al tener un único mandato de mantener una inflación estable, no debería inmiscuirse en cuestiones exclusivas de crecimiento económico.
Otros, sin embargo, como Agustín Carstens, quien fue gobernador del Instituto Central entre 2010 y 2017, no descartan la posibilidad de que la política monetaria se use en México para fomentar el crecimiento, siempre y cuando esté bien anclada la inflación a la meta puntual de 3%.
"El Banco Central debe coadyuvar con el gobierno en la constitución de objetivos económicos más amplios en la medida en que el cumplimiento de su mandato se lo permita", dijo Gerardo Esquivel, subgobernador de Banco de México, citando a Carstens, en una conferencia de prensa. "Si el instituto emisor tiene la capacidad de influir de esa manera sin poner en riesgo el cumplimiento de su objetivo prioritario debería actuar en consecuencia".
Claro que, ante la persistencia de riesgos tanto a nivel global como internamente, resulta poco probable que el Banco de México adopte una política monetaria acomodaticia en sus próximas decisiones.
"Esperamos que la tasa continúe bajando al mismo ritmo. . . Creemos que en la reunión de diciembre va a bajar otros 25 puntos base, y que van a seguir bajando 25 puntos base hasta verano, hasta llegar a la tasa terminal de este ciclo de 6%", estimó Carlos Serrano.
El próximo 19 de diciembre el Instituto Central sostendrá su última junta de decisión de política monetaria del año, un día después del día en que se espera que el T-MEC sea sometido a votación para ser ratificado en Estados Unidos.