Kevin Sandler*
Las guerras por streaming se están calentando y van a redefinir el mundo cinematográfico. Mientras algunos críticos tradicionales temen la influencia de Netflix (NASDAQ:NFLX), Amazon (NASDAQ:AMZN), Apple (NASDAQ:AAPL) y demás servicios de streaming, la realidad es que estas plataformas están desatando una nueva época dorada del cine, invirtiendo en proyectos de gran calidad y democratizando el acceso a ellos.
No se trata solamente de la entrada de capital a la industria, o del tamaño de las pantallas en las que consumimos películas. Estamos hablando de un cambio en el modelo de negocios, en los incentivos que conducen (o no) a la producción de películas de gran mérito artístico.
A Netflix, por ejemplo, se la ha criticado por sus datos notoriamente opacos sobre el número de telespectadores por proyecto, pero eso le permite tomar riesgos y considerar al prestigio artístico como banderín para toda la plataforma.
Por ello, Netflix ha captado el clamor de la crítica con proyectos de autor como las películas "El Irlandés", de Martin Scorsese e "Historia de un matrimonio", de Noah Baumbach; independientemente de consideraciones de su éxito comercial.
De la misma manera, Amazon invierte en su plataforma para crecer membresías para vender mercancías, lo cual también le da mayor independencia artística.
Netflix obtuvo 24 nominaciones para los Premios Óscar en 2019, y el hecho que solo obtuvo dos a fin de cuentas en la ceremonia este mes se puede percibir como un backlash de la industria, a favor de los estudios tradicionales.
Pero todo apunta a una mayor influencia de las plataformas de streaming en Hollywood (Netflix va gastar unos 17 mil millones de dólares en contenido exclusivo en 2020).
Incluso en su noche decepcionante, en la ceremonia del Óscar, Martin Scorsese fue el protagonista en el centro de la cubertura, y nadie puede negar que el impacto de Roma en 2018 abrió las puertas a que esta vez, por primera vez en su historia, la mejor película se otorgó a una película en otro idioma "Parasite", de Corea.
Si bien a todo el mundo le encanta quejarse de que todo lo que Hollywood hace no son más que secuelas y nuevas versiones de material ya probado (¿cuántos Spiderman necesita la humanidad?), los estudios tradicionales y los espectadores, por igual, están menos dispuestos a arriesgarse con historias originales.
En 2019, 16 de los 20 éxitos mundiales fueron filmes de franquicia de Hollywood. Scorsese, quien nunca había hecho una película de franquicia, afirmó que el Universo Cinematográfico Marvel ni siquiera era "cinema", una declaración que originó una tormenta de debates, obligándolo a explicar su desdeño por las franquicias en The New York Times:
Claro que, en muchos lugares de este país y de todo el mundo, las películas de franquicia ahora son la primera opción si se desea ver algo en la pantalla grande. El mercado es muy estricto para lo que Scorsese llama obras cinematográficas de "revelación estética, emocional y espiritual". Por ello hay que aplaudir la entrada de Netflix, Amazon y Apple.
Dado el modelo de Netflix para dirigirse a una gran variedad de gustos para sus 167 millones de suscriptores en todo el mundo, no debería sorprender que la compañía también esté tratando de entrar al negocio de las películas de franquicia.
A diferencia de "El Irlandés", la película "6 Underground", repleta de estrellas, generó poca publicidad, no obtuvo reconocimientos y recibió opiniones de la crítica en su mayoría negativas. ¿Pero a la audiencia de Netflix le gustó 6 Underground? ¿Netflix logró "recuperar su inversión" en la película en lo relacionado con número de espectadores y experiencia cuando no hay cifras de taquilla que informar?
Los números opacos del servicio de streaming de Netflix hacen prácticamente imposible decirlo.
Para el gran pesar de sus competidores, Netflix sólo difunde datos sobre los telespectadores de manera selectiva y con poca frecuencia, utilizando métricas de audiencia que no se someten a una verificación independiente de un tercero, como Nielsen.
En una carta enviada recientemente a los accionistas, junto con su estado de resultados para el cuarto trimestre, Netflix anunció que la audiencia de 6 Underground alcanzó la asombrosa cifra de 83 millones de hogares suscritos en todo el mundo en las primeras cuatro semanas en la plataforma, casi la mitad de su base de suscriptores, pero contó como espectador de 6 Underground a cualquiera que solo haya visto dos minutos, lo que constituye un extraño cambio en la metodología.
En cualquier caso, la alquimia financiera de las plataformas y sus algoritmos, están listas para empaquetar juntos proyectos de gran prestigio con películas de franquicia y programas de tele.
Netflix insiste que seguirá intentando mostrar algunas de sus obras más ambiciosas como grandes eventos en salas, aprovechando la "magia" de la experiencia de asistir al cine como una experiencia singular.
Solo el tiempo y las próximas generaciones dirán si el teléfono, la computadora portátil o la televisión son incapaces de duplicar este placer de los éxitos de taquilla.
Pero no cabe duda que con la competencia entre plataformas de streaming que apenas comienza (Disney+ tiene 28.6 millones de suscriptores a unos meses de su lanzamiento y también tenemos a HBO Max de ATT/Warner Media) y Peacock (de Comcast (NASDAQ:CMCSA)), vivimos en un mundo cada día más netflixeado.
* Kevin Sandler es profesor asociado del programa de Estudios de Cine y Medios en Arizona State University (ASU).
