por Mercedes del Signo del Rio
Infosel, diciembre. 6.- Las negociaciones entre Estados Unidos y México para superar las diferencias que impidieron hasta ahora ratificar el tratado en materia de comercio que ambas naciones firmaron hace un año junto a Canadá parecen haber hallado un nuevo obstáculo esta semana.
Robert Lighthizer, el representante de comercio de Estados Unidos, propuso establecer una definición más estricta de lo que calificará como acero y aluminio norteamericano al evaluar el componente regional de los productos que se comercializarán libres de aranceles en el T-MEC, reportaron la agencia Bloomberg y el portal de internet Politico.
La propuesta, sin embargo, representa un nuevo obstáculo y aparentemente una fuente adicional de tensión en las negociaciones que sostienen esta semana Lighthizer y Jesús Seade, el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en la ciudad de Washington, D.C.
El cambio impulsado por Estados Unidos al texto original busca obtener un mayor respaldo de las asociaciones sindicales estadounidenses, ya que cambiaría la regla de origen de modo que esos metales tengan que ser manufacturados en Norteamérica, mejorando su posición de competencia frente a potencias metalúrgicas como China.
Sin embargo, este cambio de último minuto no fue bien visto por la delegación mexicana, ya que no respeta lo acordado inicialmente por los tres países. Este nuevo aspecto se suma a otras diferencias que persisten en la negociación y que han frenado la ratificación del T-MEC por parte de los congresos de Canadá y Estados Unidos, en materia de regulación y cumplimiento en materia laboral.
En el texto del tratado original, firmado hace un año por el Ejecutivo de los tres países, quedó establecido que los fabricantes de automóviles deben comprar al menos 70% de sus insumos de acero y aluminio en la región, si es que quieren comercializar sus vehículos evitando impuestos que afecten su competitividad. Esto también es conocido como regla de origen.
Sin embargo, algunos en Estados Unidos consideran que el lenguaje utilizado en el texto del acuerdo falla en garantizar que las armadoras cumplan con usar la mayoría de metales norteamericanos en los autos que ensamblen, de ahí que los negociadores estadounidenses quieren modificarlo para que contenga las palabras "derretido y vertido" en la región de Norteamérica, reportaron Bloomberg y Político, con base en personas cercanas al asunto.
La principal preocupación de los funcionarios y los sindicatos estadounidenses es que el acuerdo no genere la creación de empleos en ese país, razón por la que la Casa Blanca ha batallado para encontrar respaldo para la ratificación del tratado.
Si bien la industria automotriz en México ya ha comenzado a hacer ajustes para cumplir con las reglas de origen más estrictas que establece el T-MEC, ya que parte de los insumos para la producción aquí provienen de otros países como Brasil, Alemania o Japón, esta nueva regla podría significar una complicación adicional a los procesos de manufactura.
Las reglas en el sector automotriz fueron la principal razón por la que Donald J. Trump quiso renegociar el tratado comercial que su país tenía con México y Canadá desde hace más de 25 años. El propósito de esta renegociación fue para mejorar los incentivos para que las empresas automotrices trasladaran su producción a suelo estadounidense.
El subsecretario Seade acudió este viernes a la oficina de Lighthizer para dialogar sobre este asunto, luego de ausentarse de su cita el jueves sin una explicación.