El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado que el actual conflicto entre Israel y Gaza debe llegar a su fin de inmediato y ha subrayado que Israel no debe ocupar la Franja de Gaza una vez concluida la guerra. En una rueda de prensa celebrada el jueves, Biden anunció que tanto Israel como Hamás habían acordado un marco de alto el fuego, aunque aún quedaban detalles por limar.
El equipo de Biden, que incluye al director de la CIA, Bill Burns, y al enviado de Estados Unidos a Oriente Próximo, Brett McGurk, estuvo esta semana en Oriente Próximo para negociar el acuerdo de alto el fuego con los socios regionales. El Presidente describió las negociaciones como difíciles y complejas, pero señaló una tendencia positiva y su determinación de finalizar el acuerdo.
A finales de mayo, Biden propuso un plan en tres fases que incluía un alto el fuego, la liberación de rehenes y prisioneros palestinos, la retirada de Israel de Gaza y la reconstrucción del enclave costero. Hamás, el grupo islamista palestino, ha aceptado una parte importante de la propuesta estadounidense, abandonando su anterior estipulación de que Israel debe aceptar primero un alto el fuego permanente antes de firmar cualquier acuerdo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha mantenido que el acuerdo debe permitir a Israel la opción de reanudar los combates para alcanzar sus objetivos bélicos. La oficina de Netanyahu declaró el miércoles que está comprometido a alcanzar un acuerdo de alto el fuego siempre que se cumplan las condiciones de Israel. Sin embargo, Biden ha expresado cierta insatisfacción con la cooperación de Israel durante la guerra, y destacó el intento fallido de reducir el muelle humanitario del ejército estadounidense en Gaza como un punto de decepción.
El gobierno de Biden ha estado sometido a escrutinio por su continuo apoyo a Israel en medio del conflicto, que ha causado un importante número de víctimas civiles. Han estallado protestas en todo Estados Unidos, oponiéndose a la guerra y a la postura estadounidense hacia Israel. Estas protestas han coincidido con la dimisión de una docena de funcionarios de la administración estadounidense que se oponían a la política de Biden sobre Gaza. Además, se ha observado un aumento del antisemitismo y la islamofobia en Estados Unidos durante el conflicto.
El último aumento de la violencia en el prolongado conflicto palestino-israelí comenzó el 7 de octubre, cuando combatientes dirigidos por Hamás lanzaron ataques contra el sur de Israel, con el resultado de 1.200 muertos y unos 250 rehenes, según informes israelíes. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado de la muerte de más de 38.000 palestinos debido al ataque israelí, que también ha desplazado a casi toda la población de 2,3 millones de personas, ha provocado una grave crisis de hambre y ha suscitado acusaciones de genocidio, que Israel niega.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.