El Banco de Japón (BOJ) ha afrontado una semana complicada en su intento de sortear la agitación de los mercados mundiales y comunicar su política monetaria con eficacia.
En un movimiento sorprendente, el Banco de Japón elevó la semana pasada su objetivo de política monetaria a corto plazo hasta el 0,25% desde un rango cercano a cero, lo que supone el tipo más alto en 15 años. La decisión, anunciada por el gobernador Kazuo Ueda, apuntaba a nuevas subidas constantes de los tipos, desviándose del mensaje anterior del banco central.
El yen se disparó y las acciones de Tokio cayeron con fuerza el lunes, la mayor caída desde 1987, en respuesta a la subida de tipos y a la postura agresiva de Ueda. La preocupación de los inversores por los indicios de que la Reserva Federal podría reducir los tipos para apoyar la ralentización de la economía estadounidense agravó esta reacción.
Sin embargo, el miércoles, el vicegobernador del BOJ, Shinichi Uchida, trató de estabilizar la situación afirmando que el banco no subiría los tipos en medio de la inestabilidad del mercado. Sus comentarios sugirieron una pausa en el proceso de subida de tipos, en consonancia con las previsiones de inflación y la trayectoria de tipos del banco.
Uchida subrayó la importancia de mantener por el momento los actuales niveles de relajación monetaria, señalando que la moderada inflación de Japón permite un enfoque prudente de los ajustes de tipos.
El resumen de la reunión del Banco de Japón de los días 30 y 31 de julio puso de manifiesto que la atención se centraba en una serie de subidas de tipos para evitar que la inflación se disparara, pero las declaraciones de Uchida del miércoles indicaron un camino más prudente.
El Banco de Japón no ha respondido a las críticas que le acusan de reaccionar a los movimientos del mercado en lugar de a los datos a la hora de fijar su política monetaria. Sin embargo, Uchida mantuvo que el banco sigue centrándose en la economía, afirmando que la volatilidad del mercado influiría en la toma de decisiones sólo si afectaba a las proyecciones, los riesgos y la probabilidad de alcanzar su objetivo de precios.
En medio de estos acontecimientos, el partido gobernante y los principales partidos de la oposición de Japón han acordado convocar al gobernador Ueda a una sesión especial del parlamento este mes para aclarar la decisión de subir los tipos.
Las recientes medidas del Banco de Japón han suscitado comparaciones con sus anteriores subidas de tipos, que fueron seguidas de retrocesos debido a las críticas políticas y a la recesión económica.
La situación actual del banco se complica aún más por la posibilidad de que la Reserva Federal empiece a reducir los tipos, lo que podría aumentar la volatilidad del tipo de cambio dólar/yen y afectar a la confianza empresarial japonesa.
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