Infosel, abril. 13.- La aparente indefinición en el proceso para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría no serlo tanto y ahora muchos creen que la mesa está más que puesta para un acuerdo inicial entre Canadá, Estados Unidos y México que está a la vuelta de la esquina.
Los equipos negociadores de los tres países entraron a una fase de trabajos permanentes y, aunque en esta ocasión no realizaron una octava ronda de diálogos en el formato en que venían haciéndolo, todo sugiere que los ministros de comercio responsables de conducir ese proceso negociador afinan detalles del llamado acuerdo preliminar.
"Creemos que es posible un acuerdo del TLCAN en las próximas semanas, consistente con un proceso no lineal para los acuerdos comerciales, un reciente ánimo constructivo entre los negociadores", escribió el equipo de análisis económico del banco Citibanamex en un reporte.
A inicios de la semana Ildefonso Guajardo, el secretario mexicano de Economía que encabeza a nombre el país el proceso de diálogos para renovar el TLCAN, estimó que había alrededor de un 80% de probabilidades de tener ese acuerdo inicial firmado para la primera semana de mayo.
Esa visión fue ratificada por Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos y líder negociador de ese país, quien dio una visión similar de avance durante un encuentro con senadores del partido Republicano.
Claro que al mismo tiempo unos son más cautos ante las señales contrarias que envía el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, quien durante un encuentro con medios ayer en la Casa Blanca dijo que no tenía prisa por resolver ese tema.
"Mientras el TLCAN esté en proceso, ninguna empresa va a gastar mil millones de dólares para edificar una planta automotriz, así que le he dicho a los mexicanos: podemos negociar para siempre", dijo Trump.
Sólo que esa posición de paciencia podría no ser la verdadera cara de los estadounidenses, quienes también miran con nerviosismo el avance del tiempo y la complicación que representa una extensión del proceso negociador.
Algunos de los factores que parecen alinearse para que el TLCAN llegue a buen puerto justamente vienen por parte de las presiones que enfrentan Estados Unidos y México para concretar los diálogos.
Por una parte, el gobierno de Trump tiene hasta este verano para presentar un nuevo acuerdo al Congreso de su país, que ahora mismo está controlado por el partido Republicano, pero podría no estarlo pronto si el partido Demócrata logra un buen resultado en las elecciones legislativas de noviembre.
En caso que los republicanos pierdan en control de la Cámara Baja, entonces el margen de maniobra del presidente podría reducirse.
Por otro lado, México celebrará elecciones presidenciales en julio y con ello podría haber un cambio de gobierno, lo cual no garantiza que los acuerdos alcanzados hasta ahora sean bien vistos por un nuevo presidente.
Así, la presión del tiempo parece verse reflejada en la aceleración que los negociadores han puesto para reescribir el TLCAN.
"Un acuerdo TLCAN es factible en el corto plazo", agregó Citibanamex en el reporte. "Cuanto mayor sea el número de obstáculos eliminados por las negociaciones a nivel ministerial, más son las tareas restantes que implican cuestiones técnicas. Este es precisamente el tipo de situación que potencialmente permitiría un anuncio de un acuerdo en principio".
Cierto que alguien podría decir que los temas pendientes pueden no ser muchos, pero son los más difíciles de resolver, como las reglas de origen del sector automotor, los mecanismos de resolución de controversias, las condiciones salariales o la imposición de una cláusula de muerte súbita (sunset clause).
De ahí que Trump, en cada ocasión que puede, recuerda que no dudará en abandonar el TLCAN si no consigue un acuerdo que vea más favorable a sus intereses.
Las mejores perspectivas para el futuro del TLCAN frente a la visión de hace unos meses se han visto reflejadas en el tipo de cambio, que ya cotiza alrededor de los 18 pesos por dólar o su mejor nivel en seis meses.