por Lissette Esquila Alonso
(Retransmisión de la nota publicada el viernes 30 de septiembre)
Infosel, septiembre. 2.- La bolsa mexicana logró superar la volatilidad que han registrado los mercados financieros durante los primeros nueve meses de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de un escenario internacional complejo, caracterizado por la creciente disputa comercial de los países con las economías más grandes del planeta --Estados Unidos y China-- y afectado por decisiones calificadas como controvertidas por parte del nuevo mandatario, el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores, el índice S&P/BMV IPC, logró reportar un mejor rendimiento del 1 de diciembre a la fecha que el registrado para el mismo lapso durante el primer año del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
En ese lapso, la bolsa registró una ganancia de 2.1%, frente a la caída de 5.6% que tuvo en el primer periodo diciembre-agosto de la administración peñanietista.
Es en este ambiente bursátil en el que López Obrador rindió su primer informe de gobierno el domingo, indicando su interés en tener una mejor relación con el capital privado para promover un mayor crecimiento y desarrollo económico del país.
Claro que, comparado con los desempeños de otros mercados bursátiles, el avance de la Bolsa palidece.
En Nueva York, el Dow Jones Industrial Average registró un avance de 3.4% en el mismo lapso; mientras que el Nasdaq subió 8.6% y el S&P500 6%, en el mismo periodo.
Para los analistas, el mercado accionario mexicano, por su naturaleza emergente, ha resentido más que el estadounidense la incertidumbre internacional que ha generado la batalla comercial entre el gobierno del presidente estadounidense Donald J. Trump y el del presidente chino Xi Jingping.
Claro que al mismo tiempo asuntos internos, como la decisión que tomó López Obrador cuando era presidente electo de cancelar la edificación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM) en lo que fue el lago de Texcoco o la de posponer la apertura del sector petrolero a los capitales privados, han golpeado la confianza de los inversionistas en el futuro del país y, por ende, en el de las bolsas de valores mexicanas, incluida la Bolsa Institucional de Valores, o Biva.
De ahí que algunos analistas siguen manteniéndose cautelosos sobre el desempeño futuro de los mercados accionarios del país. Aun cuando algunos reconocen que existen rebajas interesantes en los precios de algunas acciones, la incertidumbre internacional y local hacen que se mantenga reticentes a regresar a la bolsa, una postura que limita los avances del mercado.
De hecho, la cautela de algunos inversionistas se ha traducido también en bajos volúmenes de operación a lo largo de lo que va del sexenio, a pesar de que distintos múltiples de valuación de varias empresas son ya atractivos.
"Me parece que las bajas valuaciones no han sido razón suficiente como para determinar la compra, debido al poco volumen de operaciones --en comparación de los últimos años-- y por más que las empresas han sido sobre-castigadas no han sido suficientemente buenos los precios como para detonar las compras en el mercado", dijo Alejandra Marcos, directora de análisis y estrategia con Intercam Casa de Bolsa, en una entrevista telefónica.
Algunos analistas atribuyen también la cautela de los inversionistas a las medidas, evaluadas como contra el libre mercado, que ha tomado el nuevo mandatario del país.
En campaña López Obrador mantuvo un discurso pro-mercado, alineado a finanzas públicas sanas que mantuvo al índice de la bolsa por encima de las 50 mil unidades.
Pero tras su triunfo electoral y en el proceso de transición de la administración de Peña Nieto a la del mandatario originario de Macuspana, Tabasco, la luna de miel del gobierno entrante con los mercados locales y empresarios terminó.
"El apetito por la renta variable mexicana fue disminuyendo en la medida en que fueron sucediendo factores locales e internacionales", agregó Marcos.
En el periodo de transición presidencial, que abarcó de julio a noviembre de 2018 (López Obrador gano la elección presidencial el 1 de julio), las bolsas en México registraron fuertes pérdidas, con el S&P/BMV IPC sufriendo una caída de 12.4% en ese lapso.
Para muchos, una pieza clave que explica el declive del principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores fue la decisión de cancelar el NAIM, cuando esa obra llevaba un avance de entre 20 y 30% de avance y el gobierno había ya invertido cerca de seis mil millones de dólares en ella.
El anuncio de eliminar una obra, que requería una inversión de poco más 13 mil millones de dólares, provocó que el índice referente de la Bolsa cayera 4.2% --o el peor día desde los comicios presidenciales de Estados Unidos de 2016--, mientras que el tipo de cambio rebasó el nivel psicológico de los 20 pesos por dólar en el mercado interbancario.
Otro revés para los mercados locales fue provocado, cuando ya siendo gobierno, legisladores del partido que fundó y postuló a López Obrador, Movimiento de Regeneración Nacional, o Morena, propusieron eliminar el cobro de las comisiones bancarias, o dar al Estado facultades sobre los ahorros para el retiro de los trabajadores en sus cuentas individuales, o quitar las concesiones a las empresas mineras.
Aunque tales episodios ya han quedado atrás luego de que el mandatario declinó respaldar esas medidas, la caída hace suponer a varios especialistas que la llegada de López Obrador a la Presidencia generó aún más incertidumbre sobre el futuro de la economía mexicana y, por ende, sobre el mercado accionario.
Claro que los factores internacionales, como las decisiones de Estados Unidos y China de imponerse mutuamente aranceles punitivos a las importaciones provenientes del otro país, también han generado cautela entre la comunidad de inversionistas locales e internacionales, o hasta olas de ventas de títulos accionarios.
Esto ha orillado a varios estrategas y analistas a recortar sus pronósticos de las ganancias estimadas para las bolsas mexicanas.
El equipo de estrategas del banco Banorte Ixe, liderado por Manuel Jiménez, director de análisis bursátil, recortó, por ejemplo, su estimado para el cierre del año del S&P/BMV IPC de 47 mil a 43 mil puntos.
Bajo la última estimación, la bolsa registraría un crecimiento de 3% luego de que cerró en 41 mil 640.27 puntos en 2018.
"Además de los riesgos internacionales, observamos una menor confianza de los inversionistas en las acciones mexicanas derivado de la incertidumbre local, y pocos catalizadores de corto plazo, por lo que los parámetros de valuación del índice han disminuido significativamente", escribió el equipo de Jiménez en un reporte.
Claro que, aunque el futuro sigue siendo sombrío para algunos, hay analistas optimistas respecto al desempeño que podrá tener la bolsa más adelante cuando las empresas pudieran mejorar sus resultados financieros.
De hecho, el referente de la bolsa ha recuperado 10.5% desde su menor nivel registrado el 15 de agosto --38 mil 574.18 puntos--. Pero el avance en el rendimiento de la bolsa sigue condicionado a varios factores externos e internos.
"Si empezamos a ver que las empresas comienzan a tener un repunte en los fundamentales, un mayor grado de inversión y que la inversión se reactiva en México, además de anuncios de que las empresas han comenzado a trabajar con el gobierno, se generará una mayor certidumbre", dijo Juan Rich, director de análisis y estrategia bursátil de Ve por Más, en una entrevista telefónica.