Versión original de David Pichodo traducida para Investing.com México
Investing.com - Sin acordarse de la tregua que pactó con China en el marco del G20 en junio y sin dejarnos valorar aún los intentos de negociación que han llevado delegaciones de ambos países, reunidas esta semana en Shanghai, Donald Trump decidió que era hora de volver a la acción y no ha querido dejar margen a los inversores para que asimilen del todo la decisión de la FED. A pocas horas todavía del evento de la semana, el presidente estadounidense sorprendió a los mercados anunciando en su cuenta de twitter nuevos aranceles para China.
Así, propuso que a partir del 1 de septiembre se imponga un arancel del 10% a bienes chinos por valor de 300.000 millones de dólares, después de que los negociadores de las dos economías más grandes del mundo no lograsen reiniciar conversaciones comerciales.
Quizás para muchos sea la respuesta lógica a lo que ya dejaba entrever días antes, pronunciándose también en Twitter sobre la incapacidad de China de respetar los acuerdos y hacer las cosas como toca, pero sí es interesante preguntarse si el timing elegido por Trump, a menos de 24 horas del anuncio de la Fed, estaría relacionado con el hecho de que el organismo monetario fuera menos ‘dovish’ de lo esperado.
No olvidemos que la Reserva Federal provocó con su anuncio y comentarios un rally del dólar y la caída de las bolsas en Estados Unidos, dos consecuencias que no agradan a Trump y que ya se aseguró de dejar bien patente también con dos tuits justo después del anuncio.
Casualidades o no, lo cierto es que la Fed mencionó en sus motivos para bajar las tasas de interés las incertidumbres vinculadas a la guerra comercial, siendo uno de los principales riesgos para la buena marcha de la economía. La falta de acuerdo entre China y Estados Unidos, asimismo, sería uno de los motivos que le llevarían a políticas más acomodaticias, añadió.
Llegados a este punto, nos preguntamos si no ha sido una estrategia, el anuncio de Trump, para forzar a la Reserva Federal a ser más ‘dovish’. Algunos analistas ya han comentado la jugada, como Ryan Larson, analista de RBC Global Asset Management, quien declaraba a Bloomberg que “se trata de un momento interesante. Habría estado bien saber si Trump hubiera hecho lo mismo si la rueda de prensa del FOMC se hubiera desarrollado de manera distinta”.
Ed Moya, de Oanda Copr, decía también. “No me sorprende que seamos testigos de nuevas amenazas por parte de Trump. Al no ver cumplidos sus deseos con respecto a la Fed, ha actuado para, precisamente, darle a la Fed lo que necesita para ser más dura”.
Arthur Hogan, de National Securities Corp., afirma que la Fed no puede moverse ajena a lo que dice o hace Trump. “No creo que nadie de la Fed piense que las políticas de aranceles son una buena manera de hacer política económica. Pero también saben que, al relajar la política monetaria, envalentonan la política comercial. No ha hecho falta esperar a más de 24 horas para ver las reacciones”.
Cuidado, sin embargo, con jugar a ver quién es más poderoso, pues al final podría desencadenarse un efecto ‘boomerang’. “La imposición de nuevas tarifas no sólo harán daño al país asiático, sino que también pueden terminar impactando muy negativamente en algunos sectores de actividad y en el consumo privado estadounidenses. Vabe la pena destacar que algo más del 40% de la ropa vendida en EE.UU. se importa de China, porcentaje que se eleva casi al 70% en el caso del calzado. Las empresas estadounidenses deberán optar por asumir las tarifas en sus márgenes o subir los precios a sus clientes. En ambos casos sus negocios se van a ver afectados”, concluyen desde Link Securities.