13 mar (Sentido Común) - Desde que Fitch Ratings decidiera en diciembre pasado ser la última de las tres grandes agencias calificadoras en recortar de 'estable' a 'negativa' la perspectiva crediticia de México, el temor a que el país sufriera una degradación comenzó a cobrar mayor intensidad.
Hoy, a casi tres meses de que Fitch, al igual que Moody's Investors Service y Standard & Poors, advirtiera del deterioro que podría implicar para la calificación crediticia de México el avance de la deuda gubernamental como porcentaje del producto interno bruto, no existe duda en diversos círculos que México sufrirá la temida degradación crediticia --por lo menos, eso también ya reflejan los precios de ciertos activos mexicanos.
"Los mercados parecen estar ya descontando esa degradación, que si bien no le quita el grado de inversión al país si lo pondría" más cerca del grado especulativo, dijo Carlos Ponce, director adjunto de estrategia bursátil con el Grupo Financiero BX+, en un encuentro con periodistas.
Actualmente, S&P y Fitch otorgan al país una calificación crediticia de 'BBB+', o el antepenúltimo nivel en su categoría de grado de inversión; mientras que Moody's le da aún un grado más alto, de 'A3', o cuatro niveles por arriba del grado especulativo.
Sin embargo, con base en los llamados Credit Default Swaps, o CDS de México, que son instrumentos que utilizan diversos agentes económicos para protegerse de incumplimientos crediticios, la degradación crediticia del país ya está reflejada en el precio de esos activos.
Los CDS de México ya "operan en niveles similares a los observados en países con una menor calificación crediticia", dijo recientemente Guillermo Aboumrad, director de estrategias de mercado de Finamex, Casa de Bolsa, durante un encuentro organizado por la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB) en la Bolsa Mexicana de Valores.
Por ejemplo, los CDS a cinco años de países con una calificación crediticia similar o menor a la de México, como son con España, Tailandia, Perú, Rumania, India y Sudáfrica, cotizan esos instrumentos en precios inferiores o no tan lejanos a los de México.
En concreto, los CDS de Perú, un país con una calificación crediticia idéntica a la de México de 'BBB+', cotizan en 101.4 enteros, mientras que los de México en 137.5.
En el caso de los CDS de Italia, con nota crediticia dos escaños por abajo de México de 'BBB-', estos cotizan en 168.2 unidades, o en un nivel más parecido al de México y más lejano al de Perú.
Entre mayor sea el precio, o la prima, por los CDS, más es la posibilidad de que un gobierno incumpla con sus compromisos crediticios, de ahí que para los analistas el precio para protegerse de tener activos del gobierno mexicano refleja ya una menor solvencia económica que la que parecería indicar la calificación actual que le otorgan las tres agencias crediticias más relevantes del mundo.
De hecho el riesgo país, o la diferencia de tasas entre los bonos de Estados Unidos, conocidos como treasuries, y los de México, llamados bonos M, era recientemente de 2.13 puntos porcentuales en promedio, mientras que la de Italia era de 2.00 y la de Perú de 1.66.
Para los analistas ese mayor diferencial indica que el mercado está ya descontando, o se ha adelantado, a lo que percibe como una inminente degradación crediticia para la segunda mayor economía de América Latina.
"En nuestra opinión los bonos M ya están fijando el precio de una calificación crediticia más baja, así que no esperaríamos mayores movimientos al alza en la prima de riesgo" cuando ocurra dicha degradación, escribieron analistas del mayor banco de México, BBVA (MC:BBVA) Bancomer, en un reporte.
Aboumrad, de Finamex, Casa de Bolsa, coincide ya que "el diferencial entre el bono M de 10 años y el Tresury de 10 años tiene un 'spread' de 490 puntos base. . . reflejo del deterioro del riesgo país" por la probable degradación crediticia.
En buena medida, los analistas atribuyen las señales que está dando el mercado, en el sentido de que el país sufrirá una degradación, a que si bien las finanzas del gobierno se han deteriorado por un mayor endeudamiento, la llegada de Donald J. Trump a la presidencia de Estados Unidos complicó aún más esa delicada situación e hizo más difícil que las medidas correctivas que ha tomado el gobierno surtan el efecto esperado en el corto y mediano plazo.
Para empezar, con la llegada de Trump al poder, la mayoría de los especialistas esperan que la economía mexicana crezca menos de lo esperado por las posturas proteccionistas y las ideas que tiene hacia los trabajadores inmigrantes, algo que de ocurrir dificultará que los ingresos gubernamentales aumenten y que por lo tanto no pueda reducir sus niveles de endeudamiento.
"Si las finanzas públicas se miran muy apretadas difícilmente ayudarán a fortalecer el marco macro, si no se cumple la meta (del déficit fiscal) vamos a tener una baja en la calificación", agregó Abramoaud de Finamex, Casa de Bolsa en el quinto encuentro organizado por la AMIB.
Además, la debilidad que ha mostrado el peso desde la elección de Trump incrementa en moneda nacional el valor de la deuda externa, o denominada en dólares, del gobierno, algo que también dificulta que el valor de los pasivos del gobierno contra el valor de la economía mexicana pueda decrecer --una evolución que casi han exigido las calificadoras para evitar la degradación crediticia de México.
De ahí que los mercados y los analistas coincidan en señalar que México sufrirá este o el próximo año una degradación crediticia y que ésta ya está descontada. Aunque eso no significa que cuando se anuncie esa degradación, si así ocurriera, los mercados no resentirían el anuncio.
"Ninguna noticia se descuenta al 100%", dijo Ponce de BX+. (Redacción Sentido Común)