(Repite nota enviada el viernes, texto sin cambios)
Por Paulo Prada
RÍO DE JANEIRO, 17 feb (Reuters) - El ambiente de amor y paz que generalmente rodea las celebraciones del carnaval de Río de Janeiro está amenazado este año por una polémica entre una conocida "escola" de samba contra poderosos agricultores brasileños debido a la explotación de la selva del Amazonas.
Imperatriz Leopoldinense, una de las "escolas" que se presentan en el concurso de carnaval que comienza el 24 de febrero, planea honrar al Amazonas y a sus tribus indígenas con un desfile que incluirá seis globos gigantes y 2.800 bailarines, músicos y otros.
Parte del espectáculo, "Xingu, o Clamor da Floresta", se refiere a la antigua tensión entre el desarrollo y la conservación en Brasil, en particular al respecto de la mayor selva del planeta y la agricultura industrial que a veces ayuda a destruirla.
Marchando al son de una letra que dice "sangra el corazón de mi Brasil" y "tanta riqueza que la avaricia destruye", los participantes tendrán chalecos con calaveras, como en las banderas piratas, y fingirán estar rociando pesticida. Otros desfilarán con motosierras de juguete y atados de madera de árboles caídos.
Para un sector agrícola que responde airadamente ante cualquier sugerencia de que destruye el medio ambiente, las imágenes no son para nada de celebración, en especial en momentos en que la agricultura, responsable de un cuarto de la economía brasileña, es una de las pocas actividades con crecimiento en un país ahogado por la recesión.
"Es burdo e injusto", dijo Marcelo Eduardo Luders, presidente de Ibrafe, una asociación de productores de soja brasileños. "Millones de personas verán esto y podrían tener dudas sobre comprar nuestras exportaciones", añadió.
Para Imperatriz, la polémica fue una sorpresa, en particular porque el año pasado incluyó música "sertaneja" y la cultura agrícola de la cual surgió.
"Esto no es sobre ofender a los agricultores", dijo Cahê Rodrigues, el diseñador responsable de la "escola". "Esto es sobre las amenazas que enfrentan los indígenas y el medio ambiente", añadió.
Los agricultores de Brasil, uno de los principales productores de alimentos del mundo, se han convertidos en los principales exportadores de soja, carne, café y azúcar. El sector generó más de 400.000 millones de dólares en 2016. Y parte de su crecimiento surgió de tierras deforestadas.
Pero la tasa de deforestación, pese a una reciente alza, es menos de un quinto de lo que era en 2004, cuando desapareció un área del tamaño de Bélgica. La mayor parte de la producción agrícola en Brasil ahora se genera por avances tecnológicos.
(Reporte de Paulo Prada, Editado en español por Patricia Avila)