11 ene (Sentido Común) - El futuro presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, blofea cuando amenaza con imponer tarifas a los vehículos que se ensamblen en el país para ser vendidos al norte de la frontera, dijo un experto en materia comercial y ex negociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Durante una conferencia telefónica organizada por Mexico Institute, un centro de investigación y análisis con sede en Washington, D.C., Luis de la Calle, quien es socio de la firma de consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera y quien como ministro para asuntos comerciales de la llamada NAFTA Office de la embajada de México en Estados Unidos al inicio de los noventa participó en la negociación del TLCAN, dijo que la amenaza de una tarifa de 35% a esos vehículos es impracticable. "No puede imponer tal tarifa", dijo De la Calle al participar en la conferencia telefónica, junto con Duncan Wood, director de Mexico Institute, y Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO). "El Congreso no lo aceptaría". Para el también ex subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de la Secretaría de Economía durante la administración del presidente Ernesto Zedillo de 1998 a 2002, las empresas automotrices saben que Trump tendría enormes dificultades para hacer real su amenaza, por lo que si bien pueden existir otras razones por las cuales estén considerando replantear las inversiones que tenían planeado hacer en México, aquellas que lo hagan por las amenazas deberían valorar lo que implica ser avasalladas por la futura figura presidencial. Trump tomará posesión en 10 días. Hasta ahora dos compañías han aparentemente cedido a las amenazas de Trump de enfrentar tarifas a sus exportaciones si edifican plantas en México para exportar desde aquí bienes a Estados Unidos: una fue Carrier, el fabricante de aires acondicionados y calefactores que decidió no mudar parte de una fábrica de Indiana a Monterrey, y la otra fue Ford Motor Company (NYSE:F), que canceló, aparentemente por motivos distintos a la posible amenaza de enfrentar un arancel en la frontera, la edificación de una nueva fábrica de ensamble de autos compactos que planeaba edificar en San Luis Potosí y en la que contemplaba invertir mil 600 millones de dólares. "Las compañías que están cediendo a la presiones de Trump tienen que hacer un importante ejercicio de introspección", dijo De la Calle. "Creo que cometen un error al dejarse subyugar". El consultor y ex funcionario público agregó que desde su perspectiva las amenazas de Trump tienen la finalidad de fortalecer la figura presidencial ante la importante batalla que contempla dar para aprobar una reforma fiscal en Estados Unidos de gran calado. Si esa interpretación es correcta, entonces los temores de que el futuro presidente de Estados Unidos vaya a lastimar a la economía mexicana podrían no materializarse, más cuando México es hoy el segundo mercado más importante para las empresas estadounidense al consumir 16% de todas las exportaciones de ese país y podría ser incluso el principal mercado en cinco años si Trump no interfiere. De cualquier manera, para De la Calle el gobierno de México debe prepararse para lo que sin duda serán duras negociaciones en materia de libre comercio. Trump, desde la campaña, propuso renegociar el TLCAN ya que desde su perspectiva "es el peor tratado comercial que jamás haya negociado" Estados Unidos, una aseveración que es poco sostenible si se considera que los dos principales objetivos del tratado, incrementar los flujos de bienes y capitales entre los tres países firmantes --Estados Unidos, Canadá y México-- se han más que cumplido. La preparación del gobierno de México deberá incluso dejar en claro al gobierno de Estados Unidos que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no aceptará como parte de las pláticas medidas que lastimen el interés del país, como tampoco proponer acciones que lastimen el de Estados Unidos, dijo De la Calle. El ex funcionario dijo que las pláticas que muy probablemente se den entre los dos gobiernos podrían incluso resultar benéficas si con ellas los dos países buscan acuerdos para mejorar los niveles de competencia de la región de América del Norte. De la Calle ve enormes oportunidades para que esas negociaciones otorguen más beneficios y oportunidades de negocios a ambos países. México, por ejemplo, podría ofrecer sus servicios de salud para reducir los costos de los cuidados médicos que hoy enfrentan los ciudadanos estadounidense, mientras que las compañía turísticas estadounidense podrían aprovechar el creciente número de viajeros mexicanos que visitan Estados Unidos. En concreto mientras que Trump ofrece construir un muro en la frontera con México para supuestamente controlar la entrada de trabajadores sin documentos a su país, las autoridades mexicanas deben ofrecer construir puentes, garitas, gasoductos y más infraestructura para integrar más la región y mejorar su competitividad, concluyó De la Calle, quien sugirió además que México y Estados Unidos podrían hacer mucho para ayudar a Centro América y con ello evitar el flujo migratorio de esa región hacia la mayor economía del mundo. (Redacción Sentido Común)