18 de jun. (Sentido Común) - A 15 días de que los mexicanos elijan al próximo mandatario del país, la actividad en el mercado corporativo de bonos de largo plazo no ha perdido, como muchos temían, el buen dinamismo que ha registrado este año.
El mes pasado, el monto de fondos recabado por empresas a través de la venta de deuda de largo plazo en la Bolsa Mexicana de Valores, fue de 56 mil millones de pesos (2.7 millones de dólares), o un nivel muy cerca al récord alcanzado apenas en marzo pasado.
El buen dinamismo en las colocaciones de bonos corporativos no es más que el reflejo de la "confianza que se ha brindado a los inversionistas", dijo José-Oriol Bosch, director de la Bolsa Mexicana de Valores, o BMV, hace unos días en un foro organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanza (IMEF).
La actividad bursátil en mayo fue incluso casi del doble de la registrada un año atrás cuando en ese mes las empresas obtuvieron 31 mil millones de pesos (mil 490 millones de dólares) con la venta de deuda.
El buen desempeño del mercado de bonos corporativos de largo plazo sorprende no sólo porque México atraviesa por un proceso electoral que podría arrojar el resultado aparentemente menos favorable para los mercados --la elección del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza las encuestas electorales y a quien muchos inversionistas ven como el menos favorable para el libre mercado-- sino también por las crecientes dudas que han surgido en los últimos días sobre el futuro de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La decisión del presidente estadounidense Donald J. Trump de imponer, a partir de este mes, aranceles punitivos al acero y aluminio de Canadá y México, sus dos socios en el pacto trilateral, reafirmó su ideología proteccionista, que fue la que lo llevó a solicitar pláticas para reescribir el tratado norteamericano.
Hasta la fecha, todos estos factores adversos no han podido frenar las colocaciones iniciales y secundarias de bonos corporativos con plazos superiores a un año en México.
Los esfuerzos de los directivos de la Bolsa Mexicana de Valores para convencer a las empresas de las ventajas que ofrece el mercado bursátil para financiarse, han más que compensado el ruido electoral y los obstáculos al libre comercio que representa Trump.
Así, la promoción que está realizando la bolsa del mercado bursátil, vía foros y viajes de sus directivos a ciudades y regiones donde explica las ventajas de la emisión de deuda en México, está dando resultados.
Incluso, no son sólo los bonos corporativos son los que han llamado la atención de los inversionistas. El mercado de deuda gubernamental está también despertando interés, tanto de inversionistas locales como extranjeros, algo que, en buena medida, permite la emisión de deuda privada y que respalda el buen funcionamiento de la economía mexicana.
Los economistas creen que a pesar de los nubarrones electorales y sobre el libre comercio el país logrará crecer este año a una tasa de 2.2% y de 2.3% en 2019, ritmos de avance similares a los de los últimos dos años.
"A pesar del fuerte movimiento que se observó a nivel internacional en activos de riesgo en mayo, la tenencia [en deuda mexicana] se mantuvo sólida", dijo Santiago Leal, gerente de estrategia de renta fija y tipo de cambio del grupo financiero Banorte (MX:GFNORTEO) Ixe, en una entrevista telefónica.
Claro que en buena medida, el buen apetito por los bonos soberanos mexicanos se debe al mejor rendimiento que ofrecen frente a otros activos similares, como los bonos del Tesoro estadounidense, mejor conocidos como Treasuries.
Al 8 de junio, el bono de referencia nacional, o aquel que vence en 10 años, pagaba un rendimiento de 7.8%, o casi cinco puntos porcentuales más que los bonos del Tesoro para el mismo plazo que ofrecían una tasa de 2.9%.
Ese diferencial ha ayudado a que la tenencia extranjera en bonos gubernamentales de largo plazo haya variado poco desde finales del año pasado cuando se ubicaba en 63.5% del total de ese tipo de deuda en circulación, a 60.7% a finales de mayo.
Incluso, en términos absolutos, el monto proveniente del exterior invertido en esos instrumentos ha crecido 2.9% este año al pasar de 1.78 billones de pesos (85 mil millones de dólares) al cierre del año pasado, a 1.83 millones (88 mil millones de dólares) a finales de mayo de este año.
Claro que el buen apetito de inversionistas locales e internacionales por deuda gubernamental o corporativa no es siempre suficiente para que las compañías opten por usar el mercado bursátil para financiar sus operaciones o programas de expansión.
Hace unos días Inmuebles Carso, la empresa de desarrollos inmobiliarios del empresario mexicano Carlos Slim, el hombre de negocios más acaudalado de México, optó por no recabar fondos con la emisión de deuda en la Bolsa.
En cambio, la empresa, con sede en la Ciudad de México, optó por usar recursos propios para el refinanciamiento de sus adeudos, que en un inicio pensó realizar con recursos obtenidos a través del mercado de valores. (Redacción Sentido Común )