Por Lesley Wroughton
CIUDAD DE MÉXICO, 3 mar (Reuters) - Desde un hotel en Ciudadde México, Ann Wilson, una alta ejecutiva en la Asociación deFabricantes de Motores y Equipos de Estados Unidos (MEMA),atiende llamadas de fabricantes de piezas de autosestadounidenses preocupados de que los aranceles anunciados porel presidente Donald Trump a algunos metales los obliguen acerrar.
Wilson vino a México con una tarea diferente: cabildear antelos negociadores comerciales del Tratado de Libre Comercio deAmérica del Norte (TLCAN) en nombre de la industria automotrizestadounidense.
Pero cuando Trump anunció el jueves que impondría arancelesde 25 por ciento a importaciones de acero y 10 por ciento aproductos de aluminio, su teléfono comenzó a sonar con llamadasde los miembros de la asociación.
"Todos están muy preocupados", dijo Wilson a Reuters elviernes. "Hemos visto en el mercado bursátil y en el nivel dellamadas de directores de empresas que he estado recibiendo enlas últimas 24 horas cuánto preocupa esto y cuánto supera a todolo demás", comentó Wilson.
La industria de autopartes de Estados Unidos empleaalrededor de 880,000 trabajadores y MEMA representa a losfabricantes de partes de vehículos motorizados, el mayor sectormanufacturero y el mayor empleador de trabajos de manufactura enese país.
Algunos de los miembros de MEMA se verían profundamenteafectados por las tarifas anunciadas por Trump porque dependende acero especial y productos de aluminio importados desdeEuropa, Asia y otras regiones, dijo Wilson, hablando en el marcode la las conversaciones del TLCAN.
Muchos economistas dicen que en lugar de aumentar el empleo,los aumentos de precios para los consumidores de acero yaluminio, como las industrias automotriz y petrolera, destruiránmás empleos estadounidenses de los que crearán.
"Nuestra industria estaba realmente satisfecha con lo quelogramos con la reforma fiscal y la mejora de la economía, ymucho de ese entusiasmo podría ser en vano si hacemos algo comoesto", dijo Wilson.
A los fabricantes de partes de automóviles, algunas de ellaslos mayores empleadores en un distrito local, les preocupa quesi Trump sigue adelante con los aranceles, puedan no ser capacesde adaptarse lo suficientemente rápido y ser forzados a salirdel negocios por el costo sustancialmente mayor de lasimportaciones.
Los proveedores extranjeros también podrían comenzar abuscar nuevos clientes fuera de Estados Unidos. "Los proveedoresmás pequeños son los que están en riesgo porque no puedenmaniobrar ni mover sus negocios", explicó Wilson. "Podrían noser capaces de absorber este tipo de costo. No es tan simplecomo decir que haremos ese acero especial aquí", agregó.
A mediados de febrero, MEMA le escribió a Trump oponiéndosea cualquier acción, diciendo que era necesario que las compañíasde abastecimiento automotor tuvieran acceso a productosespeciales de acero y aluminio para poder seguir fabricandopiezas en Estados Unidos. (Reporte de Lesley Wroughton desde Ciudad de México, traducidopor Sharay Angulo. Editado en español por Patricio Abusleme)