por Michelle del Campo
(Amplía con entrevista a presidente ejecutivo UNA)
Infosel, mayo. 28.- La decisión del gobierno de México de incrementar la cantidad de pollo que ingresa al país sin aranceles fue una acción que recibió el beneplácito de los productores foráneos, no así de los mexicanos.
Unión Nacional de Avicultores (UNA), un organismo que aglutina las asociaciones de avicultores del país, lamentó la reciente decisión de Secretaría de Economía de ampliar el cupo a las importaciones de pollo, lo que consideran es una medida que desalienta el desarrollo del sector en momentos en los que experimenta una demanda creciente a nivel doméstico.
La ampliación de la entrada de 55 mil toneladas de pollo libres hasta el 31 de diciembre representará un costo de mil 500 millones de pesos (78 millones de dólares) para la industria nacional e impactará en más de 12 mil empleos directos, dijo en entrevista Arturo Calderón Ruanova, presidente ejecutivo de UNA.
"Estas decisiones no favorecen que los avicultores sigan invirtiendo en México, creando empleos", aseguró Calderón. "La política de fomento agropecuario en México está desvinculada de la política comercial".
Secretaría de Economía amplió el cupo para la importación de pollo como una medida que garantice su abasto ante los brotes de influenza aviar presentados en México y algunos puntos de Estados Unidos, de donde México recibe la mayoría de sus importaciones.
Una recibió la oportunidad de externar su posición antes de la decisión y argumentó que los brotes en México se limitaban principalmente a áreas de traspatio, con un impacto marginal con respecto a la producción nacional de pollo, que ronda los mil 200 millones de pollos, de acuerdo con UNA.
El gobierno, por su parte, ha registrado eventos --de baja prevalencia-- de la enfermedad en 21 estados. En abril, autoridades de sanidad detectaron un foco de influenza tipo AH7N3 altamente patógena en Alcolman, Estado de México, en una granja de traspatio con 150 aves, que finalmente fue controlado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
México estableció en 2013 un cupo de 300 mil toneladas a la importación de pollo, para garantizar el abasto debido a otro brote de influenza; su ampliación a 55 mil toneladas más la semana pasada, se dio debido a que Economía registró que el cupo inicial se había ejercido en su totalidad.
Tras el establecimiento del cupo hace seis años, las importaciones de pollo provenientes de Brasil incrementaron en el país, posicionándolo como el segundo exportador de este producto.
UNA señaló que los productores de este país sudamericano, el segundo exportador a México, serán los mayores beneficiados por la ampliación de la medida.
La posición de los criadores mexicanos contrasta con la del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne), un organismo que aglutina intereses de los productores cárnicos con empresas como la estadounidense Tyson y la brasileña Pilgrim's, que hizo un llamado días antes para incrementar los cupos de importaciones de pollo, para garantizar el abasto ante los riesgos sanitarios latentes, así como por otros factores, como la estabilidad de precios y la reducción de la dependencia de las importaciones de Estados Unidos.
Además de las cuotas, los productores avícolas nacionales dijeron que también enfrentan el efecto negativo de otra medida gubernamental, de nuevo bajo el argumento de sanidad, al no ejercer la aplicación de cuotas antidumping establecidas originalmente en 2012 a las importaciones de pierna y muslo de pollo provenientes de Estados Unidos.
En la resolución del último examen de vigencia de agosto del año pasado, el gobierno estableció el cobro de una cuota compensatoria de 27.5%, que vence en 2022, a las importaciones provenientes de este país realizadas por empresas como Simmons Prepared Foods, Sanderson Farms, Tyson Foods y Pilgrim's Pride.
El año pasado, el pollo fue la proteína animal más consumida en México, ubicando al país como el séptimo consumidor a nivel mundial, con cuatro millones de toneladas de pollo, 2.8% más que en 2017, de acuerdo con datos de Comecarne.
La mayor parte de esa demanda, 80%, fue atendida con pollos criados en México. Esa producción fue complementada con pollos provenientes de Estados Unidos, país que aglutina 86% de las importaciones del producto, de Brasil (13%) y de Chile (1%).