Por Sara Busquets
Investing.com - “A pesar de que 2020 ha sido un año difícil, para los mercados financieros el ejercicio también ha sido extraordinario: si el colapso del mercado no tuvo precedentes, tampoco la recuperación que siguió. En resumen, nada de lo que ha ocurrido en 2020 ha sido normal. Creemos que, en 2021, en cambio, se producirá un lento y constante retorno a la normalidad con más avances en las pruebas de COVID, el rastreo de contactos y el despliegue de vacunas, disminuyendo la necesidad de distanciamiento social”. Con estas declaraciones inician su último informe sobre perspectivas Erin Browne y Geraldine Sundstrom, gestores de carteras de PIMCO.
Afirman que la mejora de los fundamentos debería ser un buen presagio para los mercados de riesgo y los activos cíclicos en particular y, con esta idea en mente, están posicionando sus carteras para beneficiarnos de la mencionada recuperación. “Estamos sobreponderando la renta variable en nuestras carteras de activos múltiples y áreas seleccionadas de los mercados de crédito; también hemos añadido exposición a sectores y regiones más orientados a exposición cíclica. Sin embargo, seguimos centrándonos en la diversificación de las carteras y en la capacidad de recuperación, dado que la trayectoria de los posibles resultados sigue siendo inusualmente amplia en medio de la crisis sanitaria no resuelta”.
La recuperación de la actividad y la mejora continua de los beneficios empresariales deberían servir de apoyo para un repunte de los activos sensibles al ciclo, que han quedado significativamente rezagados respecto a los líderes del mercado, como las grandes empresas tecnológicas, desde que el mercado tocó fondo en marzo.
“Buscamos activamente oportunidades para capitalizar este tema, pero seguimos siendo muy selectivos en cuanto a dónde obtenemos la exposición cíclica deseada. La recuperación de la actividad manufacturera mundial debería reforzar sectores como el industrial, el de los materiales y el de los semiconductores. Los esfuerzos de estímulo fiscal enfocados y la recuperación del mercado laboral deberían ayudar al ahorro y al consumo personal, beneficiando a los sectores de la vivienda y de los bienes de consumo duradero. Sin embargo, seguimos siendo cautelosos con el transporte y la hostelería, que podrían tener dificultades para obtener ingresos durante varios años. Desde una perspectiva regional, esperamos que las acciones con orientación cíclica -como en Japón y en algunos mercados emergentes- se beneficien a medida que la recuperación continúe en 2021”.
En cuanto al crédito, ven focos de oportunidad en ciertos segmentos. Les siguen pareciendo atractivos el crédito selecto de alta calidad en sectores como los MBS no institucionales y los mercados emergentes. Siguen favoreciendo los créditos relacionados con la vivienda (principalmente en los EE.UU.) dados los sólidos fundamentos.
Creen que la duración de alta calidad (bonos del Estado) seguirá siendo una fuente fiable de diversificación contra una crisis de crecimiento, a pesar de los rendimientos a niveles históricamente bajos. También favorecen los bonos gubernamentales selectos de los mercados emergentes, incluidos Perú y China, que ofrecen una ventaja de rendimiento y han tendido a tener un buen desempeño durante los eventos de riesgo, como otro diversificador de la cartera.
Los dos riesgos primarios para su posicionamiento estarían en un menor crecimiento y una mayor inflación, por lo que habrá que protegerse contra ellos. “Creemos que la renta fija tradicional debería seguir siendo una fuente fiable de diversificación contra un choque de crecimiento, pero las tasas bajas y el riesgo de un choque de inflación hacen necesario ampliar el menú de diversificadores”.