En Erie, Pensilvania, los productores de gas natural están instando a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris a que aclare su postura sobre el gas natural, una cuestión fundamental en la industria energética y un factor significativo en las próximas elecciones. La Marcellus Shale Coalition, que representa a los intereses del gas natural, puso de relieve sus preocupaciones durante una conferencia anual celebrada esta semana, haciendo hincapié en la necesidad de conocer detalles sobre la política energética de Harris.
El gobierno del Presidente Joe Biden ha suspendido desde enero la concesión de nuevos permisos de exportación de gas natural licuado (GNL) para evaluar su impacto ambiental, una decisión que ha atraído la atención tanto de los ecologistas como de las partes interesadas del sector. Las conclusiones de la revisión se esperan para después de las elecciones de noviembre, lo que deja al sector en un estado de incertidumbre.
El candidato republicano Donald Trump ha declarado que levantará la congelación de los permisos si resulta elegido, lo que supone un marcado contraste con la actual administración. La industria está particularmente interesada en el enfoque de Harris, ya que puede heredar la tarea de responder a las recomendaciones de la revisión si gana la presidencia.
Pensilvania, un estado clave en la batalla y el segundo mayor productor de gas natural del país, depende de la fracturación hidráulica para extraer gas de formaciones de esquisto. Dirigentes del sector, como Dave Callahan, de la Marcellus Shale Coalition, y Rob Boulware, de la Seneca Resources Company, han expresado su preocupación por la falta de claridad de los planes de Harris para el sector.
Un portavoz de la campaña de Harris reconoció la necesidad de claridad, pero indicó que cualquier decisión política se guiaría por los resultados de la revisión en curso. La campaña subrayó la importancia de tomar decisiones informadas basadas en datos económicos y científicos, incluido el impacto en los costes energéticos, la seguridad y la salud pública.
Harris ha cambiado su posición desde su campaña presidencial de 2020, y ya no apoya la prohibición de la fracturación hidráulica de petróleo y gas en tierras federales. Este movimiento se considera un intento de equilibrar los intereses de los activistas medioambientales y los votantes moderados.
Estados Unidos, actualmente el principal productor y exportador de gas natural, ha visto dispararse sus exportaciones de GNL, en particular a los aliados europeos que buscan alternativas al suministro energético ruso tras la invasión de Ucrania. Empresas como Devon Energy Corp (NYSE:DVN) y Exxon Mobil Corp (NYSE:NYSE:XOM) se han beneficiado de este aumento de la demanda.
A pesar de la sentencia de un juez federal contra la congelación de Biden de los nuevos permisos de exportación de GNL, la administración ha tardado en conceder nuevos permisos, con sólo uno emitido desde la sentencia. El consejero delegado de EQT, Toby Rice, criticó la influencia política en los mercados energéticos, citando el aumento de la factura energética en Estados Unidos a pesar de la abundancia de recursos.
Las exportaciones estadounidenses de GNL han aumentado considerablemente, con un notable incremento de los envíos a Europa. Se espera que la capacidad de exportación de GNL de Norteamérica se duplique con creces a finales de la década, según las previsiones de la Administración de Información Energética de Estados Unidos. La industria del gas natural de Pensilvania también espera contar con una instalación de exportación de GNL más cercana a sus operaciones, potencialmente en la zona de Filadelfia.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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