por Patricia Guerrero Medina
Infosel, septiembre. 2.- Una de las principales preocupaciones de las empresas, sin importar el sector, es la inseguridad que permea en el país y cuyo costo fue de 155 mil 800 millones de pesos (siete mil 740 millones de dólares) en 2017, de acuerdo con los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, o Inegi.
Pero hay una industria que, contrario a lo que viven otras, tiene en el incremento de la inseguridad y la violencia una veta de negocio: la de seguridad privada y blindaje, la cual espera un incremento de 30% en sus ingresos para este año, de acuerdo con Armando Zúñiga, coordinador general de Agrupaciones de Seguridad Unidas por un México Estable, o ASUME.
"La demanda tiende a subir año con año", dijo en entrevista el representante de la organización que agrupa a 33 asociaciones de los diferentes rubros de seguridad. "Hay muchas oportunidades . . . hay una excelente calidad que se hacen en México, incluso se exportan a otros países". Tan solo el año pasado, el crecimiento para esta industria fue de 28%.
El incremento es impulsado en gran medida por la cada vez mayor demanda de blindaje automotriz, en el que el robo a autotransporte de carga ha jugado un papel importante.
Los estados donde se registran más casos de robo en carreteras son Tlaxcala, Veracruz, Estado de México, Michoacán y algunas partes de Jalisco, y las mercancías más robadas son textiles, bebidas y en general cualquier abarrote, de acuerdo con Zúñiga.
Claro que el autotransporte de carga no es el único que requiere de blindaje. La protección personal impulsa cada vez más a que personas de clase media y media alta recurran a este tipo de protección.
"En los gobiernos, o en los políticos sí ha descendido mucho la compra de blindados, pero ha aumentado en la población normal, sobre todo clase media y media alta, donde hay mucho temor", dijo el también director general de Grupo IPS, y detalló que el nivel de blindaje más solicitado es el tres, dirigido a delincuencia dispersa --como asaltos-- seguido de los niveles cuatro y cinco, utilizados contra armas de fuego largas e incluso para explosivos.
Para Zúñiga, no obstante, el buen crecimiento de la industria de seguridad privada y blindaje -que representa alrededor de 2% del producto interno bruto—debe acompañarse con una regulación homogénea entre federación, estados y municipios, para lo que presentaron una iniciativa que actualmente está en espera en comisiones de la Cámara de Diputados.
"Se ha gestionado una iniciativa de ley que lo que busca es un permiso único a nivel nacional y que todos nos pidan los mismos requisitos", dijo el representante de ASUME, que trabajó en la iniciativa en conjunto con otros organismos empresariales, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), del que forman parte.
Otro de los retos es la falta de profesionalización del personal de seguridad privada --alrededor de 500 mil personas-- con capacitación y mejores condiciones salariales.
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