(Actualiza con alocución del presidente Iván Duque)
Por Luis Jaime Acosta
BOGOTÁ, 21 nov (Reuters) - Cientos de miles de personas marcharon el jueves por las calles de las principales ciudades de Colombia para protestar contra la política económica y social del presidente Iván Duque, en una jornada que terminó con bloqueos de vías y actos de vandalismo que obligaron a decretar el toque de queda en la ciudad de Cali.
El Gobierno, que enfrentó la protesta más grande desde su llegada al poder en agosto de 2018 en medio de un creciente descontento, había advertido de posibles actos de violencia y disturbios como los que se registraron recientemente en Ecuador, Chile y Bolivia en medio de un clima de agitación política.
"Debemos seguir en las calles, este gobierno debe entender que el pueblo está cansado de tanto abuso, tanta represión, tantos impuestos, no podemos seguir pagando por lo que los corruptos se roban", dijo Susana Herrera, una estudiante de 26 años que participó en la movilización en Bogotá.
La protesta, convocada por sindicatos y estudiantes, no afectó sectores claves de economía como la producción de petróleo y de carbón, aunque el comercio y el transporte público terrestre se redujeron considerablemente, según el Gobierno.
Duque, quien tiene bajos índices de aprobación y no ha logrado consolidar una coalición en el Congreso para impulsar sus reformas 15 meses después de asumir la presidencia, negó planes para aumentar la edad de jubilación o los aportes de los trabajadores para acceder a las pensiones como lo denunciaron los organizadores de la protesta.
También desmintió una posible reducción del salario mínimo y que los jóvenes reciban una remuneración por debajo de la estipulada por la ley, pero no logró desactivar las marchas.
Las movilizaciones provocaron el bloqueo de 64 estaciones de autobuses en Bogotá que fueron atacadas por encapuchados, mientras que en el noroeste de la ciudad hubo enfrentamientos entre manifestantes y la policía que lanzó gases lacrimógenos para despejar las vías y dispersar la multitud.
En la noche, encapuchados quemaron contenedores repletos de basura en un sector obrero del noroeste de Bogotá, mientras que en diferentes zonas de la capital colombiana y otras ciudades cientos de personas salieron a golpear cacerolas al frente de sus casas en una señal de descontento con el Gobierno.
TOQUE DE QUEDA EN CALI
En Cali, la tercera ciudad más poblada de Colombia con más de 2,4 millones de habitantes, encapuchados vandalizaron 19 autobuses y cinco estaciones de pasajeros en ataques que dejaron 23 policías heridos, reportó la policía.
El alcalde de Cali, Maurice Armitage, decretó el toque de queda a partir de las siete de la noche para evitar nuevos actos de vandalismo, aunque se reportaron saqueos en diferentes zonas de la ciudad después de que comenzó a regir la medida.
También se reportaron actos de vandalismo en las ciudades Medellín, Manizales, Popayán, Bucaramanga y Santa Marta.
"Los hechos sucedidos con posterioridad a la marcha son vandalismo puro y no obedecen a una expresión de la voluntad popular, ni serán legitimados por el derecho a la protesta", dijo Duque en una alocución televisada. "No permitiremos saqueos ni atentados contra la propiedad privada".
El mandatario lamentó los daños ocasionados por los actos de sabotaje y reiteró que su Gobierno escucha y construye. "Hoy hablaron los colombianos y los estamos escuchando".
El director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, dijo que en las marchas participaron 207.000 personas y que en medio de los disturbios fueron capturadas 36 personas. En total se reportaron 37 policías y 42 civiles lesionados en todo el país durante la protesta.
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Diógenes Orjuela, aseguró que la protesta tuvo motivaciones que van más allá del impacto de las reformas laboral y de pensiones.
"Hay muchos acuerdos incumplidos con los indígenas, con los profesores, con los trabajadores estatales, y también reivindicamos el derecho a la paz por la violencia que se está dando", explicó a Reuters el dirigente sindical.
Los estudiantes reclamaron más recursos para la educación pública, mientras que los indígenas exigieron medidas de seguridad para evitar los asesinatos de sus dirigentes y de líderes sociales a manos de grupos armados ilegales, uno de los principales problemas de Duque ante la comunidad internacional.
Otras organizaciones demandaron al Gobierno un mayor compromiso para implementar el acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC, el cual fue firmado hace tres años para acabar un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos.
También protestaron por recientes denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Militares, como un bombardeo en una zona selvática en el que murieron ocho menores de edad. (Reporte de Luis Jaime Acosta. Reporte adicional de Nelson Bocanegra, Carlos Vargas, Andrés Rojas y Daniel Muñoz. Editado por Juana Casas y Rodrigo Charme)