Wall Street se va hoy para abajo. Y con retrocesos notables. La razón no se sabe muy bien cuál es, o si es un poco de todo. Está, desde luego, el tema de Charlottesville, su empeño en no condenar la actitud de los supremacistas, la “alt right”, y la desbandada de directores ejecutivos de su Consejo Manufacturero de Estados Unidos. Primero fue el de Merck (NYSE:MRK), luego el de Intel (NASDAQ:INTC) y Under Armour (NYSE:UAA). Posteriormente se sumaron algunos otros. Y finalmente, ante la diáspora general, Trump, en su tradicional actitud de enojo, anunciaba que disolvía los consejos de asesores con empresarios. Así que la relación con las altas esferas empresariales, la cual nunca ha sido muy cordial, terminó por romperse: entre los asuntos climáticos (el abandono del Acuerdo de París) y los racistas (Charlottesville) la situación terminó por romperse. Además, la relación es tensa también con congresistas republicanos, incómodos por las declaraciones de Trump. Todo eso vuelve a poner en peligro la agenda procrecimiento de Trump y sobre todo, los ojos se ponen en las elecciones de medio término de noviembre del año que viene.
Tan tensa es la situación que al parecer el ex-presidente de Goldman Sachs (NYSE:GS), Gary Cohn, quien dirige el Consejo Económico Nacional, podría estar también planteándose abandonar la administración de Trump. De ser así, el mercado podría ponerse verdaderamente nervioso.
Por otro lado, está el tema de la Fed luego de las minutas de ayer. Aunque hay cierta división de opiniones, lo cierto es que la Fed, pese al reciente declive en la tasa de inflación, sigue dispuesta a seguir aumentando las tasas de interés bajo el argumento del firme crecimiento económico, el pleno empleo y la necesidad de regresar la tasa de interés a niveles más normales. Para resolver un poco más el dilema, hablarán hoy el presidente de la Fed de Dallas y el de Minneapolis.
Al mismo tiempo, se siguen muy de cerca los indicadores económicos con el fin de despejar las dudas. El mercado laboral sigue robusto: las solicitudes de subsidios de desempleo en la semana terminada el 12 de agosto se redujeron en 12,000 para ubicarse en 232,000, por debajo de lo esperado por el consenso, lo que ratifica que la creación de empleo sigue firme. Por otro lado, la producción industrial aumentó un 0.2% en julio, la mitad de lo observado en junio (0.4%) y algo por debajo del consenso (0.3%). También hoy se publicaron el índice de la Fed de Filadelfia de agosto y los indicadores líderes, aunque su impacto sobre el mercado y la Fed es menor.
El caso es que los mercados se negocian con sustanciales caídas esta mañana: el Dow Jones cae un 0.5%, el Nasdaq un 0.8% y el S&P’s 500 un 0.6%. Los problemas en la Casa Blanca, las dudas de la Fed y las caídas de Wall Street se transmiten al resto del mundo. En Europa, además, el Banco Central Europeo se mostró preocupado por la reciente apreciación del euro, lo que restaría competitividad a la economía europea. El Dax de Fráncfort cae un 0.6%, el Cac-40 de París un 0.7% y el Ibex-35 de Madrid un 1.0%. Fuera de la Eurozona, el Ftse-100 pierde un 0.6%. El euro se depreica un 0.3% a 1.173 dólares y la libra esterlina un 0.1% a 1.288 dólares. El yen japonés, por el contrario, avanza un 0.2% 109.96 yenes.
Y como pasó la semana pasada con Corea del Norte, los capitales regresan hoy a los activos seguros. La tasa del bono de 10 años cotiza sin cambios en 2.22%, pero el oro se aprecia un 0.5% a 1,289 dólares y la plata otro 0.5% a 17.02 dólares. En los metales industriales, el cobre cae un 0.6% en tanto los futuros del WTI avanzan 0.2% a 46.85 dólares y los del Brent un 0.7% a 50.61 dólares.
En la información corporativa, Wal-Mart (NYSE:WMT) cae un 1.7% luego de que reportara unas ventas a mismas tiendas en línea con lo esperado. También le va mal a otra empresa del Dow Joness, Cisco Systems (NASDAQ:CSCO), luego de que se redujeran las ventas en algunos negocios claves de la empresa. La acción se hunde un 3.6% esta mañana.
Por tanto, nada ayuda hoy a los mercados: ni la actitud de Trump y el caos general que hay en la Casa Blanca, el círculo empresarial y el Congreso, ni las dudas de la Fed ni los reportes empresariales.