Crecimiento de 9% en diciembre. De acuerdo al reporte de establecimientos comerciales publicado hoy por el INEGI, los ingresos por suministro de bienes y servicios por ventas al menudeo crecieron 9% en diciembre, por encima de nuestro pronóstico de 8.6% (consenso: 9.4%). Cabe destacar que a diferencia del rubro de comercio contemplado dentro del reporte del PIB, el reporte publicado hoy sólo abarca el valor total del comercio de establecimientos comerciales formales. Con ello, las ventas minoristas registraron un avance de 8.7% durante el 2016.
El crecimiento de los ingresos por ventas minoristas en diciembre se explicó por el avance observado en la mayoría de sus componentes, donde destacamos el incremento de las ventas de enseres domésticos (11.6% anual), artículos para el esparcimiento (15.1%) y vehículos de motor y refacciones (14.2%), como se muestra en la tabla de la siguiente página. Por su parte, las ventas en tiendas departamentales y de autoservicio, las cuales incluyen una muestra similar a las reportadas por la ANTAD, registraron un crecimiento de 5.2% anual.
Con cifras ajustadas por estacionalidad, las ventas disminuyeron 1.4% mensual. La caída mensual en el índice se derivó de la reducción que presentaron 5 de los 9 componentes, donde destacamos la disminución de 12.2% m/m en los ingresos por ventas de internet, televisión y catálogo. En este contexto, el desempeño de las ventas de bienes duraderos fue negativo, ya que las ventas de enseres domésticos cayron 8.3% m/m a pesar del avance de 1.4% en la ventas de vehículos de motor y refacciones.
Menor crecimiento a partir del 1T17. Consideramos que tanto el consumo privado como las ventas al menudeo moderarán sus tasas de crecimiento a partir del primer trimestre del año por los siguientes factores: (1) El menor crecimiento económico de nuestro país, propiciado por la incertidumbre en torno a las políticas económicas que implementará EE.UU. bajo el mandato de Donald Trump, generará un menor dinamismo del consumo privado; (2) la trayectoria ascendente de la inflación –propiciada por el mayor traspaso de la depreciación del tipo de cambio a precios y por el alza en los precios de los energéticos– desincentivará el consumo de bienes duraderos; y (3) la consolidación fiscal del gobierno se traducirá en menores proyectos de inversión pública, lo cual afectará la dinámica de crecimiento del mercado laboral mexicano, y por consiguiente también la recuperación del consumo de los hogares mexicanos.