Los esquemas Ponzi siguen ocurriendo a nuestro alrededor, como el recientemente destapado en Italia.
- Como sabios inversores, debemos reconocer las señales de alarma para proteger nuestro capital.
- ¿Qué medidas podemos tomar para evitar caer en este tipo de estafas?
Hace apenas unos días, Italia se vio sacudida por un espeluznante incidente que dejó a más de 50 personas en la ruina financiera, con una pérdida colectiva de 10 millones de euros. Este intrincado plan fue orquestado por un individuo que se hizo pasar por asesor financiero.
Bajo la superficie de esta malévola trama se esconde un patrón bien conocido: Es otro esquema Ponzi, aunque con un giro único. Lo que lo distingue esta vez es el escaso conocimiento de los mercados financieros del defraudador, lo que introduce un elemento cautivador en el engaño.
¿Qué ocurrió?
Un exasesor financiero, que había sido dado de baja del Registro de la OCF, puso en marcha un negocio ilegal de mediación y asesoramiento.
Hacía seductoras promesas a los clientes, prometiendo rendimientos anuales del 15% al 18%, pagados mensualmente. Esto significaba que los particulares invertirían hoy y recibirían la plusvalía en sólo un mes.
En teoría, estas ganancias se depositarían en las cuentas de los clientes. Estos clientes, increíblemente, abrían cuentas bancarias dedicadas en un banco de confianza del estafador, entregando ingenuamente sus credenciales de banca online para acceder a estas cuentas. El objetivo principal de esta actividad ilícita era invertir en el mercado estadounidense.
Por desgracia para el exasesor, las cosas empezaron a torcerse enseguida. Para convencer a los clientes de que todo marchaba según lo previsto, recurrió a la clásica táctica del esquema Ponzi: tomar el dinero de un cliente (ya que tenía acceso a sus credenciales y podía manipular las actividades online) y transferirlo a la cuenta de otro. Esto engañaba a estos últimos haciéndoles creer que estaban recibiendo los rendimientos prometidos por las ganancias de la gestión financiera.
A medida que aumentaban las pérdidas, crecía la necesidad de capital adicional y, con ello, la necesidad de captar nuevas víctimas. Finalmente, este esquema se desmoronó al estilo clásico de Ponzi. El castillo de naipes se vino abajo, dejando a los inversores con importantes pérdidas, mientras el asesor fraudulento se dedicaba a gastar en artículos de lujo como relojes y coches para mantener la ilusión y atraer a nuevas presas.
¿Qué podemos aprender de todo esto?
A la luz de este desafortunado incidente (con la esperanza de que las víctimas se recuperen), he aquí algunas enseñanzas fundamentales para protegerse de este tipo de estafas:
- Verifique siempre las credenciales de las personas que lanzan ofertas de inversión. Compruebe si están registrados como asesores financieros.
- Recuerde que nadie puede garantizar rendimientos en el mundo de las inversiones, que son inciertas por naturaleza. Además, tenga en cuenta que el mercado de valores suele ofrecer una rentabilidad media anual del 6% al 9% a largo plazo (15 años o más). Menos del 5% de los inversores de todo el mundo superan sistemáticamente al mercado. Si alguien le promete una rentabilidad anual del 15% al 18%, pregúntele lo siguiente:
- Historial de rentabilidad, avaladas por cuentas y operaciones certificadas de los últimos cinco años.
- Una explicación de la Regla del 72: Si afirman lograr rentabilidades anuales del 15%-18%, deberían demostrar que su capital se ha duplicado en los últimos 4-5 años (72 dividido por la rentabilidad).
- Nunca comparta las credenciales de su cuenta bancaria con nadie. Ni siquiera los asesores financieros autorizados deberían exigirle esta información, y mucho menos un asesor ilegal.
- Reconozca que generar rendimientos financieros consistentes a largo plazo es un reto, y lo es aún más a corto plazo, donde prevalece la incertidumbre.
- Entienda que el asesoramiento financiero es una profesión distinta. Mientras persistan la ignorancia y la codicia financieras de los particulares, seguirán produciéndose estos desafortunados incidentes.
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Descargo de responsabilidad: Este artículo se ha redactado únicamente con fines informativos; no constituye una solicitud, oferta, consejo, asesoramiento o recomendación para invertir, por lo que no pretende incentivar en modo alguno la compra de activos. Como recordatorio, cualquier tipo de activo se evalúa desde múltiples puntos de vista y es altamente arriesgado, por lo que cualquier decisión de inversión y el riesgo asociado son responsabilidad del inversor. El autor no posee ninguna de las acciones mencionadas en este análisis.