- La bolsa de Estados Unidos cerró al alza en viernes y en términos semanales revirtiendo las pérdidas provocadas por la disputa comercial, lo que indica que los inversores ya no están preocupados.
- Los titulares del G7 describen el evento como desastroso; ¿volverán los traders a huir de las inversiones de riesgo?
- La curva de rendimiento de Estados Unidos se deshincha, ¿indica esto una recesión? Los inversores se centran más en la geopolítica y los fundamentos económicos.
- A la espera de las decisiones del FOMC y el BCE sobre los tipos de interés
Las acciones de Estados Unidos cerraron la semana pasada al alza pues la mayoría de las acciones cerraron la jornada del viernes cerca de máximos intradía. De los cuatro principales índices de Estados Unidos, el S&P 500 cerró el viernes con un alza del 0,31% seguido muy de cerca por el Dow Jones, que subió un 0,30%; el Russell 2000 ganó un 0,28% intradía, mientras que el Nasdaq Composite consiguió subir apenas un 0,14%.
Claramente, los inversores han decidido volver a centrarse en datos económicos positivos (incluyendo la tasa de desempleo en mínimos de 50 años, la mejora de la confianza de los consumidores y la expansión de la inversión de las empresas) eclipsando una serie de arriesgadas cuestiones geopolíticas, en particular la continua disputa comercial a escala mundial alimentada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, justo antes de lo que prometía ser una polémica reunión del G7, iniciada el viernes en Quebec. De hecho estaba ya bastante claro antes de comenzar siquiera la cumbre que el presidente estadounidense seguramente iba a ser el invitado menos popular de la fiesta.
No obstante, por primera vez durante los últimos dos meses, como la disputa comercial se ha convertido en el mayor obstáculo para las acciones, el S&P 500 y el Dow Jones superaron al Nasdaq Composite de tecnológicas y al Russell 2000, de escasa capitalización bursátil.
Este gran rendimiento de las grandes empresas podría ser una señal de que los inversores consideran que este período de retraso de dos meses, junto con cualquier consolidación que pudiera resultar, es suficiente para rendir dividendos elevados, con sus modelos de negocios multinacionales, como las acciones de valor. En otras palabras, el impulso de ambos índices podría no indicar más que los inversores podrían haber superado sus preocupaciones comerciales.
La bolsa muestra fuerza; ¿se avecinan más repuntes?
En términos semanales, el S&P 500 ha subido un 1,62%, liderado por el sector de consumo discrecional (+3,17%), seguido por el de los materiales (+2.98%), lo que indica que el sector, que se encontraba en el centro de las disputas comerciales, ha superado la cuestión.
El avance del 0,31% del índice de referencia registrado el viernes fue encabezado por Consumer Staples (+1,23%), que superó con creces a todos los demás sectores, duplicándoos o incluso triplicándolos. Su excepcional demanda no se ha debido al deseo de los inversores de un sector defensivo, sino que más bien fue motivada por la pérdida de fuelle de otros sectores, ofreciendo una oportunidad de compra.
El Dow Jones de Industriales subió un 2,77% en términos semanales, registrando su mayor ganancia semanal desde principios de marzo, superando al resto de los principales índices de Estados Unidos. El Nasdaq Composite subió un 1,2% en el conjunto de la semana mientras que el Russell 2000 ganó un 1,45% en el mismo período.
Otra señal que puede indicar que los inversores ya no temen a los aranceles comerciales es que el Dow Jones y el S&P 500 han recuperado casi todas sus pérdidas desde mediados de marzo, cuando el temor en torno al comercio dominaba los mercados. Además, creemos que, en lugar de depositar su fe en las negociaciones actualmente en curso, los inversores simplemente han dejado de preocuparse por el tema, por lo menos desde la semana pasada. Nosotros creemos que eso queda respaldado por el hecho de que el cierre del viernes fuera tan positivo, aunque Trump había señalado ya con vehemencia su postura contraria a la cumbre del G7.
Por lo tanto, una demostración de fuerza por parte de las acciones, a pesar de las escasas expectativas de los inversores en cuanto al desarrollo armonioso de la cumbre del G7, que habría propiciado las negociaciones para poner fin a la guerra comercial, indica la probabilidad de más repuntes esta semana.
Por otro lado, tenemos que preguntarnos: ¿esperaban los traders que la cumbre saliera tan mal como ha salido, al menos según los titulares incluido el del Wall Street Journal: Trump se niega a espaldar el anuncio del G-7, aumentando las tensiones y el de The Guardian confusión en el G7 al rechazar Trump el comunicado y atacar a un ‘débil’ Trudeau, así como el de Reuters. Trump y sus partidarios podrían descartar todo esto considerándolo “noticias falsas”, pero el presidente de Estados Unidos ha sido muy claro acerca de su postura: ha hecho un llamamiento a la eliminación de los aranceles de los productos de los países del G-7 dirigidos a Estados Unidos y que dejen de usar a Estados Unidos como "la hucha" del mundo.
Además, incluso aunque los datos de Estados Unidos han sido positivos, el PMI compuesto de la zona euro ha descendido hasta 54,1 puntos en mayo frente a los 55,1 de abril. Todo esto ocurre en el contexto del estímulo fiscal derivado de las reducciones de impuestos de Estados Unidos y las expectativas de que el PIB del segundo trimestre ascenderá al 3,3 (que, de ser cierto, sería la lectura más alta desde 2014) y un crecimiento del 3% para el resto del año.
¿Pero puede un desastroso encuentro de socios comerciales volver a poner la disputa comercial en el centro de todas las miradas? Por supuesto, uno nunca puede saber con seguridad cómo van a reaccionar los inversores a estos eventos (ni ellos mismos lo saben a veces). Nosotros apostaríamos a que persistirá la fuerte volatilidad mientras que la historia siga acaparando titulares en los medios de comunicación. Por lo menos, los inversores han tenido todo el fin de semana para calmar sus nervios, lo que esperemos que acalle su reacción cuando los mercados reanuden la actividad el lunes. Por supuesto, si los socios comerciales de Estados Unidos incrementan su retórica en torno a los aranceles, deshará la calma del fin de semana.
Mientras tanto, los inversores también querrán seguir de cerca la reunión de Estados Unidos y Corea del Norte en Singapur, adonde se dirige ahora Trump, porque su característica chulería no ha disminuido. Esta vez ha dicho este encuentro será la única oportunidad que ofrecerá a Pyongyang.
Otro riesgo acechando en la sombra es la curva de rendimiento de los bonos de Estados Unidos. Se está deshinchando, con aproximadamente 40 puntos básicos entre el rendimiento de los bonos del Tesoro a 2 años y a 10 años ahora mismo.
Si el margen entre el corto plazo y el largo plazo se amplía, podría revertirse, con el rendimiento de los bonos a 2 años superando el rendimiento de los bonos a 10 años. Estadísticamente, esto ha demostrado indicar una recesión inminente. Sin embargo, los inversores están demasiado centrados en los datos económicos actuales y los titulares sobre la guerra comercial.