Hoy se acaba el mes de septiembre. Históricamente, es el mes de peor desempeño de la bolsa. Pero este Wall Street de Donald Trump desafía todo. Septiembre se saldó con nuevos récords históricos para los tres índices. Ayer, de hecho, cerró en un nuevo récord el S&P’s 500, el índice que mejor sirve para evaluar el tono general del mercado: el S&P’s 500 acabó en los 2,510.06 pts, tras ganar un 0.12% en la jornada. Y en el mes, al mercado no le va nada mal: el S&P’s 500 lleva, a falta de lo que suceda hoy, un avance de 1.6%, el mejor rendimiento para un mes de septiembre en cuatro años, desde el 2013. De hecho, en los tres años anteriores, el S&P’s 500 cedió terreno durante el mes de septiembre.
Pero ahora es distinto: pese a los riesgos geopolíticos, la economía marcha bien. Hay indicios de que el crecimiento se ha fortalecido y que la economía podría crecer cerca del 3.0% que había prometido Trump. Además, mientras todas las iniciativas de Trump parecen haber encallado en el Congreso, siendo el fracaso más rotundo su esfuerzo por revocar el Obamacare, la reforma fiscal sí tiene visos de poder salir adelante. Durante la semana se publicó un documento con la propuesta para reformar el sistema impositivo.
Ahora viene la parte difícil: en el Senado no puede perder a más de dos senadores republicanos, contando con que los demócratas no apoyarán la propuesta de Trump. Pues bien, hay senadores republicanos que serán cruciales en el destino de la reforma fiscal, entre ellos John McCain, Rand Paul y Susan Collins. Sí, a los republicanos les gusta ver los impuestos en niveles más bajos. Pero a muchos de ellos no les gusta ver que sea a costa de un déficit más abultado, y no está nada claro sobre cómo la propuesta de Trump va a pagar la pérdida de ingresos derivado del recorte impositivo.
Sin embargo, sólo saber que ya hay una propuesta y que se va a empezar a negociar alegró a los mercados durante el mes de septiembre. Hoy, el mercado, el último día del mes, abrió mixto: el Dow Jones cede un 0.2%, pero el Nasdaq avanza un 0.2% y el S&P’s 500 cotiza sin cambios.
En los datos publicados hoy, el ingreso y el gasto personal de agosto vinieron en línea con lo esperado. Pero la inflación, medido por el deflactor del gasto de consumo, volvió a defraudar: el deflactor general aumentó un 0.2%, por debajo de lo esperado por el consenso, por lo que la tasa anual se mantuvo sin cambios en 1.4%, cuando el consenso estimaba que repuntara a 1.5%. El deflactor subyacente también decepcionó: se incrementó un 0.1%, por debajo del 0.2% del consenso. De este modo, la tasa anual se desaceleró de 1.4% en julio a 1.3% en agosto. La desaceleración de la inflación puede dificultar los planes de la Fed de subir tasas de nuevo al final del año. La tasa de 10 años de Estados Unidos, pese a los malos datos, repuntó 2 pbs a 2.33% y se encuentra en su nivel más alto desde finales de julio, quizás por el mensaje que ha lanzado la presidenta de la Fed, Janet Yellen, de proseguir con los planes y apretar las condiciones monetarias gradualmente con el fin de normalizar paulatinamente la situación.
En Europa, las bolsas avanzan ligeramente con la salvedad de España, del Ibex-35 de Madrid, que cede 0.1%. No es mucho, pero revela que al menos hay un poco de inquietud respecto al referéndum sobre la independencia de Cataluña que se celebra el domingo, un referéndum ilegal por el modo en el que se ha tramitado en el parlamento catalán. En el resto de Europa, el Dax de Fráncfort gana un 0.5% y el Cac-40 de París un 0.1%. En Londres, el Ftse-100 se eleva un 0.7%.
El caso es que el ambiente es positivo. Así las cosas, el S&P’s 500, el Dow Jones y el Nasdaq van camino de encadenar su tercera semana consecutiva de ganancias. También el avance de este tercer trimestre representa el octavo trimestre consecutivo de subidas. El mes que viene es octubre: algunos apuestan que ése será realmente el mes malo. Veremos.